Aunque una de las imágenes icónicas de Japón es la del luchador de sumo, caracterizado por su tamaño. Sin embargo, los datos demuestran que se trata de uno de los países desarrollados con una menor tasa de obesidad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad y el sobrepeso son problemas de salud significativamente menos comunes en el continente asiático en comparación con otras regiones del mundo. En el caso concreto de Japón, la prevalencia de obesidad y sobrepeso es de tan solo el 3,5%, una cifra notablemente baja en comparación con otros países.
Estos datos se deben, en parte, a una cultura japonesa que promueve un estilo de vida activo, con prácticas como caminar o andar en bicicleta como medios de transporte comunes, y actividades físicas tradicionales como el tai chi y el kárate. Pero también influye su dieta tradicional, que es baja en grasas saturadas y azúcares refinados, y rica en alimentos nutritivos como pescado, arroz y vegetales. De hecho, una de las dietas que se ha vuelto a poner de moda tiene como base desayunar solo un plátano.
Plátano, agua y atención a las señales
Esta dieta se basa en un principio fundamental: comenzar el día con un desayuno compuesto únicamente por plátanos y agua. Se permite, pasados 15 o 30 minutos, tomar té de jengibre o alguna bebida caliente similar. Además, se puede tomar un snack diario. Pero como en todas las dietas, también hay prohibiciones, como lácteos, alimentos ultraprocesados, fritos, galletas, pizza y comida rápida.
En conjunto, se trata de una dieta muy simple y flexible, factores que la han hecho tan popular en Japón. Un ejemplo de ello es que en no hay restricciones, más allá de esos productos prohibidos, para el almuerzo y la cena, aunque se aconseja no comer después de las 20 horas y evitar alcohol y cafeína, con el objetivo de facilitar el sueño y un adecuado descanso. De esta forma, al enfocarse en un solo alimento para el desayuno, se elimina la necesidad de contar calorías o seguir recetas complejas, lo que la hace accesible para muchas personas.
Uno de los aspectos más destacados de la dieta japonesa del desayuno con plátanos es la atención a las señales del cuerpo. Al plantear que lo adecuado es comer solo cuando tienen hambre y detenerse cuando están satisfechos, se fomenta una relación más consciente con la comida. Esta práctica puede ayudar a prevenir el exceso de comida y promover una alimentación más equilibrada a lo largo del día.
Fibra y un bajo índice glucémico
En realidad, no existe evidencia científica de que concretamente esta dieta sea efectiva en la pérdida de peso. De lo que sí hay pruebas es de que el plátano es un alimento muy nutritivo, ricos en potasio, magnesio y vitaminas, que desempeñan un papel crucial en la salud cardiovascular y digestiva. También de que incorporarlos a la dieta, tiene muchas ventajas y puede ayudar a adelgazar.
Pero la clave de que el plátano pueda ser un aliado para perder peso es su alto contenido en fibra, tanto soluble como insoluble. La fibra soluble ayuda a retardar la digestión, lo que nos hace sentir lleno durante más tiempo y puede ayudarnos a consumir menos calorías en general. La fibra agrega volumen a las heces, favoreciendo el movimiento intestinal y previniendo el estreñimiento.
Otro factor es que se trata de un alimento con un bajo índice glucémico (IG). Este IG indica la rapidez con la que un alimento eleva el azúcar en la sangre. Los alimentos con un IG alto pueden provocar picos de azúcar en la sangre seguidos de caídas, lo que puede aumentar el hambre y la ingesta calórica. Los plátanos tienen un IG bajo, lo que significa que liberan azúcar en la sangre de manera gradual, manteniendo la sensación de saciedad y energía por más tiempo, reduciendo los antojos de alimentos dulces.