De infusiones está lleno el mercado. Algunas de ellas son muy populares y de uso diario, como es el caso del menta poleo, la manzanilla, la tila o las múltiples variedades de té. Otras, en cambio, son menos conocidas y sus beneficios y propiedades son casi un secreto para la gran mayoría de las personas. Esto es lo que ocurre precisamente con la infusión de los estigmas de maíz.
Se trata una parte de la planta que, hasta no hace demasiado tiempo, se consideraba inservible y que solía acabar en la basura. No obstante, en algunas culturas, su consumo forma parte de una tradición milenaria, como ocurre con algunos de los pueblos nativos del continente americano. De hecho, el nombre científico de la seda de maíz es Stigmata maydis, que significa "pelo de la madre". Y es que se cree que la palabra mays proviene de un término nativo mexicano para "madre".
¿Pero a qué nos referimos cuando hablamos del estigma del maíz? Muy sencillo. Si observamos una mazorca, podemos ver que está envuelta por finas hojas largas, una cáscara frondosa de la que se extienden los estigmas finos y suaves como hilos o seda que pueden medir entre 10 y 20 centímetros. Su función es la de recolectar polen para fertilizar cada semilla en el maíz. Estos hilos van cambiando de color según el proceso de maduración, pasando del color verde al púrpura, rojo y, finalmente, a un color amarillento. Se cosecha cuando tiene este último color, antes de que se vuelva marrón.
Tomar esta parte de la planta resulta recomendable por los beneficios que puede generar en nuestro organismo. Se los debemos a sus componentes: vitaminas B6, C, E y K, y elementos como calcio, potasio, hierro, selenio y zinc. Otros componentes son alantoína, mucílago, saponinas, polifenoles, glucósidos, taninos y alcaloides.
Diurético para una vejiga sana
Como un poderoso diurético y antiinflamatorio, la infusión de estigma de maíz promueve la micción, evitando así la acumulación de bacterias en la uretra. De esta forma, alivia la inflamación en la vejiga y el tracto urinario, y recubre el revestimiento uretral. Más allá de ello, también ayuda a fortalecer el sistema urinario en su totalidad y se usa de manera efectiva para prevenir la enuresis en los niños y la incontinencia en las personas mayores.
Un estudio realizado en 2012, concluyó a este respecto que "la administración de extracto acuoso de seda de maíz reduce significativamente los síntomas en pacientes con infección del tracto urinario y cistitis, además de influir en los valores de células de pus, glóbulos rojos y cristales, sin ningún efecto secundario informado que indique su eficacia y seguridad".
Riñones y eliminación de cálculos
Otro beneficio de la infusión de estigma del maíz en el organismo es el efecto en la salud renal. Un estudio demostró que su consumo, junto hojas de Binahong, produjo una reducción del estrés oxidativo y que podrían ser beneficiosas para la reparación del daño renal.
En esta misma línea, otro estudio halló que también puede ayudar a prevenir la formación de cálculos renales y a aumentar las posibilidades de su disolución y expulsión a través del tracto urinario. Ayuda así a aumentar la contracción de los músculos lisos, lo que, a su vez, lleva a incrementar la producción de orina.
Hipoglucemia contra la diabetes
Otro de los efectos del estigma del maíz se relaciona con la diabetes. La milenaria medicina china hizo de este ingrediente uno de sus pilares contra esta enfermedad. Hoy, tenemos pruebas científicas de sus efectos. Según un estudio de 2009, el extracto de seda de maíz redujo notablemente la hiperglucemia en ratones diabéticos inducidos por aloxano.
Este efecto se produjo, según los investigadores, gracias a un aumento del nivel de insulina y la recuperación de las células beta lesionadas. Pero no es la única investigación sobre ello. Otras han demostrado que la seda de maíz equilibra los niveles de lípidos en la sangre, lo que puede prevenir y reducir las complicaciones de la diabetes.
Potasio contra la hipertensión
La infusión de estigma de maíz posee propiedades vasodilatadoras. La causa de ello es que es rica en potasio, un mineral conocido, entre otras cosas, por sus efectos vasodilatadores y su capacidad para aliviar la tensión de los vasos sanguíneos, una de las principales causas de la presión arterial alta.
A los efectos del potasio se le unen, además, los de los flavonoides y terpenoides que, se cree, contribuyen a la acción antihipertensiva de este ingrediente.