El ajo es una especia rica en vitaminas, minerales y sustancias antioxidantes. Cuando el cuerpo lo asimila ayuda a prevenir una amplia variedad de enfermedades.
A diferencia de la sal, es un ingrediente con propiedades antiinflamatorias y diuréticas cuyos efectos reducen la retención de líquidos y problemas cardiovasculares.
Se puede echar troceado a la comida o asarse junto a carnes blancas y rojas para que se les quede un sabor al mismo ajo y a la vez un toque salado.
Sobre este alimento se han dicho muchos disparates. El más alocado es el del diente de ajo en ayunas: ni sirve de antibiótico ni es bueno para el corazón.