El universo, los números y el ciclo de lavado y secado de ropa tienen algo en común. Todos ellos son infinitos. En la fría y lluviosa Escocia tender la ropa es una gran complicación dependiendo de la época del año. Los meses de lluvia muchas veces paralizan este ciclo porque la ropa nunca acaba secándose si tendemos en el exterior. Aunque en España también conocemos esa sensación, en el norte de Europa se justifica en mayor medida comprar una secadora o, incluso, lavar la ropa en lavanderías que las tengan.
Sí, tener secadora es caro. Pero los escoceses, que la necesitan más que nadie, se han dado cuenta de lo importante que es. Según un nuevo estudio realizado por ellos mismos, tender la ropa dentro de casa es un error en cuanto a gasto energético, a la contribución a la calidad del aire del entorno doméstico e, incluso, a la salud de sus habitantes.
Tender la ropa dentro de casa es algo que todos hacemos con mucha frecuencia. Y es que, cuando comienza a diluviar, muchas veces no queda otra solución. Sin embargo, este estudio puede convencerte para que tapes el tendedero con un plástico (aunque el secado vaya a ser más lento) que meter un tendedero plegable en casa o amontonar las prendas mojadas en los radiadores de la casa.
Esporas y ácaros
El estudio en cuestión pertenece a la Escuela de Arquitectura Mackintosh en Escocia y ha incidido en los efectos para la salud de tender en interiores. Así es, un puñado de ropa mojada y unas pinzas son suficientes para aumentar los niveles de humedad en el interior de la casa. En concreto, los científicos aseguraron que, en total, el ambiente recibe una media de 2 litros de agua en el proceso de secado de la ropa.
En consecuencia, los expertos advierten de que las esporas de moho y los ácaros del polvo proliferan en los ambientes húmedos. Estos componentes microscópicos son especialmente dañinos para las personas que tienen los sistemas inmunes deprimidos, problemas respiratorios o, incluso, con alergias.
Pero la ropa mojada no solo afecta a nuestra salud, sino que también influye en el gasto energético. Tender ropa en el interior de la casa también supondría un gasto energético cuando se encienden radiadores para acelerar el proceso de secado. Si a alguno se le ha podido ocurrir que con abrir las ventanas se solucionaría el exceso de humedad, tiene razón.
Gastos que no percibimos
Sin embargo, es una opción poco eficiente, sobre todo, teniendo en cuenta el gasto económico asociado. Los investigadores escoceses advirtieron de que abrir las ventanas en invierno con este fin incrementa el gasto energético por el aumento de la potencia de la calefacción. Renovar el ambiente de la casa en invierno abriendo las ventanas debe hacerse durante períodos cortos (especialmente si hay altos niveles de contaminación), pero también es importante para la calidad del aire de la casa.
Sí, los cambios que hay que introducir son grandes y, en este sentido, los escoceses rompen una lanza por nosotros. No es nuestra culpa, es culpa del diseño actual de nuestras casas. De hecho, los autores de este estudio han concluido que debe hacerse un replanteamiento del espacio doméstico para poder prever un espacio para secar la ropa mientras haga frío y no se pueda abrir la ventana, es decir, mayoritariamente en invierno. Sostienen que la mayoría de casas que se han construido hasta ahora y en la actualidad son poco eficientes energéticamente y, además ahora, se demuestra que contribuyen a empeorar la salud de sus habitantes.
Y ahora, ¿qué hacemos?
Y aquí vienen datos. Cuando los investigadores del estudio comenzaron a reunir domicilios que participasen en su proyecto observaron dos aspectos: de la población total de hogares, el 87 por ciento tendía la ropa en el interior de la casa y en el 75 por ciento del total, igualmente, los niveles de humedad eran demasiado altos. En otro análisis más detallado, encontraron en el 25 por ciento de las casas una espora causante de infecciones pulmonares en personas que tienen el sistema inmune deprimido.
Actualmente, deberemos apañarnos con las casas que nos han tocado y recurrir a otras soluciones con menor impacto en la salud y en el ambiente de casa. Comprar una secadora podría ser una solución para estos dos casos, sin embargo, incrementa el gasto eléctrico del hogar.
Si eliges tender dentro de casa igualmente, puedes reducir la cantidad de agua en las prendas recién salidas de la lavadora sometiéndolas a un segundo centrifugado y secarlas en perchas para que el aire circule por el interior de la prenda. La cantidad de agua liberada al ambiente será menor.
Elige estancias en las que no pases mucho tiempo y que estén ventiladas. Es el caso de la cocina, otra habitación en la que se encuentra un artefacto con el poder insospechado de secar la ropa. El congelador. Si congelas una prenda dentro de una bolsa y después la cuelgas, el agua pasará de sólido a gas por el proceso de sublimación y tu ropa estará seca.