Desde que a principios de siglo se planteará en Valladolid la construcción de un Campus de Justicia han sido muchos los avatares por los que ha pasado el proyecto. Cambios de ubicación, retrasos administrativos o problemas inesperados han hecho que el edificio, de momento, sea uno de los asuntos que siempre aparecen en los debates políticos y que su inicio, por lo que parece, en breve podría tener un importante avance. Al menos en el procedimiento de tramitación.
Y es que la historia viene de lejos. Fue en el año 2000 cuando ya empezó a hablarse de la necesidad de crear un centro que albergara la sede judicial vallisoletana debido a la existencia de unos edificios, destinados a ese fin, que se encontraban en situación precaria y en régimen de alquiler.
En aquella época empezó a buscarse algún solar que cumpliera los requisitos necesarios para cubrir las necesidades detectadas y fue la primera vez en que surgió el nombre del Colegio de El Salvador como posible destino. Una idea que no tardó en desecharse debido a que los propietarios del centro pidieron la friolera de 20 millones de euros, un precio desorbitado, fuera de mercado y que hacía imposible afrontar la operación.
Así, aparecieron diferentes alternativas. Una de ellas en la zona Viveros del barrio España y otra, la que finalmente se eligió, en la zona de Girón-Villa del Prado. Esta opción fue puesta encima de la mesa por el equipo de Gobierno que encabezaba en la Alcaldía Javier León de la Riva y resultó elegida porque deba respuesta a muchas de las necesidades que se habían planteado.
Los juzgados de la calle Angustias pasarían al nuevo edificio, mientras que la Audiencia se mantendría en el inmueble que ahora ocupa dejando fuera el Colegio de Abogados y de Procuradores. Ese proyecto, obra de Primitivo González, comenzó a desarrollarse solo a falta de decidir el suelo que entraba en la permuta entre la parcela de Girón y la de los juzgados.
Nuevo cambio hacia el Colegio de El Salvador
En 2015, cuando se produjo el cambio de Gobierno en la ciudad con la coalición del PSOE y Valladolid Toma la Palabra, “entendimos que se podía intentar de nuevo la opción del colegio de El Salvador porque veíamos muchas ventajas”, comentó el actual concejal de Urbanismo, Manuel Saravia. Evitar que el centro de la ciudad se quedara sin una institución como la de Justicia, con el movimiento comercial que eso supone hizo que se retomara y comenzaron los contactos.
Además, se puso encima de la mesa la necesidad de contar con la parcela del aparcamiento del antiguo Hospital Rio Hortega, una circunstancia que provocó una tramitación administrativa ardua y, en ocasiones, tediosa. “Hubo que modificar el Plan General de Ordenación Urbano (PGOU), el del casco histórico y eso llevó mucho tiempo y papeleo”.
Tramitación que tuvo su “punto crítico” cuando la tasación de los técnicos municipales del colegio se fijó en siete millones de euros. “Hay que recordar que los propietarios pidieron años atrás 20 millones y que, en 2015, tenían más de esa cantidad de deuda con Sareb, el conocido como ‘banco malo’ de España. Esa circunstancia hizo que el Ministerio frenara la operación “porque no quería hacerse cargo de terrenos metidos en un contencioso”.
Por ello, comenzaron las negociaciones con Sareb que no fueron nada sencillas. La idea inicial fue realizar una permuta, por valor de los siete millones, con parcelas de la zona de Zambrana, pero pronto aparecieron las dificultades. “Sareb solo quería parcelas finalistas actuando como un promotor y a pesar de que fueron muchas las opciones que les propusimos, no se llegaba nunca al acuerdo”. Algo que provocó aún más retrasos ya que “cada permuta que les ofrecíamos necesitaba de una tramitación burocrática que llevaba su tiempo”.
Después de un año y medio de conversaciones y propuestas rechazadas el Ayuntamiento optó por una nueva solución: la compra del inmueble en junio de 2021.
Nuevos trámites y retrasos
Parecía que el escollo con el que su habían encontrado ya se había superado, pero después de firmar un convenio con el Ministerio se pidió un nuevo paso que consistió en que se les presentarán las dos parcelas, tanto la de El Salvador como la del aparcamiento del viejo hospital para hacer una tramitación conjunta.
“La Tesorería de la Seguridad Social, propietaria de esa parcela, admitió desde el primer momento el intercambio de parcelas”, explicó el edil quien subrayó que “ese procedimiento está ya a punto de terminar”. Cuando eso suceda, quedará ir al Registro de la Propiedad para que se reconozca al Ayuntamiento como propietario, un trámite sencillo y que no llevara mucho tiempo, para que ya después el Ministerio solicite los terrenos y se inicie la tramitación.
A partir de ese momento nadie quiere poner fechas, ni de inicio de la construcción ni mucho menos de finalización de las obras. Lo que sí se tiene claro es que, después de muchos años, muchas noticias al respecto y diferentes dificultades que han aparecido en el camino, Valladolid contará con su Ciudad de la Justicia.
¿Cómo será el edificio?
En cuanto a si el edificio se rehabilitará o se derribará, el alcalde, el pasado 21 de octubre de 2021, desveló, aunque será decisión del Ministerio una vez que se elabore el proyecto, que se echará abajo. Una decisión cimentada en que “los aprovechamientos son muchos claros con un solar que con el edificio existente”.
Incluso aventuró que será una construcción de más de dos plantas en el que se respetará el entorno de la zona “porque la zona es emblemática, es la plaza en la que nació Felipe II, en la que está la iglesia de San Pablo, el Palacio real y la Diputación Provincial, por lo que el edificio tendrá que estar a la altura del valor que tiene esa plaza, tanto urbanístico como histórico”.