Desde hace tiempo, la sociedad clama por las buenas noticias, que a fin de cuentas son también noticias. La gente necesita informarse de las novedades positivas que merecen ser contadas.
Pero, desgraciadamente, a menudo prevalece el alarmismo. Incluso circulan noticias falsas o se sacan de quicio informaciones para desviar la atención de asuntos que pueden molestar a ciertos sectores. Así podría haber ocurrido con el caso de las fresas contaminadas procedentes de Marruecos.
Aquí conviene recordar que, en España, la seguridad alimentaria y la promoción de la nutrición saludable están en manos de un mecanismo clave como es la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Esta entidad actúa como punto de contacto de tres redes de alerta, a nivel español, europeo y mundial.
25 años velando por la seguridad alimentaria
La AESAN es un organismo autónomo adscrito al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad cuya historia comenzó en la Sesión Plenaria del Congreso de los Diputados celebrada el 23 de junio de 1999, cuando se especificó la necesidad de crear una entidad que pudiera trabajar en este ámbito.
El impulso definitivo fueron los casos detectados en la Unión Europea por aquel entonces: desde la presencia en animales de valores de dioxinas 100 veces superiores a los límites tolerables para el ser humano hasta la enfermedad de las vacas locas.
En diciembre de 1999 se publicó el Libro Blanco sobre la Seguridad Alimentaria bajo los auspicios de la Comisión Europea. En este documento se indica la importancia de crear una Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y de que cada estado miembro cuente con un organismo análogo. Así se implanta una red de cooperación e intercambio de información para salvaguardar la salud del consumidor.
Ese organismo europeo empezó a funcionar en 2002, con sede en Parma (Italia). Mientras, en España, la AESAN fue creada al amparo de la Ley 11/2001 de 5 de julio. Cuenta para su funcionamiento con el Centro Nacional de Alimentación, el Laboratorio Nacional y Europeo de Referencia de Biotoxinas Marinas y una Red de Laboratorios de Seguridad Alimentaria.
Redes de alerta
Además, la AESAN se constituye como punto nacional de tres redes de alerta:
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El Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI). Dirigido por la AESAN, integra a las autoridades responsables de la seguridad alimentaria de las comunidades autónomas y municipios; el Ministerio de Defensa (por medio de la Inspección General de Sanidad de la Defensa); la Comisión Europea (a través de la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria), y el Ministerio de Sanidad (mediante la Subdirección General de Sanidad Exterior). También colaboran diversos organismos y entidades por medio de acuerdos de colaboración específicos.
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La red europea, llamada Rapid Alert System for Food and Feed (RASFF). Este sistema de alerta rápida para alimentos y piensos de la UE colabora con la AESAN a fin de coordinar las acciones nacionales relacionadas con los productos mencionados en las notificaciones a nivel europeo. Dichas alertas pueden ser el resultado de riesgos identificados en productos nacionales que se distribuyen a otros países o riesgos encontrados en productos vendidos dentro del país pero provenientes de otros estados miembros de la UE.
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La Red Internacional de Autoridades de Inocuidad de los Alimentos (INFOSAN). De carácter global, está administrada conjuntamente por la FAO y la OMS. De hecho, INFOSAN gestiona en España las respuestas a las alertas alimentarias que involucran productos distribuidos fuera de la UE, siempre trabajando en colaboración cercana con las autoridades de la red de alerta europea RASFF.
Cuándo se activan las alertas
Las alertas alimentarias están a la orden del día, pero nuestros mecanismos de seguridad resultan tremendamente efectivos. Su velocidad de reacción para bloquear, recoger y retirar aquellos alimentos sospechosos está fuera de duda.
Existen cuatro formatos de expedientes:
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Las notificaciones de alerta. Cuando se requiere o se puede requerir una actuación rápida por parte de las autoridades competentes. Valga como ejemplo la alerta emitida el 12 de septiembre de 2022 ante la detección de cuerpos extraños metálicos en el queso de cabra de una marca francesa.
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Las notificaciones de información. No se requiere una intervención inmediata. Ese fue el caso de la hepatitis A en las fresas procedentes de Marruecos.
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Notificaciones de rechazo. El estudio se realiza de manera independiente porque las mercancías han sido rechazadas y no han llegado a comercializarse en la Unión Europea. Por lo tanto, las personas consumidoras no han estado expuestas. A esta categoría pertenece el expediente emitido el pasado 18 de marzo de 2024 en Croacia por la presencia de aflatoxinas –un tipo especial de micotoxinas– en higos procedentes de Turquía.
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Las novedades. Así se denominan aquellas notificaciones sobre un riesgo derivado de alimentos o los materiales en contacto con alimentos de conformidad con lo establecido en el artículo 50 del Reglamento (CE) nº 178/2002. No se consideran alerta debido a que los productos causantes no han sido identificados o porque no existe suficiente certeza epidemiológica.
En esta última categoría entraría el brote registrado el 25 de diciembre de 2021 en Dinamarca y atribuido a la bacteria Escherichia coli. 11 de los 17 casos habían consumido ensaladas listas para comer cuyo ingrediente común eran cebolletas de un proveedor holandés. Sin embargo, los lotes de cebolletas ya no estaban en el mercado, ya que las fechas de entrega sospechosas se produjeron entre el 16 y el 30 de noviembre del mismo año.
De acuerdo con las últimas memorias de la AESAN, publicadas en 2020, 2021 y 2022, en España ha habido 634, 1081 y 880 notificaciones, respectivamente.
Cada uno de los organismos citados, así como sus redes, se van actualizando y mejorando sus equipamientos y la formación de sus trabajadores. Paralelamente a esto, se han realizado campañas efectivas de divulgación ciudadana para saber cómo deben de actuar en estos casos. Nunca antes han existido mayores garantías de seguridad en nuestras mesas y nuestros platos.
Por lo tanto, disfrutemos de los alimentos y hagamos del entorno social de las comidas un momento integrador para el diálogo. Como dijo la escritora Mary F. K. Fischer, el acto de compartir la mesa con alguien tiene que ser un acto íntimo que nunca debería ser tomado a la ligera. Sin miedo y con todas las garantías.
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atedrático de Nutrición y Bromatología del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública, Universitat de València.** Este artículo se publicó originalmente en The Conversation.