Los higos son el peculiar fruto de la higuera, un árbol que forma parte de la familia de las moreras (Moraceae). Su peculiaridad reside en que en realidad, se trata de una infrutescencia, es decir, un tipo de flor, o mejor dicho, un conjunto de flores invertidas que florecen dentro de esa gran vaina negra.
Su origen se encuentra en Medio Oriente y el Mediterráneo y los griegos los tenían en tan alta estima que alguna vez se crearon leyes para evitar su exportación. En España, su cultivo se desarrolla sobre todo en la cuenca mediterránea, junto con Extremadura y Huesca.
Existen múltiples variedades de higos, todos los cuales varían ampliamente en color y textura. Su principal característica común es una pequeña abertura en forma de brote llamada ostiolo en la parte superior que ayuda al desarrollo de la fruta. Un factor que que ha hecho que antes de los azúcares refinados, haya sido utilizado como edulcorante.
Los higos tienen un sabor único, dulce, textura suave y masticable y están llenos de semillas comestibles ligeramente crujientes. Los higos frescos son delicados, y en muchas zonas son muy consumidos en verano, cuando su temporada, pero al ser muy perecederos, es habitual secarlos para poder conservarlos en otras épocas del año, bien solos bien como ingrediente, como en el pan de higo. Además, a las hojas del árbol también se les puede dar uso, por ejemplo para tomarla en infusión.
Por tanto, nos encontramos ante un alimentos dulce y nutritivo que, de diferentes maneras, se puede disfrutar durante todo el año. Además, sus beneficios, relacionados con con los sistemas endocrino, reproductivo y respiratorio, así como el tracto digestivo son muchos para quienes gustan de degustar este producto. Te contamos cuáles son y cómo sacarle todo el partido.
Aspectos nutricionales destacados
Los higos son ricos en azúcares naturales, minerales y fibra soluble. Los higos son ricos en minerales como potasio, calcio, magnesio, hierro y cobre y son una buena fuente de vitaminas antioxidantes A y K que contribuyen a la salud y el bienestar. Según la Fundación Española de Nutrición, por cada 100 gramos de porción comestible, estos son sus valores nutricionales. 65 kilocalorías, 1,2 gramos de proteínas, 16 gramos de hidratos de carbono, 2,5 gramos de fibra y 0 de colesterol.
Si nos referimos a los higos secos, estas son las cifras: cerca de 250 kilocalorías, 3,3 gramos de proteínas, 64 gramos de hidratos de carbono, 9,2 gramos de fibra y 0 colesterol.
Propiedades digestivas
Los higos se han utilizado durante mucho tiempo como un remedio casero o un tratamiento alternativo para problemas digestivos como el estreñimiento. La principal razón es su contenido en fibra, que como es bien sabido, es una excelente aliada al suavizar y agregar volumen a las heces, disminuir el estreñimiento y servir como prebiótico, o fuente de alimento para las bacterias saludables que pueblan su intestino. En este sentido, un estudio, concluyó que su consumo sirvió para disminuir significativamente el estreñimiento, en comparación con un grupo de control.
Otro estudio realizado con 150 personas que sufrían el síndrome del intestino irritable con estreñimiento (SII-C) encontró que aquellos que consumieron alrededor de 4 higos secos (45 gramos) dos veces al día experimentaron una reducción significativa de los síntomas, incluidos dolor, hinchazón y estreñimiento, en comparación con un control grupo.
Controlar los niveles de azúcar en la sangre
Un estudio de 1998 demostró que el té de hoja de higuera con el desayuno puede hacer disminuir las necesidades de insulina. Los participantes que lo hicieron, pudieron disminuir su dosis en aproximadamente un 12%.
Además, otro estudio sugiere que las bebidas que contienen altas dosis de extracto de higo tienen un índice glucémico (IG) más bajo que las bebidas no lo incluyen, lo que significa que estas bebidas tendrían un efecto más favorable en los niveles de azúcar en la sangre.
El asunto es diferente cuando hablamos de los higos secos, ya que contienen un alto contenido de azúcar y pueden aumentar los niveles de azúcar en la sangre a corto plazo. Por lo que para las personas que tiene que mantener bajo control su nivel de azúcar en la sangre, no se trata de una opción muy adecuada.
Una mejor salud cardiovascular
Los higos pueden mejorar la presión arterial y los niveles de grasa en la sangre, lo que, en consecuencia, puede ayudar a mejorar su salud vascular y disminuir su riesgo de enfermedad cardíaca. Por ejemplo, diversos estudios sugieren que el consumo de esta infrutescencia ayuda a disminuir la presión arterial y a reducir el colesterol.
Para una piel sana
Los higos pueden tener algunos efectos beneficiosos sobre la piel, especialmente en personas con dermatitis alérgica, o piel seca y con picazón como resultado de alergias.
Un estudio en niños con dermatitis descubrió que una crema hecha de extracto de higo seco aplicado dos veces al día durante 2 semanas fue más eficaz para tratar los síntomas de la dermatitis que la crema de hidrocortisona, el tratamiento estándar.
Además, se demostró que una combinación de extractos de fruta, incluido el extracto de higo, exhibe efectos antioxidantes en las células de la piel, disminuye la descomposición del colágeno y mejora la apariencia de las arrugas.