El arzobispo de Valladolid y responsable del Servicio de Pastoral Vocacional, que hoy presentó en Madrid la Conferencia Episcopal Española, rechazó el “poliamor” y aseguró que “aunque suena bonito en la jerga de la cultura dominante, cuando se habla de poligamia suena de otra manera”.
Argüello, que mostró su preocupación por la reducción del número de matrimonios católicos y las preferencias mostradas por los españoles que, en una reciente encuesta de INE, han expresado su conformidad con las relaciones 'poliamorosas', argumentó que “la fugacidad de los vínculos tiene consecuencias”, como los problemas de salud mental que han aumentado entre la población joven y adolescente, y el malestar cultural existente. “Nos preocupa, pero no solo porque parece que va en contra de una determinada moral, sino como forma de entender la articulación del tejido social”, aseveró.
Ademaás, durante la presentación de este nuevo servicio de la Conferencia Episcopal que dirigirá el propio Argüello, también recalcó que cuando la Iglesia habla de vocaciones no solo se refiere a ‘meterse’ a cura o a monja, sino también a los laicos y al matrimonio y la creación de una familia”.
“No nos preguntemos qué puede hacer la sociedad por mí, sino que puedo hacer yo por el bien común”, aseguró el arzobispo de Valladolid, que recalcó que hay que entender “la vida, las vocaciones, no como un voluntariado, sino como una llamada que el Señor realiza a través de las necesidades expresadas por los pobres de cerca y de lejos”. La vida, según el prelado, ha de ser entendida “como vocación”, y eso “es lo que nosotros queremos acompañar”.
Al mismo tiempo, también reconoció la disminución de vocaciones y mostró su preocupación por la caída en el número de bautizados. “Es un dato que no me tranquiliza nada, al contrario, pero sí sirve para justificar más aún el tipo de propuesta que queremos hacer”, destacó.