La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), dependiente de Consumo y Sanidad, ha activado una alerta por la distribución de queso madurado elaborado con leche cruda procedente de Francia infectado con la bacteria Escherichia coli productor de toxina Shiga. Este microorganismo patógeno es especialmente peligroso y ha estado involucrado en casos de intoxicaciones alimentarias que han llegado a producir muertes en Europa.
Francia ha informado a través de la Red de Alerta Alimentaria Europea (Rasff) de que se trata de todos los lotes del queso Morbier DOP bajo la marca comercial Frieslandcampina Iberia y Millán Vicente, comercializado en envases de cuñas de 175 y 195 gramos. Según la información consultada por EFEAGRO en la Rasff, el queso se ha distribuido, por el momento, en una quincena de países, entre ellos España.
La infección por E. coli productora de toxinas shiga genera una sintomatología de calambres abdominales fuertes, que pueden progresar a una fuerte gastroenteritis, diarrea sanguinolenta y colitis hemorrágica. El periodo de incubación oscila entre 2 y 10 días. En general las personas afectadas se suelen recuperar en un plazo de unos diez días, pero en algunos casos, especialmente en niños y personas de la tercera edad, la infección puede evolucionar y desencadenar una enfermedad grave: el síndrome urémico hemolítico (SUH).
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Esta información ha sido trasladada a las comunidades autónomas a través del Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (Sciri) para verificar la retirada de los productos afectados de los canales de comercialización. La Aesan solicita a las personas que tengan en su domicilio los productos incluidos en esta alerta que se abstengan de consumirlos.
La alerta ha sido fruto del autocontrol de la propia empresa, que ha comunicado la incidencia a las autoridades competentes. "Durante el miércoles, 13 de diciembre, FrieslandCampina fue informada de un caso de posible presencia de bacteria Escherichia coli en el queso DOP Morbier, fabricado por la compañía francesa Entremont, que FrieslandCampina utiliza como materia prima por algunos productos que vende en el mercado español", explican.
"Tras ser informados de la situación, FrieslandCampina ha ordenado a sus distribuidores y clientes la retirada preventiva de los lotes afectados (todos aquellos con fechas de consumo preferente comprendidas entre el 08/12/2023 y el 10/01/2024, ambas incluidas). Paralelamente, los establecimientos que comercializan estos productos están siendo muy proactivos informando directamente al cliente en punto de venta. FrieslandCampina quiere transmitir un mensaje de tranquilidad dado que se han tomado las medidas oportunas", informan.
E. Coli, riesgo alimentario
La mayoría de los brotes de E. coli productor de toxina Shiga se han asociado al consumo de carne poco cocinada, especialmente hamburguesas y carne picada; leche cruda; productos lácteos elaborados a partir de leche cruda; vegetales no cocinados (lechuga, espinacas, brotes de semillas germinadas, entre otros) y frutas.
Se reconocen seis categorías de E. colique producen diarrea: enterotoxigénicos (ETEC), enteropatogénicos (EPEC), enteroinvasivos (EIEC), enteroagregativos (EAEC), de adherencia difusa (DAEC) y productores de toxina Shiga (STEC). Esta última también se conoce como E. coli verotoxigénico (VTEC), ya que producen citotoxinas (Vtx) que afectan células de la línea Vero.
Concretamente, STEC puede causar enfermedades graves en las personas. En la Unión Europea en 2020 la infección por esta bacteria fue la cuarta enfermedad de transmisión alimentaria más frecuente en personas, con 4.446 personas afectadas (casos), 652 hospitalizaciones y 13 muertes.
Hay que destacar que uno de los mayores brotes asociados a esta bacteria se produjo en Alemania en 2011 con 3.128 casos, 817 con síndrome urémico hemolítico y 46 muertes. En dicho brote, los alimentos involucrados fueron brotes de semillas germinadas.
Los niños afectados por este síndrome presentan palidez, fatiga, disminución del volumen de orina y en algunos casos convulsiones. Este síndrome puede llevar a fallo renal y desencadenar el fallecimiento. Se estima que entre el 5 y el 10 % de los niños infectados evoluciona hacia síndrome urémico hemolítico.