La crisis sanitaria del coronavirus ha provocado que los guionistas tengan que jugar con los personajes y las tramas de otra forma para mantener la seguridad, eliminando besos o abrazos. El problema viene cuando el contacto físico es crucial para el argumento, para que avance la trama, tal como ha ocurrido en Amar es para siempre.
En plena semana del Orgullo, los personajes de Luisita y Amelia hicieron algo muy esperado por los seguidores: darse un beso en la plaza, para escándalo de la conservadora y crítica Otilia.
El problema es que los personajes que encarnan Paula Usero y Carol Rovira no podían unir sus labios, por lo que se jugó con la realización: mientras acercaban sus caras, la cámara hacía zoom sobre ambas, cortando antes del beso a la reacción de Otilia, que se escandalizaba por el gesto.
Así pues, se ha producido el beso, pero no ha llegado a verse, lo que ha sabido a poco a muchos seguidores de la serie, que esperaban ese momento como consolidación de la historia de amor de las dos mujeres. En las redes sociales se ha comentado mucho al respecto, pero también hay quien ha alabado que se respete la distancia de seguridad.
Hay que recordar que el valor de la trama de Lumelia es enorme, porque ha hecho que el público de la serie, generalmente mayor, pueda reflexionar sobre la libertad para amar. Luisita y Amelia han normalizado que dos chicas jóvenes se quieran, que se besen a las cuatro de la tarde por televisión. Que son un ejemplo de esas mujeres que vivían juntas se hacían llamar amigas cuando eran algo más, algo a lo que no se le podía poner nombre en voz alta.
“Tu problema es que, desgraciadamente, piensas como toda esa gente que opina que tu hija no es normal y que mi amor por Amelia es antinatural” llegaba a decirle Luisita a su padre, Marcelino (Manuel Baqueiro), en un episodio. Pero se lo decía también al público, a la audiencia. Que el problema no lo tiene el homosexual, sino el homófobo