Aún se sigue viendo la tradicional pirámide alimentaria que coloca los cereales, cuyo mayor aporte son los hidratos de carbono, en la base de la alimentación, antes que las frutas y verduras. Así, hay guías que recomiendan entre cuatro o seis raciones al día. “Los cereales tienen un protagonismo que no se merecen. No deben estar en la base de la alimentación. No se puede ingerir seis raciones al día, en todas las ingestas, de hidratos de carbono”, dijo el dietista-nutricionista Aitor Sánchez en una entrevista a EFE en 2017.
Sin embargo, como señala Boticaria García en el libro El jamón de york no existe, las guías más actualizadas ya han desechado esta idea. El citado Plato de Harvard señala que los granos o cereales integrales deben ocupar un cuarto del plato en cada comida. Y añaden: el tipo de carbohidratos es más importante que la cantidad, porque algunas fuentes de este nutriente —como las verduras, frutas, granos integrales, y legumbres—, son más saludables que otros.
Cuando se opte por comer cereales (pan, arroz o pasta), lo mejor para la salud es elegir aquellos integrales, ya que contienen un mayor contenido en fibra, siendo su absorción más lenta, y también aportan más vitaminas y minerales. En cambio, hay que evitar el pan o el arroz blanco o refinados, ya que son hidratos de absorción rápida y se asocian a un mayor riesgo de sufrir sobrepeso, obesidad, diabetes y otras enfermedades.