El zumo, ya sea de naranja, de piña, o de plátano, por muy natural que sea, es una bebida que perjudica nuestra salud a largo plazo. No lo decimos nosotros, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja reducir el consumo de bebidas azucaradas (entre las que se encuentran los zumos) dentro de su estrategia para reducir el sobrepeso y la obesidad infantil. "Las calorías aportadas por las bebidas azucaradas tienen poco valor nutricional y pueden no proporcionar la misma sensación de plenitud que ofrece el alimento sólido", señala la organización. "Como resultado, puede aumentar el consumo total de energía, lo que a su vez puede llevar a un aumento malsano de peso", añade.
Son muchos los estudios científicos que apuntan que el zumo de frutas perjudica la salud. Por poner sólo un par de ejemplos: un metaanálisis publicado en 2016 concluía que "el consumo de bebidas azucaradas durante años puede estar relacionado con un número sustancial de casos de diabetes". Ésta no es la única enfermedad que ha sido vinculada con el consumo de zumos. Otro trabajo publicado en The BMJ el pasado año alertaba de que tomar sólo un vaso de zumo natural al día aumenta el riesgo de cáncer.
Pero, ¿por qué el zumo natural es perjudicial? Lo cuenta Miguel Ángel Martínez-González, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra en su libro ‘Salud a ciencia cierta’ (Planeta, 2018). "Convertir una pieza de fruta en zumo es una mala idea. Aunque el que nos hacemos en casa sea mejor que el embotellado, al consumir la fruta como zumo en vez de entera se pierde fibra", escribe Martínez-González. "En el caso de la naranja, por ejemplo, se debe tener en cuenta que en el albedo (la parte blanca que envuelve los gajos), hay muchos contenidos interesantes, con muchos antioxidantes".