¿Alguna vez has oído decir a tu jefe que sin él la empresa se hundiría? ¿o te ha dicho que eras afortunado de tener trabajo después de echarte una bronca? Felicidades, eres el empleado de un jefe tóxico. Pero no en el sentido de que sea peligroso para tu autoestima, no. Tóxico en plan mortal.
Las últimas investigaciones apuntan a que el estrés en el lugar de trabajo es tan peligroso como respirar el humo del tabaco de segunda mano. Este estrés, aunque a veces es inherente a ciertas profesiones, se asocia principalmente al mal rollo que causa un mal jefe, según ha manifestado la Asociación Americana de Psicología tras realizar encuestas.
Los estadounidenses han recabado datos sobre su propio país que ponen los pelos de punta: 120 mil personas mueren cada año por causas relacionadas con el estrés laboral y se gastan más de 190 mil millones de dólares en gastos hospitalarios por esta razón.
Un jefe tan malo como el tabaco
La Universidad de Harvard y la de Stanford se han asociado para llevar a cabo un estudio científico que cuantifique los daños. Para ello, han echado mano de nada menos que 228 estudios sobre la relación entre los jefes, el ambiente de trabajo y la mala salud de sus empleados. Ahora sabes que no eras el único que culpaba a su jefe de todos sus males y que, probablemente, tengas razón.
Los investigadores identificaron hasta diez situaciones que estresaban a los empleados. La primera de ella era no contar con un buen seguro médico, y no es para menos, porque a Estados Unidos le está costando impulsar una sanidad pública a la europea. A continuación llegan términos que no suenan más. Es el caso de la inseguridad laboral que aumentaba la probabilidad de tener una mala salud en un 50 por ciento entre los que la sentían.
La incapacidad de conciliar la vida profesional con la familiar es ahora también un problema de sanidad. El 90 por ciento de los trabajadores de Estados Unidos que aseguraron sufrirla, informaron a los investigadores de que sentían que tenían una salud pobre. Los trabajos más exigentes, además, provocaban un 35 por ciento más de probabilidades de sufrir una enfermedad física.
Los datos de la Asociación Americana de Psicología confirman que la mayoría de los empleados con malos jefes se quedan callados cuando son maltratados. Sin embargo, no deberían hacerlo pues los últimos estudios revelan que lo que piensas sobre tu trabajo y que reprimes también afecta a tu salud. De esta manera, los investigadores de Harvard y Stanford avisaron: aquellos que percibieron su lugar de trabajo como una organización injusta tenían un 50 por ciento más de posibilidades de ser diagnosticados de una enfermedad, sin especificar cuál.
Los resultados del estudio fueron desoladores. Tanto es así que uno de los investigadores, Stefanos Zenios, de Stanford, aseguró que el estrés laboral ya puede considerarse como una de las principales causas de muerte en los Estados Unidos de América, estando muy cerca de los accidentes y de la enfermedad cardíaca.
Jornadas criminales
También observaron que las jornadas laborales largas se relacionaban con un aumento del 20 por ciento en la mortalidad. Sobre este asunto, profundiza más otro estudio que se llevó a cabo entre investigadores de Estados Unidos, Europa y Australia. Los científicos concluyeron, tras analizar a 600 mil participantes, que quienes realizaban jornadas laborales de más de 55 horas semanales tenían más riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares que quienes trabajaban durante 35 y 40 horas semanales.
En concreto, tenían un 33 por ciento más de riesgo de sufrir un ictus y un 13 por ciento de probabilidad de tener problemas coronarios y de corazón. Estas cifras se explican porque los trabajadores con jornadas laborales más largas son más propensos a tener accidentes de coche, desarrollar una depresión e, incluso, abusar del consumo de alcohol.
Vigilar el estrés
En la actualidad, muchas empresas promueven hábitos de vida saludable como actividad física o una dieta saludable y equilibrada. Estos nuevos programas son necesarios y beneficiosos para la salud, sin embargo, ignorar la posible situación de estrés en el entorno de trabajo puede ser un grave error que deje cortos esos buenos propósitos e, incluso, ponga vidas en peligro.
Los malos jefes, además, ponen en riesgo la economía de la empresa e, incluso, la del sistema sanitario. Un grupo gestionado por un mal jefe se relaciona con una productividad más baja. Pero también se relaciona con un mayor absentismo laboral. El estrés provoca enfermedades y estas, a su vez, gasto sanitario. Sin embargo, el estrés también causa las ideas de abandonar el trabajo para dejar de soportar la presión.
La mayoría de los mortales deben tragar a sus jefes para no poner en peligro su trabajo y, de paso, su supervivencia. Sin embargo, es irónico este último punto tras saber que, posiblemente, tu trabajo te está matando.