Juan Luis Varona era hasta este lunes director de 'La Gaceta de la Real Sociedad Matemática Española'.

Juan Luis Varona era hasta este lunes director de 'La Gaceta de la Real Sociedad Matemática Española'. P. G. S.

Ciencia

Polémica sexista por la Olimpiada Femenina de Matemáticas: "¿En las normales las violan?"

Una salida de tono sobre por qué existe una competición solo para mujeres fuerza al director de una revista científica a dimitir.

5 marzo, 2024 02:30

Ekaterina Leksina, Raquel Freire, Lea González y Vera Morancho representarán a España en las Olimpiadas Matemáticas Femeninas Europeas que se celebrarán en Tskaltubo, Georgia, el próximo abril. Lo harán —afortunadamente— ajenas al revuelo que ha provocado el primer evento de este tipo en España.

"¿Alguien entiende por qué existen las olimpiadas matemáticas femeninas?", se preguntaba en la red social X el matemático Juan Luis Varona Malumbres. Su compañera Raquel Villacampa le contestó: "Para que las chicas compitan en entornos 'más amigables' y ganen confianza en sí mismas". La respuesta de Varona: "¿En las normales abusan de ellas o las violan?"

El exabrupto podría ser uno más de los que pueblan la red social, generalmente por individuos que no dan la cara y, en la gran mayoría de las veces, no tienen nada que ver con el campo del que estaban opinando.

Pero resulta que Varona es uno de los directores de La Gaceta de la RSME, órgano de expresión de la Real Sociedad Matemática Española, que organiza la Olimpiada Femenina Española de Matemáticas.

Justo 24 horas después del desafortunado tuit, la Sociedad emitía un comunicado donde rechazaba "el tono y el contenido" del mismo, señalando que "son injustificables expresiones que siembren sospechas respecto al comportamiento íntegro de las personas que participan" en la Olimpiada y advirtiendo de que "se tomarán las medidas oportunas".

En ese tiempo no fueron pocos los compañeros de gremio —y también gente que pasaba por allí— que pedían la cabeza del matemático, que es profesor en la Universidad de La Rioja. "Es aterrador que usted tenga espacio en la comunidad docente". "¿Cómo puedes solar un comentario tan fuera de lugar, de tan mal gusto y tan extraordinariamente asqueroso?" "Para ser profesor, mira que eres tonto". "Si cuando yo era subdirector de la Revista Española de Física hubiese soltado un tuit como este, espero que hubieseis pedido mi dimisión inmediata". "Debe dimitir o ser cesado".

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También fueron muchos los que defendían sus palabras acusando de censura a los de enfrente. "Me encanta esta sociedad distópica en la que vivo". "Cobardes". "Cada día dais más asco con las perspectivas de mierda de género y los privilegios que otorgáis a las mujeres".

Varona, que se había negado a retirar sus palabras o a dimitir hasta que la junta directiva de la RSME se pronunciara, tardó media hora tras la publicación del comunicado en pedir disculpas, retirar sus palabras "dentro de lo posible" y anunciar que abandona el cargo de director de La Gaceta.

EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con él pero ha declinado participar para este texto alegando no querer perjudicar a la Sociedad y señalando que ha sido objeto de una caza de brujas.

Eva A. Gallardo, catedrática de Análisis Matemático de la Universidad Complutense de Madrid y presidenta de la RSME, agradece el "sentido de la responsabilidad" que Varona "ha demostrado, así como el hecho de que no haya dudado en pedir públicas disculpas por sus desafortunadas palabras".

Explica a este periódico que, a pesar de que en la Sociedad "conviven múltiples opiniones y sensibilidades" que se defienden "desde la educación y el respeto", las personas que ocupan puestos de responsabilidad "debemos ser cuidadosas y escrupulosas con nuestras palabras y comportamientos".

Por ello, "de no haberse producido esa dimisión una de las posibles medidas que contemplábamos era su cese como director de La Gaceta", apunta, destacando la "impecable labor que durante tantos años ha realizado" en el cargo. Las palabras de la presidenta son suscritas por los otros tres directores de la revista.

Una minoría en las carreras STEM

¿Por qué unas olimpiadas femeninas si la capacidad intelectual de hombres y mujeres es, principio, la misma? En las llamadas carreras STEM —acrónimo en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas— existe una enorme brecha de género: la inmensa mayoría de estudiantes y graduados son hombres.

Las matriculaciones de mujeres en carreras de ingeniería y arquitectura ha disminuido más de un 50% desde inicios de siglo: alcanzó su punto álgido en 2002 con 115.000 matriculaciones, mientras que 20 años después solo eran 52.000, según un estudio publicado a finales de 2022.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, en 2020 había 12,3 graduadas en estas carreras por cada 1.000 personas de entre 20 y 29 años, por 29,2 hombres. Aunque no es un problema exclusivamente español, la brecha es mayor que la media europea, con 13,9 mujeres y 27,6 hombres.

El problema es generalizado. Por eso, en 2015 la Asamblea General de Naciones Unidas decidió establecer el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se celebra el 11 de febrero.

"Esto tiene consecuencias futuras pues las profesiones más valoradas y mejor pagadas son las relacionadas con las áreas STEM y las mujeres van a quedarse fuera", explica Raquel Villacampa, investigadora y profesora de matemáticas de la Universidad de Zaragoza y ex secretaria general de la RSME.

"Podemos preguntarnos por qué son necesarias competiciones femeninas y la respuesta no hay que buscarla en una capacidad intelectual inferior de las chicas ni hay que pensar que las pruebas a las que se enfrentan son más fáciles que en una olimpiada mixta".

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"La clave está en la autopercepción de las chicas sobre su capacidad frente a los chicos". Esto es lo que estaba intentando explicar en X cuando Varona contestó con el exabrupto. "Hay estudios que indican que, a partir de los 6 años, las niñas ya se autoperciben menos capaces para las matemáticas que sus compañeros varones".

Este tipo de competiciones "buscan propiciar ambientes más confortables para las chicas, en los que puedan competir sin esas inseguridades". En la fase final de la sexagésima edición de la Olimpiada Matemática Española, que es mixta y se celebra entre el 14 y 17 de marzo, participan 77 alumnos, solo 11 chicas y es la edición en que más hay.

Anabel Forte, profesora titular del departamento de estadística de la Universitat de València y divulgadora, abunda en el concepto del ambiente. "Lo veo mucho en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de mi universidad. En primero hay muy pocas mujeres y no es cuestión de que vayan a abusar de ellas, no tienen ese miedo, sino que no se sienten integradas, se sienten menos seguras".

Por eso, una olimpiada femenina sirve para animar a participar a las mujeres en este tipo de eventos. "Van a estar con chicas de su misma edad, es otro tipo de entorno... Una vez que están dentro van que es algo divertido y tienen más ganas de seguir".

Una olimpiada no es lo mejor

Sin embargo, Forte se muestra crítica con un concepto subyacente, el de la competición. "Al final se trata de un ambiente muy competitivo. Si vistes estos eventos de talento, de ver quién es el o la mejor... Ellas huyen".

Por eso "hay que dar una vuelta a cómo se establecen las olimpiadas", porque quizá están fomentando la vocación STEM en un tipo específico de personas, "las que, además de ser muy inteligentes, tienen un punto de competitividad", y aboga por fomentar más el trabajo en equipo, como ya se hace en concursos similares a nivel europeo.

La investigadora apunta que, aunque "nadie te pone un cuchillo en el cuello", el ambiente de socialización de chicas y chicas es muy distinto de pequeños. En ellos se fomenta la competición; en ellas, el compartir y los cuidado.

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"Si te crías en ese ambiente, es muy difícil que, si te plantean una competición, no te vayas a echar para atrás. Y, si de eso depende la carrera que vas a elegir, seguramente no elijas una que se vende como a la que solo van los mejores".

A pesar de que en los últimos años se han multiplicado las iniciativas para implicar a las niñas y jóvenes en carreras STEM, todavía no se han visto resultados: la matriculación de las mujeres ha seguido cayendo.

Forte señala que todavía no hay resultados firmes con estudios científicos sobre cómo estas iniciativas promueven vocaciones científico-técnicas. "Son muy nuevas, llevan muy poco tiempo. Pero lo que sí estamos viendo es que, cuando las plantean estas iniciativas, las chicas se animan a participar".