La col lombarda es una verdura crucífera de hojas de color rojo púrpura oscuro firmemente compactadas. Pertenece al grupo de verduras brassica junto con las coles de Bruselas y la col rizada, y tiene un sabor picante y crujiente cuando se come cruda, que se vuelve más dulce y de textura más suave cuando se cocina.
Su origen, como el de todas las variedades de col, se encuentra en Europa, y es conocida y utilizada desde hace más de 2.000 años, cuando los romanos la popularizaron por todo el continente. En la actualidad, se cultiva y se consume, prácticamente, en todo el mundo.
La col lombarda se encuentra disponible a lo largo de todo el año. Sin embargo, con la llegada del frío es cuando goza de un mayor protagonismo, por lo que es frecuente verla en las mesas en época navideña. A ello, contribuyen sus valores nutricionales.
Fuente de vitaminas
Sus valores nutricionales no se asemejan, sin embargo, a los alimentos típicos navideños. La col roja contiene solo 21 calorías por 100 gramos, con la peculiaridad de que alrededor del 90% es agua. Por cada 100 gramos, contiene 1 gramo de proteína y 4 gramos de carbohidratos. Las grasas son prácticamente inexistentes. Destaca el hecho de que, además, se trata de una buena fuente de fibra con 3 gramos por cada 100.
Su característico color tiene una explicación muy sencilla: la presencia de polifenoles de antocianina que, además, tienen propiedades antiinflamatorias. Es rica en fibra dietética, vitamina K, vitamina B6 y tiamina, riboflavina, retinol y ácido fólico, y posee el doble de vitamina C que la col repollo. También posee minerales como manganeso, potasio, magnesio, calcio y hierro.
Con estos datos, no hay duda de que se trata de un alimento muy beneficioso para nuestra salud y lo convierten en un excelente aliado para controlar el peso, algo muy interesante en tiempos de excesos navideños. Además, su contenido en fibra dietética también generará una sensación de saciedad y un positivo impacto en el proceso digestivo. No obstante, sus beneficios van más allá. Veamos algunos de ellos.
Ayuda a las defensas
La col roja es rica en vitamina C, que es un antioxidante muy potente. La vitamina C cataliza la producción de glóbulos blancos que forman la primera línea de defensa contra microbios dañinos. Además, también ayuda a combatir la producción incontrolada de radicales libres en nuestro cuerpo que puede dañar el sistema inmunológico. Por último, esta vitamina también juega un importante papel en la producción de colágeno, que es fundamental para proteger los tejidos de nuestro cuerpo.
Estos mismos antioxidantes tienen efectos positivos en la piel al ayudar a eliminar las manchas oscuras, a reducir las arrugas y las manchas de la edad y a mantener la piel fresca y tersa.
El consumo de col lombarda ayuda a combatir la inflamación, relacionada con otras enfermedades, como, por ejemplo, con la artritis. Su contenido en fitonutrientes, como la antocianina, ayuda a prevenir el dolor y la hinchazón en las articulaciones. La incorporación de repollo rojo en la dieta ayudará a tratar naturalmente la artritis y las complicaciones asociadas con ella. En esta línea, sus hojas también pueden reducir el dolor, la hinchazón y la inflamación de los senos debido al aumento del suministro de leche y del flujo sanguíneo durante el período posparto temprano.
Salud intestinal
Como hemos señalado, la lombarda contiene una buena proporción de fibra. La fibra insoluble comprende alrededor del 70% de la fibra de la col lo que reduce significativamente el riesgo de estreñimiento. El 30% restante, en cambio, es fibra soluble, que proporciona alimento a las bacterias beneficiosas que viven en el intestino.
A su vez, estas bacterias beneficiosas producen ácidos grasos de cadena corta (AGCC), como acetato, butirato y propionato, que alimentan las células del intestino. De esta forma, pueden reducir la inflamación y otros síntomas de los trastornos intestinales, como la enfermedad de Crohn, el síndrome del intestino irritable (SII) y la colitis ulcerosa.
Huesos, vista y corazón
La col roja contiene minerales como calcio, magnesio, manganeso y otros minerales importantes que son esenciales para el crecimiento óseo y el mantenimiento de la densidad mineral. La presencia de vitamina K en la col lombarda asegura que los riesgos de osteoporosis en las personas que la consumen se reducen en gran medida. Esto se debe a que la vitamina K aumenta la cantidad de proteína necesaria para mantener el calcio óseo.
La vitamina A es fundamental para nuestros ojos. Esta vitamina se suministra en 3 formas diferentes como betacaroteno, luteína y zeaxantina. El betacaroteno se convierte en retinol, una forma de vitamina A, y esto ayuda a las células del ojo a detectar la luz y convertirla en impulsos nerviosos. La vitamina A también ayuda a prevenir la degeneración macular y la formación de cataratas.
La col morada también puede puede reforzar la salud del corazón, gracias a su contenido más de 36 tipos de antocianinas, que son los flavonoides antioxidantes que dan a la col morada su color característico. Una mayor ingesta de antocianinas también puede estar relacionada con una presión arterial más baja y, en consecuencia, un menor riesgo de enfermedad cardíaca.
Prevención al cáncer
Junto con las antocianinas, la col lombarda contiene otros antioxidantes como los índoles. Según algunas investigaciones, estas moléculas pueden actuar contra los radicales libres y ayudan a prevenir el cáncer de colon y el cáncer de mama. Por su parte, su alto contenido en vitamina A ayudar a reducir las posibilidades de cáncer de pulmón.
Además, existen evidencias que apuntan a que el sulforafano que se encuentra en el repollo morado y otras verduras crucíferas puede ayudar a eliminar las células cancerosas o evitar que crezcan y se propaguen.