José Fernando de Castro Villar (Zamora, 56 años) es el juez de menores de Valladolid. Suma casi siete años en el puesto y desde 1993 en el mundo de la justicia, cuando aprobó para comenzar su carrera profesional en Benidorm.
El zamorano nos cuenta que la mayoría de los asuntos que tiene que resolver son los relativos a la violencia intrafamiliar, otra de las lacras más peligrosas de nuestra sociedad, y nos habla además del abuso en las aulas y de los casos de violaciones entre menores, que siguen aumentando en la sociedad.
P.- ¿Cómo fueron sus comienzos al frente del Juzgado de Menores en Valladolid y su desarrollo a lo largo del tiempo?
R.- Llevo siete años al frente de este Juzgado. Al principio fue duro porque venía de estar 10 en Familia, de ejercer solo Derecho Civil muy concreto. Llevaba más de siete años sin ejercer penal. De hecho, ya no me acordaba de lo que era el Código Penal. Al principio fue duro, volver a meterse en ciertos delitos. Había que volver a estudiarlo. Ahora ya es otra cosa. Siempre aprendiendo cosas nuevas, eso sí.
P.- ¿Dónde comienza?
R.- Empecé en Benidorm, en el año 1994. Salí de allí en cuanto pude y me fui a Ciudad Rodrigo, el mejor sitio en el que he estado y donde viví muy bien. Tengo muchas anécdotas y un gran recuerdo del lugar. He ido varias veces al Carnaval, o a visitar a amigos. Al final aquello era como una familia. Seis u ocho abogados, los mismos procuradores… Salías a un bar y te llamaban para tomar algo con ellos. No podías salir de casa sin encontrarte con alguien. Fui muy feliz allí. De no haber sido porque tenía que ascender y me tenía que marchar, me hubiera quedado en Ciudad Rodrigo. En el 98 estuve en Medina del Campo. Entro en septiembre y en enero cesé. Estuve solo cuatro meses porque me llegó el ascenso. Me libré de ir a Ceuta, pero no de llegar a Canarias. Me tocó ir a La Laguna, en Tenerife. Allí nacieron mis dos hijos. Fui a Zamora. Estuve allí de 2002 a 2005 y en 2013 inauguré el Juzgado 13 de Familia e Incapacidades, hasta que he venido aquí. Llevo en Valladolid 10 años, que es la ciudad en la que más años he estado.
P.- ¿Han crecido en Valladolid los casos prede presuntas violaciones entre menores?
R.- Últimamente sí que tenemos más casos de violaciones entre chicos, sobre todo en estos ambientes festivos de botellones, de reuniones sociales entre ellos. Se desmadran las cosas y ocurren estos hechos. Otras veces se producen en la intimidad. Pero normalmente se centran en noches de fiesta con consumo de alcohol o tóxicos. Cada vez se registran más casos de estos.
P.- ¿Cuál es la forma de proceder desde que llega la denuncia?
R.- Igual que con todos los demás casos. Se denuncian los hechos. Se toma declaración a la denunciante para corroborar la denuncia o concretar los hechos, esto se hace en Fiscalía, en menores. En el Juzgado, en mayores, hay un juez de instrucción que lleva a cabo la investigación y cuando termina la da por concluida. Se lo pasa a otro juez, que es el que la juzga, que es el Juzgado de lo Penal o, en su caso, la Audiencia de Valladolid. Aquí pasa lo mismo, lo que ocurre en este caso es que el juez de instrucción sería el Fiscal de Menores.
Aquí, toda la información primera, cuando viene un detenido o un atestado, todo llega a Fiscalía, a nosotros no nos llega nada. Fiscalía hace todas las investigaciones oportunas, toma declaración a quién quiere, hacen sus diligencias de instrucción y cuando ellos creen que tienen hechas todas las diligencias, las pasan al Juzgado para juzgarlo. Nosotros abrimos juicio, señalamos fecha y lo celebramos. Ahí tienen que reproducirse todas las pruebas.
Los asuntos los instruye Fiscalía, allí llegan los atestados, si hay detenidos también y allí dispone lo que procede. Unas veces los pone en libertad, otras veces nos pide una cautelar y para imponer la medida, ellos no tienen competencia por lo que se la piden a un juez para intervenir un teléfono, etc. Nos lo tienen que pedir en todo lo relativo a restricción de derechos. Ellos no tienen competencia y lo piden. Pueden ordenar una detención a la Policía en fase de investigación, pero tienen unos plazos para determinar. Si se pasa deben pedir al juez que se mantenga la privación de libertad porque si no ellos no la pueden mantener. El procedimiento siempre es así, el que marca la ley.
P.- Centrándonos en la violencia de género con menores de por medio. ¿Han crecido estos casos?
R.- Con todo lo que hay por ahí no noto un gran número de casos entre menores en este asunto. Hay algunos, pero son mínimos. Me sorprende porque con todo lo que se oye a nivel nacional aquí hay muy poco. En Valladolid, los menores, la violencia que ejercen es intrafamiliar. Contra los padres, contra la madre principalmente. De estos hay muchos. Prácticamente todos los menores que tenemos en los centros de convivencia son por esta razón. Es el delito, junto a los típicos hurtos y demás, que más se da. Es el pan de cada día.
P.- Tiene que ser tremendo, hablando de esta violencia intrafamiliar, cuando una madre llega al Juzgado para denunciar a su hijo.
R.- Cuando una madre se decide a denunciar a su hijo, que vaya la Policía y lo detenga y traerlo a los Juzgados, lo que habrá tenido que pasar para tomar esa decisión.
P.- ¿Los acusados de violencia intrafamiliar pueden cumplir condena en centros de convivencia?
R.- Tenemos dos tipos de centros. El de internamiento, que el que hay en Castilla y León es el de Zambrana y los de convivencia con grupo educativo que es una de las medidas que la Ley dice que se puede imponer a un menor. Es una medida buena para las personas que en el ambiente en el que se mueven provocan algo fuera de lo normal. Si tú solo te atreves a pegar a tu madre en casa, solo lo haces allí, no repites esta actitud fuera, lo mejor es sacar al menor de ese ambiente. Muchas veces hay que trabajar con los padres también. No solo es culpa del menor, también del padre. Algo no hemos hecho bien. A veces les permitimos de más, se nos va de las manos y cuando queremos atajarlo ya es tarde. Necesitamos que alguien nos ayude y nos recoloque en nuestra posición de autoridad en la casa. En los centros aprenden que deben cumplir unas normas a la hora de estudiar y de afrontar sus responsabilidades. De no hacerlo son conscientes de que serán sancionados.
P.- ¿Tiene resultados?
R.- Cuando se hace unos meses suele tener resultado. Cuando el joven vuelve a casa, muchos padres se quedan sorprendidos por el cambio de sus hijos.
P.- Hemos hablo de hurtos, de violencia intrafamiliar… ¿Cómo está el tema del acoso escolar en las aulas?
R.- También surgen algunos casos y son muy sangrantes porque los chicos lo pasan muy mal. Son menores que llegan muy tocados psicológicamente y que han sufrido mucho. A veces ocurren y aquí estamos para juzgarlos cuando se producen.
P.- ¿Se ha detectado un aumento de estos casos?
R.- Hay algunos casos, cada año, pero no es un número demasiado elevado. Se cuentan con los dedos de las manos. Ocho o diez casos al año. Pienso que en Valladolid es un número considerable. Pero hay que matizar que, quizás, hay más casos de los que se denuncian. De cada 10 se denuncia uno normalmente.
P.- ¿Y se detectan más delitos por el mal uso de las nuevas tecnologías?
R.- Ahora mismo, los jóvenes, por cada delito que cometen, estos actos van acompañados por cosas que se producen a través de las redes sociales. Un menosprecio, un trato degradante. Por redes sociales también se abusa mucho de fotos de contenido sexual, acompañado de diversas amenazas. Muchas denuncias que llegan son por publicaciones en Instagram o WhatsApp. Ahí comprobamos si ha habido amenazas, o no, y se investiga. Es como una ayuda a probar una versión u otra de los hechos.
P.- ¿Cuál es el caso, en Valladolid, que más recuerda y por qué?
R.- Aquí hemos tenido un asesinato, que al final es el que más te impacta. La violación de los tres menores también ha tenido mucha repercusión. No es tan grave como el anterior, pero ha tenido mucho bombo mediático y este era un asunto de mucho volumen de declaraciones y de mucho folio. Pero, sin lugar a dudas, el crimen de Ely y su muerte violenta al lado del centro comercial Vallsur es lo que más recuerdo.
El crimen de la Ely al que mataron en Vallsur el 12 de agosto de 2018. El chico tenía 15 años y sigue cumpliendo el internamiento en Villanubla, tras solicitarlo él. No le queda mucho.
P.- ¿Cuál puede ser el remedio para que los menores no tengan que enfrentarse a un proceso judicial?
R.- Aquí, prácticamente en todos los asuntos, Fiscalía cuando empieza a instruir la causa, remite a los chicos al equipo técnico y le insta para que, si es posible, el caso se lleve por la vía de la mediación. Para esto hace falta que el menor esté dispuesto a reconocer lo que ha hecho, a pedir disculpas, y a mostrar una actitud conciliadora con la víctima y que la víctima lo acepte. Hay alguna de estas víctimas que no quieren saber nada de la persona que les ha robado o agredido. Las tiendas de ropa, ante posibles hurtos, sí que llevan el caso por mediación. Cuando esto se produce, el expediente se archiva. Se piensa que con eso es suficiente para resolver el caso. Se han conseguido los objetivos educativos que se perseguían, logrando que el chico se dé cuenta de su error, y lo asuma.
P.- Una educación desde temprano puede ser clave. La familia, muy importante.
R.- Siempre digo que el oficio de padre es el más difícil del mundo. Un día, sin saberlo, te lo encuentras y nadie te ha enseñado a ejercer de ello. Hoy en día, como queremos darles a los niños todo y más y tienen todo, los pequeños se creen que las cosas no cuestan y que todo cae del cielo. Deben de darse cuenta de que no es así. Antes no contábamos con tantos bienes y lo valorábamos más. Nos regalaban cualquier cosa por Reyes y nos volvíamos locos. Ahora, como tienen de todo, hay poca ilusión. Hay que saber decir no a tiempo y negarles cosas que les van a hacer crecer como personas. Es más difícil hacerlo que decirlo, eso sí.
P.- ¿Qué causas abiertas hay ahora mismo en el Juzgado?
R.- Que recuerde, llamativas, ninguna. Aun así, sigue habiendo abusos sexuales, hurtos todos los días o maltrato intrafamiliar. Luego, delitos por lesiones y peleas, o acaso escolar. Lo que hemos estado hablado.
P.- ¿En qué medida la Ley del Menor consigue su objetivo de recuperar al menor?
R.- No sé porcentajes, pero hay muchos chicos que se recuperan. Muchos la cometen delitos, vienen, se reinsertan y no vuelven.
P.- ¿Cómo ve el futuro del Juzgado?
R.- Es un Juzgado con un volumen de trabajo asumible. Aun así, somos la provincia de Castilla y León que más trabajo tiene, pero, el día a día, se lleva bien.