Una nutricionista española, María Merino, hacía viral en 2018 el desayuno de su hijo. En vez de tomar algo típico, como leche con galletas, cereales o chocolate, el niño aparecía desayunando garbanzos, un hecho, para muchos, insólito, que destapa una cruda realidad: el desayuno que consideramos habitual está lejos de ganarse la categoría de sano.
En aquella ocasión, algunos tuiteros incluso llegaron a comparar a la nutricionista con "una madrastra de Disney". Otra dietista-nutricionista y divulgadora, Lucía Martínez, explicaba a EL ESPAÑOL que la alarma y la extrañeza ante este desayuno es más un asunto cultural. "Aquí nos chocó que alguien desayunara garbanzos porque este producto tradicionalmente va en la comida. Si esa madre nutricionista hubiera dicho eso en Inglaterra, nadie se habría asombrado, porque ellos sí que desayunan beans", destacó.
En otras zonas geográficas, como Centro y Suramérica, las legumbres en el desayuno también son habituales, en este caso en forma de frijol. De hecho, según señala también otro nutricionista, José Gallardo, "un plato de lentejas sería mejor desayuno". "No hay que confundir la necesidad del organismo de consumir glucosa con la ingesta de azúcar", sentencia.
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El cuerpo es capaz de obtener glucosa de las frutas, las legumbres o los cereales integrales. Por eso, cualquier tipo de alimento al que se le añada azúcar bajo este argumento es innecesario, tanto en el desayuno como a lo largo del día.
Según la prestigiosa Universidad de Harvard, las semillas leguminosas suponen el mejor alimento para tener en la despensa, incluso para el desayuno. Así, los investigadores Monique Tello, instructora clínica; y Rano Polak, investigador de la Facultad de Medicina de Harvard, han enumerado las distintas propiedades de este alimento, haciendo un llamamiento para que formen parte de la dieta diaria.
Disminuye la presión arterial
Un análisis de ocho ensayos clínicos, con datos de más de 550 participantes con una amplia variedad de problemas médicos a los que se les proporcionó una taza diaria de legumbres, durante diez semanas, demostró que, tras la ingesta de este tipo de alimentos, habían reducido su presión arterial en 2,25 puntos de media.
Reduce el colesterol malo
Otro análisis de diez ensayos clínicos diferentes, que abarcaron a más de 250 personas que tomaron entre media taza y dos tazas de judías pintas, garbanzos, lentejas y guisantes, todos los días durante al menos tres semanas, demostró unos resultados sorprendentes. Teniendo en cuenta que ninguno de los voluntarios estaba tomando fármacos para reducir el colesterol, éste bajó de media 8 puntos.
Menor deterioro cognitivo
Un estudio elaborado por investigadores de la Universidad Harvard, publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, revela que, en comparación con comer carbohidratos, ingerir proteínas se asoció con menores probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo a largo plazo. Por cada 5% de calorías que provenían de proteínas vegetales en lugar de carbohidratos, había un 26% menos de riesgo de desarrollar demencia. En concreto, los científicos explican que los frijoles y las legumbres tuvieron la asociación protectora más fuerte.
Cuida tu corazón y tu peso
En total, más de 100 voluntarios con diabetes tipo 2 ingirieron a diario una taza de legumbres durante tres meses. Como resultado, los investigadores observaron reducciones significativas del peso corporal de estas personas, así como una disminución del grosor de su cintura, de los niveles de azúcar en sangre y el colesterol.
Lo asombroso es que estos resultados se obtuvieron sin necesidad de complementar esta medida dietética con la ingesta de fármacos específicos para estas dolencias, por lo que desayunar garbanzos o comer legumbres todos los días, tiene muchísimos beneficios y ningún efecto secundario, como sí lo tendrían los fármacos específicos.