Las personas que consumen mucha comida ultraprocesada tienen el doble de posibilidades de que sus telómeros (extremos de los cromosomas) sean más cortos, lo que es un marcador de envejecimiento biológico a nivel celular, según un estudio de la Universidad de Navarra.
Una dieta con más de tres raciones diarias de estos productos puede causar que las células envejezcan más rápido, sugiere el texto, presentado en la Conferencia Europea e Internacional sobre Obesidad (ECOICO 2020).
La investigación, que se realizó en España con personas de una edad media de 67 años, muestra "una fuerte asociación" entre el consumo de ultraprocesados y la longitud de los telómeros. Es el seguimiento de un trabajo que ya se publicó en mayo del 2020 en la revista American Journal of Clinical Nutrition.
El estudio está firmado, entre otros, por Lucia Alonso-Pedrero y cuenta con la supervisión de las profesoras Maira Bes-Rastrollo y Amelia Marti, de la Universidad de Navarra.
Los telómeros están en los extremos de los cromosomas y son vitales para preservar su estabilidad e integridad. A medida que envejecemos, estos se van haciendo más cortos, ya que cada vez que una célula se divide, parte del telómero se pierde, por lo que su longitud se considera un marcador de la edad biológica.
En todo el mundo, el consumo de alimentos frescos disminuye mientras aumenta el de ultraprocesados, que contienen poco o nada de alimentos enteros y, a menudo, incluyen aromatizantes, colorantes, emulsionantes y otros aditivos, y son nutricionalmente pobres.
Diversas investigaciones han asociado estos productos con enfermedades graves como la hipertensión, la obesidad, la depresión, la diabetes de tipo 2 y varios tipos de cáncer, que están a menudo relacionadas con la edad y vinculadas al estrés oxidativo, la inflamación y el envejecimiento celular, que también pueden influir en la longitud de los telómeros.
El objetivo de los autores ha sido evaluar la asociación entre el consumo de esos ultraprocesados y el riesgo de telómeros más cortos en una población de estudio de edad avanzada, para lo que han utilizado el sistema NOVA que clasifica el grado de procesamiento de los alimentos.
El estudio se ha hecho con datos de 645 hombres y 241 mujeres con una edad media de 67,7 años, que proporcionaron muestras de saliva para un análisis de ADN, así como registros precisos de su ingesta diaria de alimentos.
Los participantes fueron divididos en cuatro grupos iguales, de"bajo" a "alto", dependiendo de su consumo de ultraprocesados: menos de 2 porciones al día; de 2 a 2,5; entre más de 2,5 y 3; y más de 3.
Las personas de consumo "alto" tenían más probabilidades de tener antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares, diabetes y grasas sanguíneas anormales, y de picar más entre comidas.
Además, consumían más comida rápida y carnes procesadas, y tenían menos probabilidades de seguir la dieta mediterránea, que se ha vinculado con una mejora de la salud en general.
El equipo vio que, a medida que el consumo de ultraprocesados crecía, también aumentaba drásticamente la probabilidad de haber acortado los telómeros. El aumento del riesgo era del 29; el 40 y el 82 % para los grupos de consumo "medio-bajo", "medio-alto" y "alto", respectivamente.
Además vieron que el uso de ese tipo de productos estaba asociado con el riesgo de depresión (especialmente en pacientes con bajos niveles de actividad física), hipertensión, sobrepeso/obesidad y mortalidad por todas las causas.
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