Las dietas de pérdida de peso y los frutos secos se han considerado durante mucho tiempo como incompatibles. Son alimentos altamente densos en nutrientes, muy ricos en proteínas y llenos de beneficios saludables. Sin embargo, también son calóricos y abundantes en grasas, lo que los coloca al margen de la alimentación hipocalórica. Un nuevo estudio a cargo de la Universidad de Australia del Sur zanja ahora la controversia, corroborando que se pueden consumir almendras y perder peso al mismo tiempo.
Un amplio estudio ha demostrado que, incluso en el contexto de una dieta de restricción energética, incluir una ración de almendras no solo ayuda a perder peso, sino que mejora su salud cardiometabólica. Tras examinar los efectos de la suplementación tanto con los frutos secos como con aperitivos ricos en carbohidratos, los investigadores australianos -un país en el que dos de cada tres adultos sufren sobrepeso u obesidad, cifras no muy alejadas de las de España- determinaron que la pérdida de peso alcanzada era de siete kilos de media por participante.
Las almendras, un fruto milenario cultivado en España, son ricas en grasas insaturadas -antiinflamatorias y protectoras contra el colesterol -, fibra alimentaria, potasio, magnesio y vitamina E. En cambio son bajas en azúcares, grasas saturadas y sodio. El consumo de almendras puede mejorar los factores de riesgo cardiovascular intermedio, como las lipoproteínas de baja densidad (LDL, el 'colesterol malo'), la apolipoproteína B (apo-B), la presión arterial y la adiposidad.
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Mención aparte merece el fósforo, del que contiene 460 miligramos por cada 100 gramos, el doble que algunas especies de pescado azul. Según la Fundación Española para la Nutrición (FEN), "una ración de 25 g de almendras sin cáscara aporta el 18% de las ingestas diarias recomendadas" de este mineral. En cuanto a las vitaminas, subrayan la FEN, la almendra es fuente de vitamina E, riboflavina, tiamina, niacina y folatos. "Una ración de 25 g de almendras sin cáscara aporta el 42% de las ingestas diarias recomendadas de vitamina E", apunta.
"Las nueces y las almendras son un gran aperitivo. Poseen abundantes proteínas y fibra, y están cargadas de vitaminas y minerales", explica la investigadora Sharayah Carter. "Pero también contienen grasas en cantidades elevadas, lo que se asocia con la ganancia de peso". Según la especialista, la observación confirma que pueden consumirse para beneficiar la salud cardiovascular y mantener un peso saludable. "Contienen grasas insaturadas, las llamadas 'grasas buenas', que mejoran los niveles de colesterol, reducen las inflamación y cuidan el corazón".
Según detalla Carter, el ensayo se centró en examinar los efectos de la suplementación con almendras de una dieta de pérdida de peso para identificar los posibles efectos sobre el peso y la respuesta cardiometabólica. "Tanto los grupos que tomaron almendras como los que no lo hicieron alcanzaron una pérdida de peso equivalente a cerca del 9,3% de la masa corporal", precisa. "Sin embargo, aquellos que tomaron los frutos secos presentaron cambios estadísticamente significativos en fracciones de lipoproteínas de alto riesgo arterial, lo que puede redundar en una mejor salud cardiovascular a largo plazo".
En cuanto a la pérdida de peso, la investigador apunta al efecto saciante que se asocia en última instancia a una menor ingesta de alimento. "Los frutos secos tienen el beneficio adicional de hacerte sentir lleno durante más tiempo, lo que siempre es una ventaja cuando estás intentando adelgazar", concluye.