Pese a lo que el común de los mortales cree, el tomate de bote es uno de los productos procesados más saludables que podemos encontrar en los supermercados en España. Ya sea frito o en su versión en conserva, se trata de un alimento que puede estar presente en una dieta saludable. Así, esta última variedad, el tomate natural en conserva pelado, troceado o triturado en conserva es la versión más saludable que podemos encontrar en los supermercados ya que apenas contiene grasa y las cantidades de sal y azúcar son realmente bajas.
Así, uno de los tomates de bote más populares de los supermercados españoles es el que comercializa Mercadona a través de su marca blanca Hacendado. La cadena dirigida por Juan Roig acaba de anunciar la compra de 180.000 toneladas de tomate español para elaborar tomate en conserva entero, troceado y triturado para venderlo a través de los supermercados físicos y de su página web. Se trata de sus productos saludables más exitosos de la compañía, con unas ventas que alcanzan los cinco millones de botes al mes.
El tomate de bote de Mercadona se cultiva en los campos de Coria (Cáceres) y Puebla de Montalbán (Toledo) y es posteriormente procesado en las fábricas del Grupo Cidacos, que es la compañía que provee al gigante creado por Juan Roig una vez que recoge esta hortaliza en su punto óptimo de maduración, entre agosto y septiembre.
Un tomate sin calorías
El tomate de bote en conserva es la variedad que menos calorías tiene debido a que apenas se le añaden ingredientes durante el procesado. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) realizó hace unos meses un análisis de más de 110 variedades distintas y concluyó que el tomate natural en conserva obtenía una puntuación A (la mayor en el nuevo sistema Nutriscore, que evalúa la calidad nutricional de los alimentos) debido a que no contiene grasa añadida y apenas tiene sal y azúcar.
Debido a esto, también es un producto cuyo contenido calórico es prácticamente inexistente. Si nos fijamos en la etiqueta del tomate entero pelado de la marca Hacendado podemos ver que contiene 0,1 gramos de grasas, 0,8 gramos de proteínas y 0,5 gramos de sal. Asimismo el contenido en azúcares es de 4 gramos. Estos se encuentran de forma natural en el tomate y no resultan un problema para la salud. Asimismo, 100 gramos de tomate entero apenas contienen 26 kilocalorías.
¿Y el ácido cítrico? ¿Qué ocurre con este aditivo? El famoso E330 es un ingrediente que se utiliza para regular la acidez del tomate y cuya seguridad ha sido demostrada en infinidad de ocasiones. De hecho se trata de una sustancia que también ingerimos de forma natural a través del limón o la naranja."El ácido cítrico sirve para dar el toque de acidez justo (por ejemplo, cuando se utilizan tomates muy maduros, que son más dulces)", explica la OCU. El ácido cítrico también ejerce como antioxidante, de tal forma que permite alargar la vida útil del tomate.
Así, las conservas de tomate son un producto saludable del que podemos extraer distintos beneficios gracias a los micronutrientes que aporta la dieta. "Entre las vitaminas cabe destacar el contenido en vitamina A, básicamente en forma de carotenoides provitamina A y vitamina C. Una ración de tomate cubre el 61% de las ingestas recomendadas de vitamina C para la población de estudio", explica la Federación Española de la Nutrición (FEN). "Entre los carotenoides no provitamina A están los licopenos cuya cantidad depende de la variedad cultivada (mucho mayor en los de «tipo pera»), del grado de madurez (mayor en los maduros) y del modo de cultivo y forma de maduración (superior en los cultivados al aire libre y madurados en la planta)", añade.
Además, esta hortaliza es una de las pocas que mejoran sus propiedades tras ser cocinadas. En concreto, el tomate triturado o entero en combinación con el aceite de oliva mejora la absorción del licopeno en nuestro organismo, una sustancia que favorece la reducción del colesterol y la presión arterial y combate el cáncer de próstata, entre otros beneficios.