Marruecos ha sufrido el peor terremoto de su historia, con más de un millar de fallecidos en un área que tiene como epicentro Ighil, en las montañas del Atlas, y abarca de Marrakech a Agadir. Precisamente esa ciudad sufrió en 1960 el que hasta ahora era el peor sismo registrado en el país. En aquella ocasión, el suelo tembló con una intensidad un grado menor: 5,7 en la escala de Richter, cuando el de la noche del viernes alcanzó los 6,7. En comparación, el sismo de Anatolia del pasado febrero, que causó más de 50.000 muertos solo en Turquía, fue de intensidad 7,8.
Ambos terremotos tienen en común la dinámica de tectónica de placas que convierte al Mediterráneo en una zona de actividad sísmica frecuente. La zona de Anatolia es especialmente peligrosa, ya que está surcada por dos grandes fallas que "acomodan" y "encajan" tres enormes placas que presionan unas contra las otras: la Africana, la Eurasiática y la Arábiga. Las montañas del Atlas, por otra parte, son en sí mismo un producto de la misma tectónica: surgieron por la fricción y el empuje de las placas Africana y Eurasiática, marcando el lugar en el que ambas colisionan.
"La zona se encuentra en el Atlas, formada por orogénesis -o sea, pliegues- por el movimiento relativo de las placas Africana y Euroasiática, y cuenta con fallas geológicas reconocidas aunque no se habían producido grandes terremotos recientes", explica Itahiza Domínguez en su cuenta de Twitter, del Instituto Geográfico Nacional (IGN). Se da la circunstancia, sin embargo, de que la zona es potencialmente mucho más segura que Anatolia -y más segura que el sureste de España- según los mapas de riesgo sísmico del Mediterráneo. El motivo, explica el geólogo y vulcanólogo, es la escasa incidencia de terremotos pese a tratarse de una zona tan sensible.
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"Hay mapas de peligrosidad sísmica de todo el Mediterráneo", explicaba a EL ESPAÑOL Lorenzo Pasqualini, geólogo y experto de Meteored. "La geología no puede predecir el momento exacto en el que se producirá el terremoto, pero sí puede decirte las zonas peligrosas", apuntaba. "Lo único que se podría hacer es construir de forma sismorresistente, pero eso no es posible en países sin recursos económicos y en los que la guerra ha dejado edificios muy vulnerables al derrumbe".
El sismo, en esta ocasión se produjo "a unos 500 km al sur del límite entre la placa tectónica africana y la placa euroasiática" según David Rothery, catedrático de Geociencias Planetarias de la Open University (Reino Unido), en declaraciones a Science Media Centre. "Pero fue consecuencia de la colisión de África con Eurasia hacia el norte, en un lugar donde las montañas del Alto Atlas están siendo empujadas hacia el norte".
"Es probable que ni la población ni las autoridades civiles estuvieran bien preparadas para esto, y me sorprendería que incluso los edificios modernos estuvieran construidos para resistir grandes sacudidas del terreno", reflexiona Rothery. Carmen Solana, vulcanóloga de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido), también relacionaba el elevado impacto sobre la población por la "peligrosidad" de los edificios "antiguos", sin "diseño antisísmico".
"El movimiento asociado al límite de placas puede causar terremotos dañinos", advierte por su parte Joanna Faure Walker, catedrática de Geología Sísmica y directora del Instituto de Reducción del Riesgo de Catástrofes-UCL (Reino Unido). "En los últimos cientos de años también se han producido con epicentros fuera del país, como en Portugal". La especialista subraya que las catástrofes nocturnas son más dañinas, ya que atrapan a la gente bajo los escombros mientras dormían. Los supervivientes pueden verse tentados a regresar a su casa una vez el suelo deja de temblar. Sin embargo, el riesgo de réplicas puede prolongarse durante días.
Todo esto es lo que lleva a Mohammad Kashani, catedrático asociado de Ingeniería Estructural y Sísmica de la Universidad de Southampton (Reino Unido), a trazar un paralelismo con el terremoto de Anatolia. El epicentro fue "poco profundo", a 18,5 km bajo la superficie, lo que se relaciona con "terremotos más destructivos". El experto subraya que los edificios históricos de Marrakech son principalmente obras de mampostería. "Las estructuras de hormigón armado derrumbadas que vi en las fotos eran viejas o de mala calidad", lamenta.