Durante todo el año es fácil encontrar peras o manzanas en el supermercado, pero hay otras frutas más especiales cuya temporada se pasa en un abrir de ojos. Esto pasa en España con la chirimoya, con la fresa y, ahora mismo, con la cereza. Estas pequeñas frutas de color rojo intenso se recolectan entre finales de la primavera y principios de verano. Fuera de esas temporadas es muy difícil hacerse con una caja de ellas.
Tal y como explica la Fundación Española de la Nutrición (FEN), las cerezas son el único fruto que cuenta con hueso no "climatérico". Esto significa que la fruta no es capaz de madurar una vez se arranca del árbol. Esta es la razón por la que debe ser recolectada en el momento preciso: al final de la primavera y parte del verano. Por eso, debemos aprovechar ahora mientras siguen en el súper.
En este sentido, Mercadona ha confirmado en su página web que podremos seguir encontrando este verano cerezas en sus supermercados. La famosa cadena española de supermercados ha anunciado que comprará durante esta temporada más de 6.000 toneladas de cerezas, lo que representa el doble de la cantidad que adquirieron el año pasado. Todas ellas, además, son productos de proximidad.
Cerezas de proximidad
Sí, las cerezas que adquiere Mercadona proceden del campo de España. En concreto, la empresa ha explicado que compran este género en Cáceres, Murcia, Alicante, Tarragona, Lleida, Zaragoza y Huesca. De esta manera, esta cadena de supermercados españoles pretende fomentar el consumo de frutas de temporada y de proximidad, una cuestión que ayuda a nuestra propia salud, pero, además, al cuidado del medio ambiente.
Muchas veces cuando compramos esta fruta en el supermercado las llamamos picotas, pero ¡ojo! porque no todas lo son. En este sentido, todas las picotas son cerezas, pero no todas las cerezas son picotas. Las picotas son más pequeñas que las cerezas, con un color más oscuro y son más sabrosas. Además, tienen un hueso más grande y, por lo tanto, menos carne. Lo más característico de las picotas es que no presentan pedúnculo, el rabito a través del que cuelgan del árbol.
Las cerezas, como el resto de frutas, son consideradas como un alimento muy saludable. En este sentido, pueden ayudarnos a alcanzar las recomendaciones de consumo diario de frutas y verduras. Aunque siempre nos han recomendado que tomemos 5 raciones de estos alimentos al día, la Universidad de Harvard va un paso más allá y en su esquema de la alimentación saludable recomienda que la mitad de lo que comamos al día sean frutas y verduras.
Un alimento saludable
Según la Fundación para la Diabetes (FDNN), una ración de cerezas está compuesta por unas 12 o 15 piezas, lo que equivaldría a unos 120 gramos de peso. Las cerezas contienen muy pocas kilocalorías porque una gran parte de su composición está formada por agua: en concreto, casi el 84% de las cerezas es agua. El resto de la composición está formado, principalmente, por hidratos de carbono y por fibra.
Esos carbohidratos son azúcares simples que, sin embargo, no perjudican a nuestra salud. Se tratan de azúcares intrínsecos, es decir, que se encuentran naturalmente presentes en esta fruta y están contenidos en una matriz de fibra. Esto repercute en que estos azúcares se absorben lentamente en el torrente sanguíneo y, por eso, no hacen daño a órganos como el páncreas, que segrega insulina para nivelar la glucosa en nuestro organismo.
Por cada 100 gramos de cerezas que comemos, esta fruta sólo aporta unas 65 kilocalorías. Aunque no se considera fuente de ningún nutriente, entre las sustancias que las componen destacan el potasio y la vitamina C. Pero, además, las cerezas contienen una cantidad interesante de antocianinas, unas sustancias conocidas por su efecto antioxidante.