El Instituto Madrileño de Estudios Avanzados (IMDEA) Alimentación está estudiando un compuesto denominado harmol que se encuentra presente en el café, la bebida clásica de los desayunos en España, y que mejora la calidad de vida durante el envejecimiento.
Según recoge el IMDEA en un comunicado, este elemento tiene efectos positivos en la función del músculo esquelético y otros parámetros metabólicos favorables en la tercera edad. De este modo, lograron extender significativamente el ciclo vital en dos modelos de invertebrados.
Además, el tratamiento con harmol mejoró la tolerancia a la glucosa, la sensibilidad a la insulina y la acumulación de lípidos hepáticos en un modelo de prediabetes.
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Igualmente, se observó una reducción muy significativa de la fragilidad en los animales viejos. Junto con el café, se puede encontrar este componente en otros alimentos como las carnes, pescados o cereales, así como en las hojas de tabaco.
Una senectud saludable
En el análisis liderado por el IMDEA Alimentación con la colaboración del Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA, no se encontró ninguna toxicidad y muy pocos efectos sobre el sistema nervioso central.
La vejez se asocia a la pérdida de la capacidad de las células de producir energía de forma eficiente, provocando pérdida de masa y potencia muscular y mayor debilidad en la población mayor de 80 años.
Así, un tratamiento con este compuesto facilitaría la activación a nivel celular para mantener una buena salud en la ancianidad. En un escenario en el que la esperanza de vida, especialmente en nuestro país, se ha aumentado hasta el entorno de los 100 años, se ha observado que el principal reto es llegar a la última etapa en buenas condiciones, por lo que este estudio es clave para contribuir a una senectud saludable.