Uno de los grandes misterios de la actualidad es el estudio del ADN, el cual contiene la información genética responsable del desarrollo y el funcionamiento de cada organismo. Gracias a los descubrimientos que se han hecho en las últimas décadas sobre esta materia el ser humano ha podido lograr avances muy importantes.
Una de las ramas más atractivas en relación al estudio del ADN está relacionada con la longevidad del ser humano. La muerte muestra el primer momento en el que cada persona deja de existir. Se trata del final de su vida. Sin embargo, ese final puede estar provocado por diferentes motivos que no por ello indican que ese organismo había agotado toda su capacidad para vivir. Un ejemplo puede ser un accidente.
Por ello, el fallecimiento no siempre es sinónimo de haber alcanzado el límite de la vida de un organismo. Ahora, después de las investigaciones que ha realizado la Universidad de Birmingham, se han encontrado nuevos horizontes que podrían dar respuestas inesperadas a esta cuestión. Tan sorprendentes como que el ser humano podría tener la capacidad de vivir entre 1.000 y 20.000 años. Algo inimaginable hoy en día.
¿Podría un humano vivir más de 1.000 años?
Esta es la pregunta que se ha hecho Joao Pedro de Magalhaes, catedrático de biogerontología molecular del Instituto de Inflamación y Envejecimiento de la Universidad de Birmingham, en el Reino Unido. Aunque lo más sorprendente es su respuesta, ya que considera que si se dan los pasos adecuados, el ser humano podría llegar a vivir más de 1.000 años.
Para Joao Pedro, una de las claves para conseguir este hito está en las enormes inversiones de dinero que se están haciendo para tratar de saber cómo frenar el envejecimiento. Esas técnicas persiguen que vivamos más años y que lo hagamos con mejor salud. Muchos de los estudios que se realizan en este campo se centran en conocer cómo funciona el genoma de otros seres vivos muy particulares.
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Esto es lo que ha hecho el propio investigador de la Universidad de Birmingham, conocer a fondo el genoma de especies como la ballena de Groenlandia, que puede llegar a vivir hasta 200 años, o de la rata topo desnuda, que alcanza las tres décadas de vida mientras que otros roedores solo pueden vivir unos pocos años.
Tras sus averiguaciones, Magalhaes cree que pronto se podrá detener el envejecimiento casi por completo. Para ello, la clave será conocer cómo eliminar este envejecimiento, y el efecto que eso provoca, en nuestras células. Este estado se alcanzará cuando sepamos cómo reparar el ADN y cómo reprogramar células.
"Mi hipótesis es que tenemos un conjunto muy complicado de programas similares al de los ordenadores en nuestro ADN y que nos convierten en seres humanos adultos. Pero quizá algunos de estos mismos programas, al continuar en la edad adulta, se vuelven perjudiciales". Estas eran sus impresiones recogidas por el medio especializado Scientific American.
Otra de las claves para Joao Pedro es que el ser humano necesita enfrentarse de verdad a problemas como el cáncer que acortan de manera drástica la esperanza de vida. Por ello, el investigador se fija en esos animales longevos que tantos secretos esconden. Por ejemplo, la ballena de Groenlandia es capaz de reparar en cierto modo su ADN para vivir más de dos siglos.
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En relación al cáncer se ha descubierto que el gen P53, relacionado con la capacidad de suprimir esta enfermedad, puede ser otro factor para alcanzar ese ansiado envejecimiento ralentizado. Sin embargo, en su persecución por este ambicioso hallazgo, Magalhaes advierte que no hay que reducir la investigación a un único gen, sino que hay que estar atentos a cualquier ítem que ofrezca información útil.
¿Pueden el organismo de una persona funcionar como un ordenador?
Ese es el planteamiento que hace Joao Pedro de Magalhaes, catedrático de biogerontología molecular del Instituto de Inflamación y Envejecimiento de la Universidad de Birmingham. Tratar el organismo de una persona como si fuera un sistema de un ordenador que se puede programar y reprogramar.
Si el envejecimiento está programado para comenzar con los primeros segundos de vida y avanzar inexorable hasta la muerte, también debería ser posible, en algún momento, llegar hasta la reprogramación de nuestras células modificando los genes que intervienen en dicho envejecimiento. Para Magalhaes, aunque esto suene ahora a ciencia ficción, ya existen indicios de que conseguirlo en unos años es posible.
Joao Pedro indica que descubrimientos como la penicilina, que convierte en pasajeras enfermedades que hace tan solo unas décadas eran letales, es una muestra de ello. Este investigador dedica su carrera a "engañar a la muerte" y por ello cree que es posible conseguir este tipo de retos.
"No creo que vayamos a tener pronto un fármaco que 'cure' el envejecimiento como la penicilina cura las infecciones. Pero un compuesto llamado rapamicina es bastante prometedor. Alarga la vida entre un 10% y un 15% en animales y su uso está aprobado para seres humanos en situaciones particulares como la recepción de un trasplante". No obstante, Magalhaes reconoce que tiene "efectos secundarios".
"Soy optimista y creo que desarrollaremos fármacos similares a las estatinas (reducen el riesgo de enfermedades cardíacas) que tomamos a diario con fines de longevidad. Si pudiéramos ralentizar el envejecimiento humano un 10% sería increíble".
Joao Pedro habla así de sus propias estimaciones: "Hace años hice algunos cálculos y llegué a la conclusión de que si pudiéramos curar el envejecimiento humano, la duración media de la vida humana sería de más de 1.000 años. La esperanza de vida máxima, salvo accidentes y muertes violentas, podría llegar hasta los 20.000 años". Sin embargo, para ello sería necesario poder detener el proceso de deterioro celular por completo.
"Esto puede parecer mucho, pero algunas especies ya pueden vivir cientos de años y, en algunos casos, miles de años". Así sucede con la esponja hexactinélida o con el pino carrasco. "Si pudiéramos rediseñar nuestra biología para eliminar el cáncer y eludir las acciones perjudiciales de nuestro 'software genético', los beneficios para la salud serían alucinantes.