No solo los roedores se pirran por un queso. A los humanos les encanta este producto que se elabora a partir de la leche, a la que se le añaden cultivos lácticos y cuajo para coagular su proteína y formar una masa sólida. El producto final es un alimento rico en proteínas de alto valor biológico, cargado de vitamina y minerales como potasio, magnesio, calcio y hierro. Aunque también es rico en grasas y calorías, el queso en sí no tiene por qué engordar.
La realidad es que hay quesos más ligeros y más grasos, siendo estos primeros los más adecuados si se está llevando una dieta de pérdida de peso, como señala Concepción Martínez, dietista-nutricionista. "El consumo de queso tiene los suficientes beneficios como para recomendarse aunque se esté intentando perder peso. Para eso en el mercado hay quesos más ligeros compatibles con estos regímenes", explica la experta.
El que engorde más o menos un queso va a depender en mayor medida de su curación. Ya que cuanto más curado esté, más leche se utiliza, lo que significa que por estadística también contiene más grasa. La razón es que durante el proceso de curación, el suero del queso se va perdiendo y su contenido va concentrándose y compactándose. Por eso, cuanto más curado, más concentrado, o lo que es lo mismo, en la misma cantidad de producto más nutrientes pero también más grasa.
Aparte, existen especies de vaca, como la frisona, cuya leche tiene más contenido en grasa de forma natural. "Por ejemplo, una porción de unos 30 gramos de queso con una maduración de entre cuatro y ocho meses, ya presenta una buena cantidad de grasas y calorías. Si nos vamos a los tres meses de curación, la diferencia no es suficiente como para considerarlo un queso ligero", subraya Martínez.
Beneficios
Al preguntar a la nutricionista sobre el queso en porciones o sobre todo en tranchetes advierte. "Hay que estar atento a las etiquetas porque aunque parezca queso, si se miran los ingredientes en su mayoría son añadidos como fécula de patata. Algunos ni siquiera llegan a la porción suficiente de queso como para lucir ese sustantivo en el empaquetado", añade la nutricionista.
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Algunos de estos quesos en porciones son una masa de distintos productos lácteos, mantequilla, leche, agua y sal. También están los quesos de Burgos, un producto muy ligero en los que el único pero es la cantidad de sodio y su sabor, que no es suficiente para los amantes del sabor intenso tan característico del queso curado. Pero existen alternativas.
Todos los quesos a continuación cuentan con nutrientes similares, proteínas de alta calidad y calcio, además de vitaminas del complejo B, fósforo y zinc. Algunos contienen probióticos, que son bacterias beneficiosas para la salud intestinal. Entre los beneficios que aporta su consumo está el fortalecimiento de los huesos por el calcio, un nutriente capaz de prevenir la osteoporosis y otras enfermedades óseas.
Su consumo mejora la salud intestinal, reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares gracias a su contenido en proteínas y grasas saludables, como los ácidos grasos monoinsaturados. También se le relaciona con la prevención de la caries dental, ya que este alimento estimula la producción de saliva, lo que ayuda a neutralizar los ácidos que causan la caries dental.
Una realidad que constató un estudio de 2012, que contó con 68 participantes de entre 17 y 20 años, 34 de ellos con caries y 37 sin ellas. Los investigadores demostraron que el queso y el yogur ingerido, sin añadirle productos cariogénicos como el azúcar, aumentan la concentración de calcio y fósforo en la placa dental reduciendo de esta forma la incidencia de caries.
Es importante destacar que, aunque estos quesos pueden ser una buena opción para incluir en una dieta para adelgazar, es necesario tener en cuenta las porciones y la frecuencia de consumo. Además, es importante elegir productos de calidad, preferiblemente elaborados con leche de animales alimentados de forma natural y sin aditivos artificiales.
Frescos y ligeros
Uno de los quesos más recomendados por su ligereza es el queso fresco, una opción baja en calorías y grasas, por lo que es perfecto para adelgazar. Además, es una fuente de proteínas de alta calidad que ayudan a mantener la saciedad, evitando la sensación de hambre.
El siguiente de la lista es el queso de cabra. Otra opción rica en proteínas y calcio, con un contenido moderado de grasas. Además, es bajo en lactosa, lo que lo hace más fácil de digerir para algunas personas.
Por su parte, el queso feta también está cargado de proteínas, calcio y vitaminas del complejo B. Además, es bajo en calorías y grasas, por lo que puede ser una buena opción para incluir en una dieta para adelgazar. Se elabora con queso de cabra o de oveja y su único pero puede ser la cantidad de sodio, por lo que no es la mejor opción para los hipertensos.
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Otra de las opciones más aconsejadas es el queso ricotta, que también es bajo en calorías y grasas, y es una buena fuente de proteínas de alta calidad, calcio y vitaminas del complejo B. Es muy empleado en la pastelería, por lo que puede convertirse en un postre saludable que aporta 70 calorías por cada 100 gramos de producto.
Por último, el queso quark también es bajo en grasas y calorías, con una textura cremosa y algo ácida que lo convierte en la mejor opción para aquellos a los que el queso fresco se les hace algo insípido. Martínez además señala que este queso puede emplearse como alternativa a la nata.