La principal hipótesis de los investigadores apunta a una explosión accidental por una fuga de gas, casi con toda seguridad, según han apuntado fuentes del Tribunal Superior de Justicia a este periódico. Es una de las conclusiones que se saca del informe que la Policía Nacional presentado en el juzgado que instruye el caso del suceso de la calle Goya 32 de Valladolid, donde Teresa, de 53 años, perdió la vida y otras 14 personas resultaron heridas.

Aunque en un primer momento no se descartó ninguna posibilidad, teniendo en cuenta que podría haber sido intencionado, finalmente los pasos dados por los investigadores conducen a esa no intencionalidad de la explosión, que voló por los aires gran parte del edificio.

En el suceso perdía la vida Teresa, una mujer de 53 años que residía en el 1ºC, el domicilio más afectado por la explosión y que desapareció prácticamente por completo, dado que todo apunta a que fue el lugar donde se originó todo. También hubo gran afectación en el bajo, un taller mecánico que acabó sepultado por los escombros.

Los daños también llegaron al piso de arriba y a los de al lado, comprometiendo además la estabilidad del edificio entero por los daños ocasionados en las vigas, tanto por la explosión como por las altas temperaturas a las que estuvo sometido el hormigón a consecuencia del incendio posterior.

El Ayuntamiento ha iniciado esta mañana las tareas para asegurar el edificio, apear los distintos lugares y ya, a partir de ahí, que los peritos puedan entrar al mismo y determinar que sucederá con el futuro del inmueble.

Entre las posibilidades todavía no se descarta ninguna, puede que haga falta derruirlo entero, en parte o simplemente reconstruirlo. Esta decisión correrá a cargo de los técnicos que lleven a cabo el estudio una vez el edificio esté asegurado. El propio Consistorio vallisoletano apuntó que esta fase podría llegar a darse a partir de esta semana que viene.