La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), dependiente del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, ha emitido una alerta para advertir de la presencia de fragmentos de vidrio en una popular conserva de bonito del norte en aceite de oliva. Estos elementos extraños suponen un riesgo para la salud de los consumidores, por lo que se ha dado orden de retirarlos de la venta.
Según precisa Aesan, los botes pertenecen a la marca Carrefour Extra, y ha sido la propia compañía la que ha retirado el lote después de detectar el riesgo sanitario dentro de su sistema de autocontrol. La empresa ha detallado que este dispositivo detectó la posible rotura de un envase durante la preparación del lote L-1827 y, como medida de precaución, ha procedido a su retirada.
El resto de lotes y productos no están afectados, según Carrefour, que ha subrayado que si algún consumidor dispone de este lote no lo consuma y acuda a su punto de venta para entregarlo y se le abone. Los datos exactos del producto son: Bonito del Norte en aceite de oliva Carrefour Extra; en envase de vidrio lote L-1827 y código de barras: 3560071085858; peso 280 g y temperatura ambiente; con distribución en todo el territorio nacional.
Aesan, que ha sido informada por la Comunidad de Madrid, a través del Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (Sciri), recomienda a las personas que tengan en su domicilio el producto incluido en esta alerta que se abstengan de consumirlo.
La agencia ha remarcado que esta alerta es resultante del autocontrol de la propia empresa, que ha comunicado la incidencia a las autoridades, en cumplimiento de la legislación y a fin de no poner a disposición de la población alimentos no seguros.
Seguridad en botes de conservas
Si queremos evitarnos sorpresas desagradables es muy importante que guardemos las latas y los botes de conservas en lugares frescos y secos. Estas son las mejores condiciones en las que se pueden almacenar para que no se desgaste su contenedor. No está de más que, de vez en cuando, hagamos inventario de lo que tenemos.
Si ya hemos abierto un bote de conservas y nos ha sobrado una porción de lo que contiene, lo mejor es que lo pongamos en el frigorífico y en un recipiente hermético diferente; por ejemplo, un tupper. Una vez abrimos las conservas su resistencia a la descomposición desaparece y pueden mermar sus cualidades al igual que cualquier alimento dejado a la intemperie.
Los tarros de vidrio cuentan con una tapa de rosca hermética que se han cerrado con un proceso de calor externo que provoca el vacío en el interior, haciendo imposible que los microorganismos penetren y contaminen el alimento.
Debemos rechazar los tarros de vidrio que al desenroscar su tapa no emitan el sonido típico de una ventosa al separarse de una superficie. Es posible que observemos una espuma o burbujas en el contenido de latas y tarros de cristal, lo que también evidencia la presencia de microorganismos dañinos.