Por delante del plátano y la manzana, la fruta fresca más consumida en España es la naranja, según el informe alimentario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Anualmente, cada español ingerirá más de 17 kilogramos de este cítrico muy popular en la dieta de nuestro país, pero que habitualmente acaba transformado en zumo. Esta no es en absoluto la manera ideal de tomarla en comparación con consumir la pieza entera, como recuerdan en Consumidor Global.
La naranja es una fruta hipocalórica -la mayor parte de su masa es agua- famosa por su aporte de vitamina C, aunque no es su cualidad más notable. La Fundación Española de Nutrición (FEN) destaca también su contenido en antioxidantes como los flavonoides, carotenoides, ácidos hidroxicinámicos y ácidos orgánicos, además de ser fuente de folatos que actúan en la formación de las células sanguíneas. Estos nutrientes ayudan a nuestro sistema inmunitario reforzando las defensas y las paredes celulares, neutralizando también a los radicales libres
La fibra de la naranja, la llamada pectina, contribuye a reducir y regular los niveles de colesterol y su contenido en minerales como el potasio, el calcio y el magnesio fortalece los músculos y las articulaciones. Estos beneficios nutricionales y antiinflamatorios se pierden si se consume en forma de zumo, ya que los azúcares intrínsecos saludables de la fruta se transformarán en libres, más fáciles de absorber por las paredes del intestino delgado. Esto, a su vez, provocará picos de glucemia -azúcar en sangre- que promueven el aumento de peso y perjudican la salud.
Lo ideal por tanto no es solo consumir la naranja entera y con frecuencia, sino aprovechar la disponibilidad de la huerta española para tomarla de temporada y proximidad. Esto preserva las mejores cualidades organolépticas y nutricionales de la fruta fresca, reduce los costes y las emisiones provocados por la conservación y el transporte, y es beneficioso para el productor local. Con esto en mente, Mercadona, en coordinación con la iniciativa del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación "Frutas y Verduras de temporada", incorpora desde finales de octubre 200.000 toneladas de naranjas y mandarinas españolas.
Los productores de estos cítricos resultarán familiares para el público, y este reportaje de EL ESPAÑOL permite conocerlas en profundidad: "Fontestad Citrus, Frutinter, Martinavarro, Frutas Tono, Bollo International Fruits, Bagu, Dracma, Anecoop, SAT Canarisol, Agronostrum, Frutas Plasencia, Hermanos Torres y Sucesores, Lasarte, AM Fresh Spain Citrus, Alcafruit, Vicente Giner, Agrios Selectos, V-Ros, Frutas Poveda, Tana, Frugarva, Mundosol y Perales y Ferrer". En total, Mercadona compra a 2.500 agricultores de la Comunidad Valenciana, Andalucía, Región de Murcia, Cataluña y Canarias, para cubrir el 90% de la naranja que comercializa.
Para estar seguros en cualquier caso, es importante mirar el etiquetado de la fruta si se vende en malla, o el que se mostrará junto a los cajones acompañando al precio si las compramos a granel. El origen de la fruta deberá indicar claramente 'España'. Como explicaba Miguel Ángel Lurueña, divulgador y doctor en Tecnología y Ciencia de los Alimentos, esto puede dar lugar a una confusión con el término 'Valencia', que puede indicar la variedad de la naranja y no el lugar en el que ha sido cultivada.
Así, se pueden encontrar naranjas que se presentan como 'Valencia' o incluso 'de Valencia' cuando su origen es Sudáfrica, Zimbabue o Egipto. "Las naranjas nacionales no llegan al mercado hasta noviembre", aclaraba Lurueña. "Valencia es una variedad de naranja desarrollada en Estados Unidos a mediados del s. XIX que se cultiva en diferentes países del mundo. Ojo, no confundir variedad con origen", concluía.