Es muy común intentar fregar una sartén cuando aún está caliente, justo después de haberle dado uso y sin un mínimo tiempo de enfriamiento previo entre el cocinado y su posterior contacto con el agua del fregadero. De hecho, no serán pocos los que habrán notado, tras llevar a cabo este comportamiento, que sus sartenes se abomban por un lado, o que no cocinan adecuadamente por alguna de sus partes.
La realidad es que este comportamiento es muy común, ya sea por costumbre o por falsas informaciones sobre cómo debe fregarse una sartén: cuando se enfría directamente la sartén tras usarla, y se le aplica agua y jabón, la suciedad suele retirarse de forma más fácil respecto a haberla dejado enfriando al aire ambiente e intentar limpiarla después. Sin embargo, que tenga algún mínimo beneficio no significa que este comportamiento sea correcto, como advirtiendo los expertos de All-Clad y Calphalon a la edición norteamericana del Huffington Post.
Este comportamiento, según los expertos, podría perjudicar esta herramienta de cocina. Cuando se coloca una sartén caliente bajo agua mucho más fría, se produce un choque térmico que, a corto y medio plazo, pueden arruinar la sartén. Cuando se baja rápidamente la temperatura, la sartén puede sufrir deformaciones o grietas, incluso en ese momento.
Si se produce algún tipo de deformación, el fondo de la sartén se vuelve desigual y no se asentará uniformemente sobre el fuego o la cocina de inducción o vitrocerámica. Además, dejando de lado las deformaciones, pueden producirse puntos fríos y calientes cuando la sartén vuelve a usarse, dando lugar a un cocinado no uniforme de los alimentos. Por ello es una mejor idea dejar que las sartenes de enfríen naturalmente antes de limpiarlas.
Por su parte, respecto a los metales usados en las sartenes, cabe recordar que estos se expanden en pequeñas cantidades cuando se calientan y se encogen cuando se enfrían: es el fenómeno de expansión térmica y contracción térmica. En este caso, una sartén de 25 centímetros se expanderá a 25,5 centímetros con un calor de 200ºC, pero se volverá a contraer a sus 25 centímetros iniciales cuando se enfríe. Este proceso no se aprecia a simple vista, pero es una característica importante y conocida de los metales, y no es adecuado que se produzca en un corto lapso de tiempo.
Por ello, los expertos aconsejan que la sartén se enfríe lentamente para volver a su condición original. En ocasiones, las deformaciones son temporales y la sartén vuelve a su punto inicial cuando se enfrían, sobre todo si son de buena calidad. Sin embargo, en otros casos las deformaciones son permanentes, sobre todo en utensilios con metales más delgados. Y, si el proceso se repitiese continuamente en el tiempo, se aumenta el riesgo de que este daño sea permanente.
Otros utensilios de la cocina
Por otro lado, los expertos también han recordado el uso de otros utensilios de cocina de acero inoxidable y también desaconsejan su enfriamiento súbito, siendo más aconsejable dejar que se enfríen a temperatura ambiente durante unos minutos.
Las manchas más resistentes o los alimentos quemados pueden precisar un limpiador de acero inoxidable o bien colocar agua y bicarbonato de sodio en una sartén y calentarlo al fuego mientras se frotan las áreas quemadas con una cuchara de madera.
Por su parte están los utensilios de cocina con superficies antiadherentes, los cuales se aconseja lavar a mano, usando detergente líquido para lavar platos y un cepillo de esponja no abrasivo. Aunque cabe recordar que algunos utensilios de cocina con superficies antiadherentes son aptos para lavavajillas. En estos casos, como puntualización, no es aconsejable usar limpiadores abrasivos, almohadillas de limpieza, bicarbonato de sodio, blanqueador o limpiadores líquidos para el hogar, dado que dañarían las sartenes antiadherentes.
Finalmente están los utensilios de cocina de hierro fundido, como algunos tipos de sartenes. Una vez más, es aconsejable dejar que se enfríe a temperatura ambiente, y no debería usarse jabón, dado que elimina el aceite y los condimentos necesarios para elaborar este tipo de sartenes. En este caso, se debería limpiar la sartén con un cepillo duro y agua caliente, y secarla inmediatamente para evitar su oxidación; mientras permanezca en agua tibia, es aconsejable aplicarle una fina capa de aceite vegetal, que posteriormente se retirará con una toalla de papel.