"El dinero es un mal necesario": así es la vida de Sergio y su solidaridad sobre ruedas
- Sus retos y su difusión a través de las redes sociales llegan a miles de personas que contribuyen de manera solidaria a financiar becas de investigación contra el cáncer.
- Más información: De Valladolid a Viena en un espectacular viaje a pedales cargado de solidaridad: “La presión es buena y va asociada al éxito”
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“Es difícil responder a quién es Sergio. Yo creo que lo que uno piensa de sí mismo no es lo que se es. Lo que uno es pasa por ser una mezcla de lo que has conseguido y lo que das a los demás”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Sergio Monge.
Él es, a sus 42 años, el creador del proyecto ‘Dando Pedales’, que no es solo una travesía física, sino una filosofía de vida que nació en el año 2014. Creado para compartir la voz de Eva, la madre de Nacho, un joven con una enfermedad incurable.
Sergio nació en Valladolid y se considera vallisoletano. Tiene 42 años y con 19 se fue a estudiar a Madrid. Volvió cuando tenía 28 primaveras y ahora consigue compaginar su actividad laboral en la capital de España con la labor desinteresada y generosa que desempeña.
La última aventura que vivió nuestro entrevistado fue una ruta de 17 etapas y 2.600 kilómetros desde Valladolid hasta Viena con el fin de recaudar fondos en la lucha contra el cáncer, en este caso de pulmón, para el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca.
Infancia y punto de inflexión
“Tuve una infancia feliz. Yo conté con un pueblo, que es algo que ahora los jóvenes prácticamente no tienen. Mis padres son de Toro, en la provincia de Zamora, llegamos a Valladolid hace 42 años”, asegura nuestro protagonista.
Sergio iba a su pueblo a pasar la Navidad, el verano, y la Semana Santa. Pasó mucho tiempo con sus abuelos, “gente muy trabajadora y buena” en una infancia que “califica de feliz”.
“Mi vida tuvo un punto de inflexión por mi vecino Ramón. Él tenía un equipo de música que era excepcional. Me flipaba ir a su casa. Me maravilló su sistema de sonido, música y demás. Ahora, la empresa que dirijo hace salas de cine, se dedica a los sistemas de sonido y utiliza la domótica”, explica.
Él, y sus socios se consideran “arquitectos de tecnologías en lugares especiales”, pero la vida de Sergio gira, además, alrededor de su solidaridad.
La bici
Sergio se aficionó al mundo de la bici por casualidad. Cuando tenía unos 26 años. Nunca fue deportista de pequeño. En Madrid empezó a aficionarse por los “hábitos de vida más saludables” y “compró una bici”. Ahí fue cuando descubrió su verdadera pasión.
“Fui, poco a poco, inscribiéndome a diferentes pruebas. En el año 2012-13 me inscribí en la Titan Ser. La primera vez que rodé lo hice para encontrar mis límites, la superación. Para saber hasta donde podía llegar”, asegura.
Fue entonces, cuando en una de estas pruebas, dio con Eva, que era la madre de Nacho, un joven con una enfermedad incurable. “Ella no estaba allí para encontrar los límites, sino para llamar la atención por la enfermedad de su hijo”, apunta.
Desde ese día decidió que “todo lo que pudiera hacer no iba a ser para encontrar esos límites “sino que todo tendría un objetivo solidario”.
Gracias a su amigo Daza surge la iniciativa ‘Dando Pedales’. Todos recordamos sus retos en la Cúpula del Milenio, o en la Plaza Mayor con una bici estática. Pruebas menos duras, pero más efectivas con las que recaudar dinero en busca de financiar becas en la lucha contra el cáncer.
El dinero “un mal necesario”
“Desde hace tres años hemos pasado a la modalidad bikepacking. Recaudamos dinero de forma solidaria viajando a través de Europa. Hemos hecho una en Amsterdam, otra en Roma y el último con destino a Viena. Viajes preciosos con el apoyo de las redes sociales. La experiencia que te llevas es vital y brutal”, apunta.
Unas iniciativas que han ido a más con el paso del tiempo. Sergio asegura que el primer reto, rumbo a Amsterdam “salió fatal”, el de Roma “bien” y el de Viena “muy bien”. Este último reto, junto con We Can Be Heroes ha centrado sus esfuerzos en financiar becas de investigación en el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca.
“El dinero es un mal necesario. Entre comillas, lo recaudado en estos más de diez años, no me interesa. El objetivo de los retos pasa por poder financiar becas de investigación. Nosotros solos, con We Can Be Heroes o demás entidades. Seguro que hemos obtenido más de 100.000 euros, pero no es la clave”, añade Sergio.
Satisfacción
Como venimos indicando, Sergio Monge foma parte de We Can Be Heroes. Una asociación con la que “se identifica plenamente” y que “forma parte de su filosofía de vida”. Todo con ese fin de financiar las becas de investigación.
“Ahora no podría no dedicarme a estas cosas. Forma parte de mi ADN. Con 20 años, en Madrid, formaba parte de una asociación que llevaba el nombre de Norte Joven. Ayudábamos a gente sin hogar y a todo el que lo necesitara”, añade nuestro protagonista.
Le satisface, y mucho, esa sensación de ayudar a los demás y, para él, la bici es libertad. “Es conocerte a ti mismo, saber quién eres y lo que quieres ser. Esa combinación es mágica”, añade.
Mirando al futuro, añade que van a seguir con la modalidad de bikepacking y piensa en nuevas iniciativas desde Dando Pedales y We Can Be Heroes.
“El objetivo principal que persigo pasa por no perder eso tan bonito de Dando Pedales como es viajar y, a través de la bici, poder financiar becas de investigación en el Centro de Investigación del Cáncer. El deseo, que todo esto no decaiga”, finaliza.
Por supuesto, Sergio está ayudando y cooperando con el resto de los vallisoletanos para enviar material desde la ciudad del Pisuerga hasta la zona más afectada por la DANA.