Con el verano recién estrenado, las higueras empiezan a dar sus frutos y así continuarán hasta el otoño. Estos alimentos son muy apreciados en España por tratarse de un vegetal muy dulce, debido a su alto contenido en azúcares. De todas formas, a pesar de nuestro amor por estos alimentos, todavía desconocemos algunos aspectos sobre ellos: los higos no son frutas y, sobre todo, no son lo mismo que las brevas.
A pesar de lo que mucha gente piensa, un higo no es una fruta, sino varias flores invertidas dentro de una vaina. Las flores son el aparato reproductor de las plantas y, si bien la gran mayoría de ellas están expuestas al aire libre para facilitar la polinización, las de la higuera se encuentran escondidas. Esto dificulta la polinización de esta especie, pero no la hace imposible. Si no, no existirían las higueras.
El árbol que nos suministra los higos puede reproducirse de dos maneras: la primera, y la que se practica en España, es el esqueje realizado por la mano del hombre; la segunda, sin embargo, necesita una especie concreta de avispas. Algunos higos cuentan en su base con un agujero, se trata de una entrada que ha hecho una avispa para dejar los huevos en su interior. Cuando salen las crías se llevan el polen y al introducirse en otro, fecundan esas flores.
De higos a brevas
Se trata de un proceso complicado que tiene un fatídico desenlace para las avispas, tal y como se detalla en este artículo de EL ESPAÑOL. De todas formas, no hay que alarmarse porque cuando tomamos un higo no estamos consumiendo una avispa, en la mayoría de situaciones. La mayoría de las higueras de España se reproducen a través de esquejes, pero en las que se ha introducido una avispa su cadáver queda disuelto por las enzimas del higo.
El otro gran mito que existe sobre los higos es que también pueden llamarse brevas. Esto es falso: ambas palabras hacen referencia a la flor de la higuera en diferentes condiciones. A simple vista una breva es más grande que un higo y, si la probamos, descubriremos también que es menos dulce. Sin embargo, los dos alimentos proceden de la misma higuera y su estructura es muy similar. Entonces, ¿cuál es su principal diferencia?
Las brevas son los primeros frutos que da la higuera y que aparecen al final de la primavera y los higos son los que salen en verano y en otoño. A pesar de que puede parecer que las brevas son frutos tempranos, en realidad son tardíos. Las brevas, en este sentido, son los higos que no terminaron de crecer en la temporada anterior y que llegan a la madurez al comienzo de la temporada siguiente.
Azúcares y fibra
Es decir, que los frutos de la higuera que hemos podido ver durante el mes de junio son las brevas; menos dulces y más grandes. A medida que avance el verano se irán terminando y darán paso los higos de esta temporada cuya mejor época transcurre entre los meses de agosto y septiembre. Para cerrar el círculo, los higos que no hayan madurado a finales de septiembre, lo harán al junio siguiente, en forma de brevas.
En España, los higos se cultivan fundamentalmente en Huesca, Ávila, Cáceres, Murcia, Alicante y Lleida. Aunque su contenido mayoritario es el agua, los higos se reservan una buena proporción de hidratos de carbono y de fibra. Concretamente, los higos tienen un 16% de carbohidratos formados por distintos tipos de azúcares: glucosa, fructosa y sacarosa. Sin embargo, gracias a su contenido de fibra esta sustancia dulce no produce los daños que se asocian a los azúcares libres.
Los higos, de hecho, destacan porque son una de las frutas con más azúcar y también con más fibra. De todas formas, son recomendables en una dieta saludable, pero también en las de adelgazamiento. Los higos sólo contienen 85 kilocalorías por cada 100 gramos que tomamos; además, son ricos en potasio y en vitamina B6.