Llegó al culmen de su éxito en 2017, cuando se hablaba del aceite de coco como la panacea de los superalimentos. Ahora, cuatro años después, esta sustancia grasa que se emplea en alimentación y también en cosmética aporta más certezas científicas sobre sus beneficios y propiedades. Se extrae de la pulpa o carne de los cocos, Cocos nucifera, y forma parte fundamental de la gastronomía de países como Tailandia, Filipinas y Malasia. También ha tenido, desde tiempos remotos, usos terapéuticos en la medicina tradicional y logró su gran popularidad en occidente al destacar como acelerador del metabolismo, recomendado para quemar grasa y sentirse saciado, dos cualidades muy apreciadas para las personas que hacen dieta.
Entre los beneficios del aceite de coco que se han venido destacando está su contribución a fortalecer el sistema inmune, mejorar los niveles de colesterol, favorecer la digestión y la circulación intestinal, además de su poder para generar sensación de saciedad y quemar grasa. Su contenido en ácidos láurico, cáprico, caprílico y polifenoles le otorga propiedades antivirales y antimicrobianas. De hecho, ayuda a compatir la bacteria Helicobacter pylori, relacionada con la gastritis y las úlceras. Un estudio publicado en 2016 observó que la suplementación de 2 gramos de este aceite virgen reduciría los marcadores de inflamación aguda.
No obstante, el aceite de coco llegó a ser todo un bum en la alimentación por sus propiedades termogénicas. La historia sobre el supuesto descubrimiento de sus cualidades nos remonta a 2003, cuando la Universidad de Columbia publicó una revisión en la que sugerían que los ácidos grasos de cadena media "ayudan a quemar grasa" y este alimento los contiene. Sin embargo, tan solo posee un 14% de este tipo de ácidos grasos y ni siquiera aparecía en el estudio, pero esos pequeños detalles parece que no importaron mucho para su impulso comercial.
Valor nutricional del aceite de coco
El valor nutricional por 100 gramos de aceite de coco es el siguiente:
Calorías: 900 kcal
Proteínas: 0 g
Colesterol: 0 g
Grasas totales: 100 g
Hierro: 0,04 mg
Vitamina D: 0,11 mg
Yodo: 1 mg
El aceite de coco en piel y pelo
El aceite de coco es uno de los ingredientes fundamentales en la industria de la fabricación de cosméticos para elaborar jabones, cremas hidratantes y otros productos destinados a embellecer la piel y aportar hidratación profunda y duradera, llegando a sus capas internas y ayudando a eliminar células muertas. Asimismo, se usa para protegerse del sol y potenciar el bronceado. En el cabello, este superalimento tiene diferentes usos, pero todos pasan por revitalizar y reparar el pelo con sus compuestos activos que arreglan los daños ocasionados por los agentes externos y regulan la producción natural de aceites del cuero cabelludo.
El peligro del aceite de coco
Aun con todo, conviene dejar claro que el aceite de coco no es la panacea, pero tampoco es "veneno puro", como lo ha llamado una profesora de nutrición de la Universidad de Harvard. Si bien no existe evidencia científica de que este aceite vegetal sea más sano y nutritivo que otros aceites y alimentos, tampoco es tan perjudicial para nuestra salud. Un estudio publicado en la revista Circulation, editada por la Asociación Americana del Corazón, advirtió que podía aumentar los niveles de colesterol LDL o colesterol malo, pero no han podido probar su relación directa.
Cómo tomar aceite de coco
Es importante que el aceite de coco que se compre, como ocurre con el más vendido de Amazon, sea aceite de coco virgen extra para evitar que esté refinado y/o blanqueado y que conserve todas sus propiedades. Si es ecólogico, mejor que mejor. Tampoco hay que pasarse con la cantidad diaria, que los nutricionistas cifran en 30-40 mililitros al día. Teniendo esto en cuenta podemos cocinar con él todo tipo de verduras o añadirlo al té o al café como un suplemento, aunque también es ideal para elaborar postres saludables.
Siendo un ingrediente muy empleado en la cocina asiática, da un toque exótico al sabor de los platos y resiste altas temperaturas, con lo que se podría usar también para frituras. Liga perfectamente también con sopas, arroces, curris o pastas. Se puede elaborar en casa con un coco maduro del que habría que extraer su pulpa con una cuchara, cortarla el trozos pequeños y licuarlas con un chorro de agua. Se exprimiría con la ayuda de un filtro de café hasta extraer todo el líquido y, tras dejarlo reposar 24 horas para que la leche se separe del aceite, veremos cómo la primera formará una capa en la parte superficial y el segundo quedará al fondo.
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