La lucha contra la extendida población de jabalí ha comenzado en Castilla y León con un plan de gestión específico. Más allá de batidas en cotos en momentos puntuales, la Junta tramita una orden que establece la emergencia cinegética por el “especial riesgo y riesgo moderado” de tuberculosis en una quincena de unidades veterinarias de las provincias de Salamanca, Ávila, Segovia, Palencia y León, que engloban a un total de 253 municipios.
Se pretende con esta medida, según informaron a Ical fuentes de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, reducir una población que se ha incrementado notablemente en diferentes puntos de la Comunidad y que pone en riesgo la cabaña ganadera con la que, en muchos momentos, podría tener contacto en los pastos y montes. La medida, de gran importancia para el sector, se pone en marcha además tras la problemática surgida recientemente en Salamanca con la movilidad ganadera por los posibles casos positivos de esta enfermedad.
Precisamente, la provincia charra, con cinco unidades veterinarias y 144 municipios dentro de la especial atención de esta orden, posee casi el 60 por ciento de las localidades en las que se podrá implementar estas medidas, que básicamente flexibilizan la actividad cinegética a través del aumento del cupo de monterías y de ganchos para el control poblacional de este mamífero.
Se encuentran en este escenario las unidades de Ciudad Rodrigo, con 43 municipios beneficiados por esta decisión, Vitigudino, con 38, Béjar, con 27, La Fuente de San Esteban, con 23, y Tamames, con 13. Ávila es la otra provincia que podrá flexibilizar la caza en este sentido, con siete unidades veterinarias, pero 80 pueblos. Se trata de El Barco de Ávila, con 28 localidades, Navarredonda, Navaluenga, Sotillo de la Adrada y Arenas de San Pedro, con 11 cada una, Cebreros, con seis, y Candeleda, con dos municipios, el que da su nombre y Poyales del Hoyo. Entre Salamanca y Ávila representan nueve de cada diez poblaciones donde se podrán acometer estas medidas.
Además, se suman la unidad veterinaria de Villacastín (Segovia), con 13 municipios; Cervera de Pisuerga (Palencia), con nueve; y Riaño (León), con siete.
Eliminación de limitaciones
En estos 253 municipios, con esta declaración y para facilitar la eficacia de los ganchos al jabalí en estos términos municipales, salvo que existan limitaciones normativas en materia de conservación del resto de la diversidad biológica (por ejemplo, en zonas oseras), no se establece limitación en cuanto al número máximo de perros en los ganchos. Esta expresión se refiere al escenario en el que hay menos de 20 puestos y se bate la mancha con personas batidores auxiliados de perros de rastro o levantadores, o con un máximo de cuatro rehalas.
Adicionalmente, se flexibiliza en estos municipios la posibilidad de aumentar la presión cinegética vía controles poblacionales. Por ejemplo, si un coto de caza llegara a agotar el cupo de monterías o ganchos de caza aprobado en su correspondiente plan cinegético, salvo que existan limitaciones normativas en materia de conservación del resto de la diversidad biológica (zonas concretas de águila imperial, cigüeña negra u oso pardo), su titular cinegético “podrá realizar controles poblacionales en las modalidades de gancho y espera o aguardo, sometiéndolo al régimen de comunicación, de tal forma que este no tenga que esperar a tener respuesta de la Administración al respecto”.
Además, en los controles poblacionales mediante ganchos se permite que el número conjunto de cazadores en los puestos fijos y de batidores pueda llegar hasta 39 personas y no se establece limitación en cuanto al número máximo de perros. Otra medida novedosa es que en estos términos municipales, en los aguardos o esperas de jabalí, se permite el uso de visores nocturnos y/o térmicos, ya sean monoculares, binoculares o dispositivos montados en el arma.
En cuanto a los propietarios o titulares de explotaciones ganaderas que acrediten que han comunicado al titular cinegético la existencia de riesgos sanitarios por la presencia del jabalí, y siempre que éste no haya adoptado las medidas oportunas, la orden contempla que “estos puedan solicitar subsidiariamente la autorización para la ejecución de controles poblacionales”.
De cualquiera de estas medidas, los titulares de los cotos afectados están obligados a comunicar quincenalmente el resultado de caza sobre el jabalí, como indicador de medida del grado de presión sobre los territorios afectados.
En toda la Comunidad
Pero el plan de gestión del jabalí recoge otra serie de medidas para los más de 5.500 cotos de caza de Castilla y León, se encuentren o no entre los 253 municipios seleccionados por la Junta. Y que podrán redactar o modificar los planes cinegéticos para adaptarlos a la nueva realidad poblacional, de manera que en estos instrumentos de planificación se contemplen medidas como la ampliación del periodo hábil del jabalí, de tal forma que se pueda cazar desde el 1 de abril hasta el cuarto domingo de febrero; que se pueda hacer en cualquier modalidad de caza mayor; y que se lleve a cabo en cualquier parte del coto, sin establecer superficie mínima para el desarrollo de monterías y ganchos, pudiendo repetirse las acciones de caza sobre manchas previamente cazadas.
Además, los cazadores podrán utilizar las cámaras de fototrampeo y los aportes de alimentación suplementaria (cebados previos), dos herramientas, según trasladó a Ical la Administración, que tienen como finalidad “incrementar la eficacia de los aguardos o esperas y de las monterías y ganchos”.
Por último, en materia de acciones de obligado cumplimiento para la gestión del jabalí, el plan contempla que los titulares cinegéticos deberán ejecutar, salvo causa justificada, el número de acciones de caza correspondientes a las monterías y/o ganchos que tengan aprobados en el plan cinegético y a comunicar los resultados de capturas en el plazo máximo de 15 días desde su celebración.
Se trata de dos medidas que tienen como finalidad, por un lado, garantizar que la presión cinegética sobre la especie sea “adecuada” y, en el caso de la segunda, disponer de datos fidedignos y actualizados sobre la evolución de las capturas de jabalí a lo largo de la temporada cinegética.
Por último, y con el reto de promover las medidas de control o erradicación de los ejemplares de ‘suidos híbridos’, el plan permite el control de ejemplares de cerdo vietnamita e híbridos asilvestrados, como el conocido ‘cerdolí’, mitad cerdo mitad jabalí.