El verano ha llegado por todo lo alto. Las temperaturas de esta semana invitan a servir para comer las sopas frías más españolas: el gazpacho y el salmorejo. ¿Qué les diferencia? Además de ciertos ingredientes, el primero es más ligero y se consume en esta estación incluso como una bebida refrescante. El salmorejo, por su parte, es más denso y constituye una comida en sí mismo que se completa con ralladura de huevo duro y trocitos de jamón serrano.
Para que un salmorejo contenga menos calorías que otros, es necesario que se aumente la proporción de ingredientes con un menor valor energético. Estos ingredientes son el tomate y el ajo. Sin embargo, como añadir una proporción más alta de ajo haría que el sabor del salmorejo fuese demasiado potente, es el tomate el principal ingrediente que habría que aumentar para reducir las calorías del salmorejo.
Los salmorejos que se venden en los supermercados no siempre siguen la ortodoxia de la receta tradicional. Es frecuente encontrar en sus etiquetados ingredientes tales como pimientos o vinagres. Una mayor proporción de estos ingredientes podría aportar un número total de calorías menor, pero también podría alterar el sabor clásico del salmorejo.