Carmen Healy Aguado, miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española de Licenciados, Doctores y Graduados en Ciencia y Tecnología de los Alimentos (ALCYTA), explica las claves para usar correctamente las tarteras de plástico para alimentos.
Entrevistada por Europa Press, explica que debemos comprobar primero que la tartera que vamos a utilizar sea apta para alimentos. "En el caso de las de plástico tenemos que buscar el símbolo de la copa y del tenedor, o bien la frase 'para contacto con alimentos'". Sin embargo, esto no significa que los podamos reutilizar para conservar cualquier alimento.
"Los envases se autorizan para un uso determinado. Por ejemplo, si compramos encurtidos en un recipiente plástico, aunque lo lavemos será apto para contener otro tipo de alimentos. Lo único que nos dice el símbolo es que es apto para contacto con alimentos para las condiciones de uso previstas, en este caso, para contener encurtidos", pone de ejemplo.
"Para utilizarlas correctamente basta con leer las indicaciones que nos da el fabricante para hacer un uso seguro, que suelen aparecer tanto en el propio recipiente como en su envoltorio, o en la descripción del producto: apto para microondas, apto para el lavavajillas, apto para congelar, o la composición del envase".
Además, hay que comprobar que no alberguen ninguna rotura en su estructura, tanto en el momento de la compra del producto, como durante el tiempo que se vaya a utilizar el recipiente; y siempre respetando las instrucciones de uso del recipiente comentadas previamente.
Plásticos de fiambreras
La Unión Europea estudia desde hace años la posibilidad de que llegue a transferirse plástico de las tarteras a los alimentos. La tecnóloga de los alimentos sostiene que, si el recipiente de plástico utilizado cuenta con la indicación de que es adecuado para el contacto con los alimentos, y se siguen las indicaciones del fabricante, no hay por qué preocuparse.
En concreto, dentro de las indicaciones se pueden incluir el número de lavados que soporta el envase. Si se observa que el recipiente está dañado o deteriorado hay que sustituirlo. Además, "para saber si una tartera es apta para el lavavajillas debemos encontrar alguno de los símbolos en el envase".
"La posibilidad de migración sí puede existir, pero hoy por hoy existen una gran cantidad de controles a los materiales en contacto con alimentos que nos garantizan que, si se cumplen las condiciones de uso, de almacenamiento, y de vida útil del producto, no se podrán transferir sustancias tóxicas a los alimentos", agrega.
Lo que debemos hacer
Finalmente, enumera los principales consejos a seguir para un adecuado uso de las tarteras en nuestro día a día:
1. Hacer caso de las condiciones de uso. Recordar que todas las tarteras tienen características diferentes en función de sus componentes plásticos. Los rangos de temperatura de uso varían y no todos se pueden calentar ni congelar o lavar en el lavavajillas.
2. No utilizar cualquier tartera para calentar alimentos en microondas. Si no está especificado en las instrucciones o mediante los iconos, o la palabra 'micro', no se puede hacer. Utiliza un plato para calentar la comida en el microondas si no tienes claro si se puede utilizar o no.
3. No calentar los alimentos en la tartera con la tapa cerrada pues podrías llevarte un susto cuando lo abras con salpicaduras o vapores que podrían producir quemaduras. Incluso se podría llegar a deformar la tapa, ya que hay muchas tapas que no son aptas para su calentamiento.
4. No utilizar las tarteras eternamente. Si ves que han ido perdiendo la transparencia o que les han salido manchas blancas, debes renovarlos. Así como si observamos roturas, pérdida de consistencia, dureza, que la tapa no cierra bien, llegando a no garantizar su hermeticidad suele ser una señal de que debemos renovar el recipiente.
5. No lavarlos en el lavavajillas si no está indicado. Si no pone que se puede hacer es porque no se puede. Normalmente, los de cristal no tienen ese problema y se pueden limpiar en el lavavajillas (es una de sus principales ventajas). Y en caso de tener que lavarlos a mano, se recomienda que no pase mucho tiempo hasta que finalmente se lava, ya que cuanto más tiempo se deje en el fregadero, mayor será el riesgo de toxiinfección alimentaria.
6. Mantener una higiene adecuada antes, durante, y tras almacenar los alimentos en las tarteras. Esta frase incluye garantizar la higiene en cada utensilio de cocina que se utilice durante la elaboración del plato de tal forma que se evite la contaminación cruzada entre carnes, pescados, huevos, y otros alimentos crudos.
7. No comer directamente desde una tartera de plástico con cuchillos y/o tenedores metálicos. Los arañazos hacen que el plástico se degrade más rápido.
8. No utilizar el envase original del alimento para calentar los alimentos, salvo que el fabricante así lo exprese. Una cosa es que un recipiente sea 'Apto para Uso Alimentario', y otra que se pueda meter en el microondas. Algunos plásticos pueden fundirse con el calor y pueden provocar derrames y/o quemaduras.
9. Garantizar la hermeticidad del envase hasta el momento de consumo de los alimentos que hayamos llevado en la tartera, y por tanto, que no se rompa la cadena de frío, transportando las tarteras en una bolsa isotérmica (limpiadas regularmente), o almacenándolas rápidamente en la nevera de la oficina o de nuestro lugar de trabajo.
10. Durante el transporte de dichos recipientes se deben evitar los cambios bruscos de temperatura, así como los golpes, y los derrames.