Para poder tener una idea aproximada sobre el peso saludable de un individuo, actualmente se continúa utilizando el Índice de Masa Corporal o IMC, un parámetro que empezó a usarse durante la década de 1830 y que tan solo tiene en cuenta dos factores: el peso y la altura. Sin embargo, dicho parámetro pude dar lugar a diversos errores, dado que no tiene en cuenta la cantidad de agua corporal, masa grasa ni masa muscular, algo que puede inducir a error, siendo el más común y conocido el hecho de clasificar como "sobrepeso" (IMC superior a 24.9) a un individuo muy musculado, o como "normopeso"(IMC entre 18.9 y 24.9) a un individuo con escasa masa muscular y un exceso de grasa.
De hecho, no son pocos los expertos que han clamado por sustituir el uso de este parámetro, como fue el caso de la Clínica Mayo durante el pasado año 2017, abogando por el uso del IVB o Body Volume Indicator, un nuevo parámetro que usaría la relación entre el volumen corporal total y el volumen abdominal. Este parámetro sí tendría en cuenta algunos datos, como el exceso de grasa abdominal.
Por otro lado, a finales del año 2018, los investigadores del Hospital Cedars - Sinai de Los Ángeles propusieron un parámetro diferente, el conocido como Índice de Masa Grasa Relativo o RFM, otro parámetro que relacionaría la altura con la medición de la circunferencia abdominal, sin tener en cuenta el volumen total como el IVB. Aún así, de nuevo, sí se tendría en cuenta la grasa gracias al cálculo de la circunferencia abdominal, superando así al IMC.
Pero un tiempo antes de la creación de estas "alternativas" al conocido IMC, un gran estudio que involucró a más de 100.000 individuos, publicado en la revista JAMA durante el año 2016, ya sugirió que este parámetro era susceptible de ser sustituido. Según dicho trabajo, los individuos que sufrían "sobrepeso" tendrían más probabilidades de vivir más "sanos" respecto a los individuos con "normopeso", "bajo peso" u "obesidad".
Tener sobrepeso podría ser saludable
Además, este no sería el primer trabajo que pone en duda que sufrir sobrepeso sea equivalente a ser poco saludable. Durante el mismo año 2016, un estudio publicado en International Journal of Obesity también sugirió que el uso del IMC podría ser engañoso, tras analizar datos de la Encuesta Nacional de Salud de los Estados Unidos entre los años 2005 y 2012. Y es que, según dichos datos, a pesar de poseer un IMC en rango de "sobrepeso", hasta el 29% de los individuos con sobrepeso y el 16% de los individuos obesos poseían parámetros sanguíneos saludables.
Pero, por otro lado, eso no significa que sea necesario poseer algunos kilos de más para ser saludable. Lo que realmente sugirió este trabajo en su momento es una redefinición del término "sobrepeso", tras analizar a más de 100.000 adultos de Dinamarca entre los años 1976 y 2013.
Según sus datos, el IMC que se asociaba con un menor riesgo de muerte fue aumentando durante las cuatro décadas que duró el estudio, desde 23.7 hasta 27. En otras palabras, el "sobrepeso" se habría asociado con un menor riesgo de muerte.
Por otra parte, los individuos que entrarían en la categoría de "obesos" terminaban ostentando un riesgo de muerte simular a los individuos con "normopeso", incluso tras ajustar factores como la edad, sexo, antecedentes familiares, estatus socioeconómico y tabaquismo.
Estos datos plantearían dos posibilidades: o bien la clasificación actual del normopeso es errónea, o bien la relación entre el peso y la salud general es mucho más compleja de lo que se creía.
Por tanto, usar el IMC como indicador de salud, según los estudios de los últimos años, podría ser un gran error. Aunque, por otro lado, el estudio posee algunas limitaciones a tener en cuenta: solo se analizaron individuos de raza blanca (de la ciudad de Copenhague) y actualmente algunos factores de riesgo, como la diabetes o la hipertensión, se tratan mucho mejor que hace 40 años cuando se inició el estudio. De hecho, los individuos de raza asiática tienden a desarrollar diabetes y otras enfermedades cardiovasculares incluso con un IMC bajo.
Aún así, las conclusiones de todos estos estudios son similares: el peso no es el único parámetro a tener en cuenta para analizar la salud general, y el IMC es un parámetro poco específico actualmente, que puede inducir a error en multitud de ocasiones.