Un pilar fundamental de las gastronomía doméstica es, sin lugar a dudas, el tomate frito. Sin esta respetada salsa nuestros platos de espaguetis, de macarrones, de arroz con huevos fritos, de canelones… no serían nada. Nos enamoramos de una marca en concreto siendo pequeños y, ahora que hemos crecido, observamos en ella que igual tiene demasiado azúcar o no emplea los mejores aceites posibles.
No pasa nada. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado un estudio de 113 salsas de tomate entre las que, por supuesto, se encuentra el tomate frito. El objetivo de la investigación es dar con los tomates de bote más saludables del supermercado y, de esta manera, facilitar nuestra transición a un tomate frito mejor para nuestra salud.
Eso sí, todos estos tomates fritos son productos procesados y, por tanto, siempre serán menos recomendables que el casero. En casa podemos elegir cuánta cantidad de azúcar echar —cuanta menos, mejor— y qué aceite poner —oliva virgen extra, si es posible—. El tomate frito es la única salsa de tomate cuyo contenido está contemplado en una ley. Sin embargo, en ella el contenido mínimo de tomate se encuentra en el 26% del total del producto, un porcentaje bajo.
A continuación, los cinco tomates fritos del supermercado que la OCU ha considerado como los más saludables.