Es normal que muchos días no apetezca cocinar nada y se abra la nevera en busca de un milagro oportuno que ahorre tiempo y esfuerzo. Sin embargo, muchos de estos preparados de milagrosos tienen poco, sobre todo porque tienden a ser alimentos poco saludables, como es el caso de muchos embutidos y carne procesada en general.
Las salchichas de Frankfurt han sido señaladas por profesionales de la salud y nutricionistas como un embutido perjudicial para la salud. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, ha empleado para su elaboración en su mayor parte carne de cerdo, siendo menos de un tercio carne de vaca.
Además, este producto se fabrica con otros restos de menor valor biológico y nutricional, como recortes magros, paleta deshuesada, papada, labios, carrillos y todo tipo de vísceras, lo que disminuye su calidad nutricional en comparación con carnes frescas o procesadas de manera más natural, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Su contenido graso, que oscila entre el 30 y 35%, junto con una cantidad similar de carne y el resto compuesto por nitratos y nitritos, contribuye a su perfil nutricional desfavorable.
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Carne procesada
El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC), que depende de la Organización Mundial de la Salud, ha clasificado la carne procesada como carcinógena para los humanos (Grupo 1). De hecho, algunas de las investigaciones que respaldan esta categoría concluyen que el riesgo de padecer cáncer de colon se incrementa en un 20% al consumir 25 gramos de carne procesada diariamente, como revelan investigadores de la Universidad de Oxford.
Además de los riesgos asociados con el cáncer, las salchichas de Frankfurt se caracterizan por ser hipercalóricas, lo que puede contribuir al sobrepeso y la obesidad si se incluyen regularmente en la dieta. También poseen un aporte nutricional muy pobre, proporcionando menos proteínas que la carne de cerdo (solo un 12%) y una excesiva cantidad de sal (más de 1 gramo de sal por cada 100 gramos de producto), que se utiliza para proporcionar textura al producto y facilita la retención de agua.
Consumo excesivo
Otro factor preocupante es el consumo excesivo de este tipo de embutidos en España. Según un informe de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición, se consume más de 50 gramos diarios de este tipo de carnes en el país, lo que aumenta potencialmente las posibilidades de padecer cáncer. Este consumo elevado, junto con las características nutricionales desfavorables de las salchichas de Frankfurt, resalta la necesidad de una mayor conciencia pública sobre los riesgos asociados con el consumo de embutidos procesados y la importancia de optar por alternativas más saludables.
La Federación Española de la Nutrición (FEN) también subraya que este tipo de preparado es un derivado cárnico tratado por calor, similar en composición a la mortadela o el chóped, pero con una calidad inferior a la de la carne fresca.
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Un producto 'engordado'
También pueden contener leche en polvo, proteínas no cárnicas, antioxidantes y conservantes. Es decir, que el consumidor estaría pagando por un peso concreto de carne cuando en realidad, un porcentaje del producto no es tal. Incluso a estas salchichas se les añade más agua de la que sería recomendable (61%) para engordar aún más el producto.
La relación entre las salchichas de Frankfurt y el cáncer no es exclusiva de este tipo de embutido, sino que se extiende a otras carnes procesadas. Por lo que las opciones disponibles en los supermercados también juegan un papel crucial en la elección de alimentos más saludables por parte de los consumidores. "Por eso es necesario que haya una oferta amplia y accesible de alternativas más saludables a los embutidos procesados, como carnes frescas, productos cárnicos curados de manera tradicional u opciones vegetales", explica Concepción Martínez, nutricionista-dietista especializada en obesidad y nutrición deportiva.