Durante años se ha pensado que la causa principal de la diabetes tipo 2, o al menos la que mayor relación tendría con esa enfermedad, era el consumo de un exceso de carbohidratos. Ya saben, los macronutrientes que integran principalmente alimentos como la pasta o el arroz. Sin embargo, no son pocos los estudios publicados durante la última década que difieren sobre dicha posibilidad, haciéndonos ver que tanto la diabetes como otras enfermedades cardiometabólicas tienen múltiples causas interconectadas entre sí.
Ahora, un nuevo estudio publicado en Scientific Reports ha querido clarificar más las cosas si cabe realizando una revisión sistemática y un metanálisis sobre la relación entre diabetes tipo 2 y carbohidratos.
La diabetes tipo 2 es una enfermedad metabólica grave, caracterizada por una alteración en la función de la insulina: puede llegar a hacer menos función, secretarse menos, o que incluso las células del organismo respondan menos a su acción. Actualmente se calcula que más de 500 millones de personas en todo el mundo sufren diabetes tipo 2, siendo Medio Oriente y África del Norte las regiones más afectadas.
Se sabe que la dieta y el estilo de vida en general son claves, tanto para causar y empeorar la diabetes tipo 2, como para controlarla e incluso llegar a "curar" en determinados casos. Hasta ahora los carbohidratos de la dieta habían sido vistos como los principales causantes de esta enfermedad, dada su clara relación con los niveles de glucosa o azúcar sanguíneo. Sin embargo, los estudios que han buscado relación entre diabetes tipo 2 y dieta han dado resultados inconsistentes.
Así pues, en este nuevo estudio, los investigadores han realizado búsquedas en bases de datos como PubMed, Scopus y Web os Sciences, en busca de estudios prospectivos de cohortes que analizasen la relación entre consumo de carbohidratos y diabetes tipo 2, e incluso una relación dosis-respuesta. Es decir, saber si a mayor consumo de carbohidratos habría más riesgo de enfermedad.
En total se incluyeron 18 estudios con 29.229 casos y 607.882 participantes en total, siendo 13 de los 18 estudios considerados de "alta calidad" y los otros 5 estudios como "calidad moderada".
Según los resultados del estudio, se habla de una relación en "forma de J" entre la ingesta de carbohidratos y riesgo de diabetes tipo 2 en cuanto a dosis se refiere: el consumo de un 50% de energía diaria en forma de carbohidratos otorgaría el riesgo más bajo de diabetes tipo 2, mientras que existiría un aumento significativo de riesgo a partir del consumo del 70% de energía diaria en forma de carbohidratos. Además, habría una diferencia significativa en esta asociación entre los países asiáticos y los occidentales.
En metanálisis previos, como el que se publicó en el año 2013, no se encontró relación entre la ingesta total de carbohidragos y riesgo de diabetes tipo 2. Además, varios estudios previos, la mayoría realizados en países occidentales, tampoco encontraron relación alguna. Sin embargo, otros metanálisis recientes si mostraban relaciones no significativas entre carbohidratos y diabetes tipo 2 en países occidentales, y relación significativa en estudios en países asiáticos. En este nuevo estudio, actualizando la evidencia e incluyendo datos de investigaciones más recientes, se observó que el consumo de 45-65% de energía en forma de carbohidratos (la ingesta diaria recomendada actualmente por las guías nutricionales) no se relacionaría con la diabetes tipo 2, pero una vez se supera el 70% de energía en forma de carbohidratos sí hay una clara relación.
Algunos trabajos han sugerido mecanismos que explicarían esta relación entre carbohidratos y diabetes tipo 2, como el hecho de que la exposición continuada a largo plazo a este macronutriente pueda dar lugar a una señal continua de las células beta del páncreas para que secreten insulina y reduzcan la glucosa sanguínea; en consecuencia se produciría un agotamiento de estas células y una intolerancia a la glucosa. Así mismo, un exceso de carbohidratos produciría un exceso de acetil CoA, lo que daría lugar a un exceso de radicales libres, contribuyendo a la resistencia a la insulina.
Respecto a las diferencias entre Occidente y Asia, los investigadores recuerdan que en los países asiáticos hay tendencia a un consumo superior al 60% de la energía en forma de carbohidratos, los cuales además suelen ser refinados (arroz blanco, pan, entre otros), en comparación a las dietas occidentales.
Para finalizar, los investigadores recuerdan que su estudio no carece de limitaciones: se trata de una revisión de carácter observacional y no es posible determinar una casualidad. Además, se usó la ingesta total de carbohidratos, lo cual incluiría tanto cereales integrales como refinados; no se hicieron diferencias entre el tipo de carbohidrato, lo cual podría dar lugar a errores en las asociaciones entre carbohidratos y diabetes tipo 2.