La hipertensión arterial es uno de los grandes problemas de salud pública a nivel mundial, afectando ya a 1.200 millones de personas en todo el mundo según datos recientes. Su tratamiento es complejo, y su prevención tiene mucho que ver con los hábitos de vida y la alimentación, motivo por el que se han llegado a duplicar las personas que sufren hipertensión en solo 30 años.
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Por ello, lograr una prevención y tratamiento adecuados y potentes es esencial para un control adecuado, y una reducción del riesgo cardiovascular y de mortalidad en general.
Ahora, un nuevo estudio llevado a cabo por los investigadores de la Facultad de Medicina de Ribeira Preto de la Universidad de Sao Paulo (Brasil) y publicado en Clinical and Experimental Hypertension aboga por combinar lo mejor de ambos mundos: prevención y tratamiento. En este caso, ejercicio físico y tratamiento farmacológico simultáneos para lograr mejores resultados.
Un booster es lo que en medicina se describiría como un "activador" de un tratamiento, como se intenta lograr con algunas vacunas al usar dos dosis: la segunda actúa de booster de la primera.
En el caso del nuevo estudio, los investigadores habrían sugerido que el ejercicio aeróbico tras la toma de un fármaco antihipertensivo, concretamente el losartán, mejoraría la regulación del sistema cardiovascular y la tensión arterial respecto a tomar el fármaco sin más.
El losartán es un bloqueador del receptor de angiotensina II o ARAII, uno de los fármacos antihipertensivos más estudiados y usados -también en España- dado que es considerado como primera línea del tratamiento para la hipertensión arterial, entre otras enfermedades.
Pero, si su uso se combina con una caminata de 45 minutos al menos 3 veces a la semana, los resultados mejorarían más si cabe que tomando solo la medicación de forma aislada. El losartan es capaz de reducir la tensión arterial a niveles normales, pero el control autónomo del corazón es muy débil solo usando el fármaco, motivo por el cual se requiere combinar ejercicio físico regular.
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En investigaciones previas, también a cargo del mismo grupo de científicos, se analizó la variabilidad de la frecuencia cardíaca en modelos animales (ratas) hipertensas, a las cuales se les suministró tratamiento farmacológico en combinación con el ejercicio físico. Los resultados difirieron según el fármaco, motivo por el cual se quiso analizar los potenciales beneficios de la combinación en humanos.
Así pues, para el nuevo estudio los investigadores reclutaron a 32 hombres de entre 40 y 60 años y los dividieron en dos grupos: un grupo con tensión arterial normal y otro con hipertensión en tratamiento con losartan.
Todos los participantes realizaron un programa de entrenamiento aeróbico de 16 semanas. Antes y después del ejercicio, se les analizaron parámetros sanguíneos, la variabilidad de la frecuencia cardíaca (HRV), la tensión arterial y la sensibilidad barorrefleja espontánea (SBS) o cambio de frecuencia cardíaca en relación a la tensión arterial.
Cabe recordar que el sistema nervioso autonómo controla los procesos corporales involuntarios mediante dos ramas, la simpática y parasimpática, que pueden llegar a tener efectos opuestos en el mismo órgano. Por ejemplo, la rama simpática aumenta la frecuencia cardíaca, mientras que la rama parasimpática la reduce. Se trata de un sistema que se retroalimenta.
Antes del entrenamiento, la HRV y SBS era menor en los voluntarios hipertensos. Es decir, había una menor variabilidad y cambio de frecuencia en comparación a los voluntarios sin hipertensión, en los cuales el sistema nervioso autónomo funciona peor.
Sin embargo, tras el programa de ejercicio físico, la frecuencia cardíaca en reposo se redujo en ambos grupos, pero el grupo de hipertensos también mostró una menor tensión arterial y mejoras en la varibilidad de frecuencia cardíaca general y en respuesta a los cambios tensionales.
Este sistema funciona de forma diferente en hombres y mujeres, dado que las hormonas ováricas femeninas también interfieren en el sistema, motivo por el cual los investigadores optaron por realizar el estudio separado por sexo biológico. De hecho, las investigación que involucra a mujeres sigue en curso, pero aún incompleta.
En un futuro los investigadores quieren continuar en esta misma línea de estudio, contrastando los efectos de losartán y otros antihipertensivos como el enalapril, en combinación con el ejercicio físico.