Nos montamos en la máquina del tiempo DeLorean, la de la mítica película de Regreso al Futuro, y nos situamos en la mañana del 8 de mayo de 1983. La Castilla y León surgida de la Transición, con sus nueve provincias (a pesar de las protestas de la mayoría), esta llamada por primera vez a las urnas para elegir al parlamento regional e, indirectamente, a su presidente. 39 años después, también por primera vez, hay que votar en unos comicios que no van de la mano de las municipales. Ya se notó desde ese día el mal que persigue a esta Comunidad, una alarmante falta de sentimiento regionalista. Tampoco las formaciones políticas hicieron mucho por poner en marcha un proyecto común.
¿Qué ha cambiado en este tiempo? ¿Cómo ha evolucionado la sociedad de la Comunidad?
Antes de centrarnos en Castilla y León, hay que conocer la situación que vivía España en aquel 1983, justo un año después del Mundial de fútbol del Naranjito. Una España con muchas semejanzas a la actual. Empezaban a gobernar los socialistas después de la victoria del PSOE en 1982. El 23 de febrero el país vivió un terremoto cuando el Gobierno de Felipe González expropió la empresa Rumasa a su propietario, José María Ruiz-Mateos.
Curiosamente, el 30 de julio entró en vigor la nueva ley laboral que establecía una jornada laboral máxima de 40 horas semanales y 30 días de vacaciones anuales. Y no, aquí no hubo fallo en la votación. No se hablaba del cambio climático, pero también había inundaciones, como la que ocurrió en Vizcaya con 34 fallecidos. Los precios comenzaban a subir y ya se temía por la inflación. Y 83 fue al año del famoso 12-1 de España a Malta. Volvemos a Castilla y León.
Finalmente fueron nueve provincias: Ávila, Burgos, León, Palencia, Salamanca, Segovia, Soria, Valladolid y Zamora, las llamadas a las urnas. Si bien, fueron nueve como podrían haber sido 8, 10 o 11. Logroño y Santander se quedaron fueran, pero nadie escuchó a la provincia leonesa en su anhelo de ser una región única. Además se obligó a Segovia a formar parte de Castilla y León. Con estos mimbres, el cesto no estaba muy cuajado y los votantes se mostraron muy desconcertados.
La disputa por el primer Parlamento autonómico estuvo centrada entre el PSOE y Coalición Popular. Esta última tenía esperanzas de obtener el gobierno en una región tradicionalmente conservadora. Sin embargo, y contra todo pronóstico, como indica el historiador Pablo Pérez López en su libro ‘Castilla y León en Democracia. Partidos, elecciones y personal político (1977-2007), “la fuerza de las provincias en la estructura de la coalición electoral formada por AP, PDP y UL impidió que presentaran un candidato a la Presidencia de la Junta, una vez descartada la opción del antiguo presidente del ente preautonómico, José Manuel García-Verdugo. Frente a esto, los socialistas parecían tener una posición más coherente y el zamorano Demetrio Madrid apareció no sólo como líder de los socialistas, sino como candidato a presidir la futura Junta de Castilla y León”.
Menos partidos y más procuradores
En el año 1983 se eligieron 84 puestos de procurador. Ahora, por el descenso de la población en la envejecida Castilla y León, serán 81. La cifra más baja de las últimas legislaturas, ya que han ido disminuyendo desde 83 a 82. Eso sí, los castellanos y leoneses tuvieron menos opciones para elegir que en la actualidad con 23 formaciones. Así, estaban las papeletas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Alianza Popular, Partido Demócrata Popular (AP-PDP), Centro Democrático Social (CDS), Partido Comunista (PCE), Partido Demócrata Liberal (PDL), Partido regionalista del País Leonés (Prepal), Partido Demócrata Liberal (PDL), Partido del Bierzo, Partido Unidad Comunera Castellana (UCC), Partido Comunista Obrero Español-Partido Comunista de España Unificado (PCOE-PCEU).
Los líderes políticos
Los Mañueco, Tudanca, Igea, Fernández de 1983 eran el zamorano Demetrio Madrid (PSOE), que posteriormente sería el presidente de la Junta. El caso de AP era curioso. No llegó a presentar un candidato formal a la Presidencia de la Junta. El líder nacional, Manuel Fraga, no lo tenía claro y apostó por un candidato en cada provincia.
Por cierto en aquellas listas de hace casi 40 años ya estaban nombres que hoy son muy conocidos para la Comunidad como Juan Carlos Aparicio Pérez (ministro del Gobierno de Aznar), Jesús Posadas (presidente del Congreso), Tomás Rodríguez Bolaños o Jesús Quijano.
Los resultados
La candidatura del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), consiguió 42 de los 84 escaños de la cámara, la de la coalición Alianza Popular-Partido Demócrata Popular-Unión Liberal (AP-PDP-UL) 39 escaños, la del Centro Democrático y Social (CDS) 2 escaños y la del Partido Demócrata Liberal (PDL) 1 escaño. Todavía no había partidos localistas.
El censo total para esas elecciones era de casi dos millones de personas, 1.993.809, mientras que para ahora es de 2.094.490. Se acercaron a sus colegios a votar 1.392.403, o lo que es lo mismo, hubo una participación de 71% y una abstención de 601.406. Se registraron 13.103 votos en blancos y 20.815 nulos.
Por provincias
En Ávila se repartían siete diputados y tres fueron para la coalición popular, dos para el PSOE y dos, los únicos que obtuvieron para el CDS. Y es que todavía la figura de Adolfo Suárez era alargada en su tierra. En Burgos, con 11 en juego, seis para AP, cuatro para los socialistas y uno para el Partido Demócrata Liberal. Los 15 procuradores leoneses se repartieron entre el PSOE con 9 y los populares con 9. Mientras que en Palencia el triunfo fue azul, con cuatro diputados, por 3 para los de ‘la rosa’. En Salamanca, la balanza fue socialista con 6-5. Empate a tres en Segovia y a 4 en Zamora. Mientras que en Soria el triunfo fue para los de Fraga por 3-2. Sin embargo, el granero de votos socialistas, y donde estuvo la clave del triunfo, fue en Valladolid donde arrasó por 9-5. De esta manera, la ciudad del Pisuerga se llevó el gato al agua para ser sede de las Cortes.
La campaña
Al contrario de lo que está ocurriendo durante esta campaña que está congregando a estrellas políticas nacionales, la campaña electoral de 193 fue muy tranquila, sin muchos mítines multitudinarios. Eso sí, Manuel Fraga estuvo acompañando a los populares y Alfonso Guerra a los socialistas. La mayoría de los actos se congregaron en Valladolid. Y no, el mundo del campo no tuvo el protagonismo de estos días.
La investidura
En el presente habrá que esperar hasta el 10 de marzo para saber si Castilla y León tiene presidente de la Junta. En 1983 se proclamó a Demetrio Madrid, ya que durante toda la legislatura hubo un gobierno de coalición del Partido Socialista Obrero Español y del Partido Demócrata Liberal, un partido político de ideología liberal fundado un año atrás por Antonio Garrigues Walker a partir de sectores liberales de Unión de Centro Democrático. Podríamos decir que el Ciudadanos de entonces. El voto que el PSOE siempre necesitaba llegada desde este bando. En 1986, Madrid dimitió de su cargo y fue sustituido por el también socialista José Constantino Nalda García, y se mantuvo el pacto de gobierno.
De aquellos primeros comicios salió como presidente un socialista. El primero y el único del PSOE porque, luego, siempre ha resultado ganador el Partido Popular. Solo Luis Tudanca tiñó la región de rojo hace tres años, sin embargo, Francisco Igea con sus votos entregó de nuevo el poder al PP.