El Omega-3 en sangre, un indicador clave para la prevención de enfermedades cardiovasculares

El Omega-3 en sangre, un indicador clave para la prevención de enfermedades cardiovasculares

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Nutrición

El Omega-3 en sangre, un indicador clave para la prevención de enfermedades cardiovasculares

Estudios recientes manifiestan que el bajo Índice Omega-3 en sangre se asocia a un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Para prevenirlas resulta imprescindible llegar a la ingesta diaria recomendada de este ácido graso. 

14 junio, 2024 00:00

En España hay más de 10 millones de personas que padecen enfermedades y patologías relacionadas con el corazón, según datos obtenidos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Además, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las muertes relacionadas con problemas cardiovasculares mantienen una tasa de crecimiento desde hace más de veinte años, siendo la primera causa de mortalidad en el mundo. 

Ante este escenario, expertos en salud insisten en la importancia de concienciar a la población sobre la prevención de los principales factores de riesgo, dado que los ciudadanos no son del todo conscientes de que muchas de las enfermedades relacionadas con el corazón se pueden prevenir desde los 40 años e incluso antes. 

Los expertos en medicina recomiendan eliminar hábitos como el tabaquismo y el sedentarismo, llevar un seguimiento controlado de la hipertensión y el colesterol, y, además, prestar atención al estilo de vida, especialmente a la alimentación y a la ingesta de ácidos grasos Omega-3.

Precisamente, estudios recientes han demostrado que un índice bajo de Omega-3 en sangre, ácido graso que podemos conseguir a través de alimentos como el pescado, las nueces y la leche enriquecida, puede estar asociado a una mayor posibilidad de muerte prematura y al desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Y lo más preocupante de todo es que más del 60% de los españoles no llega a la ingesta recomendada de este ácido graso y, además, tampoco conocen los riesgos para la salud asociados con los niveles bajos de Omega-3. 

Para la población general adulta, los organismos expertos, como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) o la OMS, recomiendan la ingesta de 250 mg/día de Omega-3 (EPA+DHA). El ácido eicosapentaenoico (EPA) ayuda a reducir la presión arterial y las enfermedades cognitivas, como el Alzheimer, y, por otro lado, el ácido docosahexaenoico (DHA) resulta fundamental para la formación y funcionalidad del sistema nervioso. 

La prueba Índice Omega-3 para una mayor prevención

Para tener controlados los niveles de este ácido graso se ha desarrollado un test analítico a través del cual se calcula el Índice Omega-3 en sangre. Se trata de una herramienta que mide la cantidad de EPA y DHA en la sangre. Para ser más exactos, este índice calcula qué porcentaje de los ácidos grasos de los eritrocitos, comúnmente conocidos como glóbulos rojos, son Omega-3.

Gracias a este test, en estudios recientes, se ha podido comprobar que el Índice Omega-3 está asociado inversamente con el riesgo de mortalidad por cardiopatía coronaria, enfermedad en la que se produce un estrechamiento u obstrucción de las arterias coronarias. Por ejemplo, un Índice Omega-3 que fuera superior o igual al 8% se asocia con una mayor cardioprotección, mientras que un índice inferior o igual al 4% se puede considerar bajo.

Teniendo en cuenta que nuestro organismo tiene una capacidad muy limitada para sintetizar EPA y DHA, para conseguir la ingesta de Omega-3 necesaria debemos incorporar estos ácidos grasos mediante alimentos, como el pescado azul o la leche enriquecida con Omega-3, que Puleva tiene en el mercado.

Según el informe, ‘La leche como vehículo de salud: Ácidos grasos poliinsaturados Omega-3: ingestas recomendadas y actuales, fuentes dietéticas y efectos en la cognición y la salud cardiovascular’, elaborado por la Fundación Española de Nutrición y la Fundación Iberoamericana de Nutrición, las leches enriquecidas con Omega-3 pueden ayudar a alcanzar la ingesta diaria necesaria, dado que están producidas a partir de leches desnatadas a las que se añaden aceites vegetales y aceite de pescado. De esta manera, se podrá obtener un perfil lipídico más rico en ácidos grasos mono y poliinsaturados. 

Con tan solo un vaso de Puleva Omega-3 se puede alcanzar el 50% de la cantidad diaria recomendada de este elemento. Por lo que esta leche se convierte en una opción útil y cómoda que ayuda a alcanzar las ingestas recomendadas de este nutriente, teniendo en cuenta las dificultades a las que se enfrentan muchas personas a la hora de conseguir la ingesta sólo con otras fuentes alimentarias, como el pescado azul, cuyo consumo semanal en España está por debajo de lo recomendado.