Saray se ha convertido en la concursante más polémica de la historia de MasterChef. Tras haber faltado el respeto en varias ocasiones, tanto al jurado como a sus compañeros, y haber criticado la dinámica del concurso, abandonó el concurso en el cuarto programa al negarse a presentar un plato en la prueba de eliminación.
Debido a que tiro la toalla antes de comenzar la prueba, ya que consideraba imposible cocinar un plato en 20 minutos, presentó un menú en el que destacaba un pájaro muerto sin desplumar y decorado con alguna verdura.
Los jueces no dieron crédito hacia su actitud y la expulsaron directamente sin pasar por las valoraciones. Jordi Cruz tomó la palabra para decirle que "se quitara el delantal" y pedir "perdón" a los espectadores y el resto de los participantes por haberla dejado "entrar a las cocinas".
"Lo volvería a hacer. No tenía ninguna posibilidad se salvarme", afirmó la propia Saray al día siguiente, dejando claro que no se arrepentía de su actitud. "Desde que empezó el programa, me sentí que yo era el punching ball de Masterchef. Desde el primer día se veía que todos iban contra mí", confesó al Diario Córdoba.
"El pájaro muerto fue una forma de protesta, yo sabía que me querían echar y que me iba a ir hiciera lo que hiciera porque ya lo habían decidido, pero no estaba dispuesta a darles el gusto de cocinar", añadió.
La concursante se presentó desde el principio del programa como “transexual y gitana”. Es por ello que su perfil llamó la atención desde el principio. "Me he equivocado. Mi intención era meter a alguien trans para normalizar, pero no ha sido así. Lo bonito de la integración es tratar a todo el mundo por el igual y MasterChef es un programa estupendo para dar visibilidad. Saray no lo ha utilizado", reveló Macarena Rey, CEO de la productora del telent Shine Iberia, en El País.
"En vez de contar lo difícil que ha sido hacer su transición, al ser de etnia gitana y con una familia conservadora, ha salido por otro lado. Por su personalidad, el esfuerzo le cuesta, y según avanzaba el programa iba bajando los brazos. Al final montó ese numerito", agregó Rey.
"Yo no me presenté, ni lo había pensado en ningún momento", reveló Saray. La aspirante ha explicado que "una redactora que se dedica a buscar perfiles contactó conmigo, les dije que sabía cocinar lo típico de una casa, pero nada más y como insistieron, decidí presentarme". Además, ha añadido que ella fue la primera sorprendida cuando entró al concurso después de un casting de 30.000 personas.
Ante la actitud del jurado y las criticas recibidas por los seguidores de MasterChef, la exconcursante se ha defendido diciendo que ella hizo lo que sabía: “No puedo hacer cosas de chef porque ni lo soy ni he querido serlo en mi vida".
Además, la cordobesa ha reconocido que quiso abandonar el programa pero que no lo hizo porque “tenía un contrato”. “No podía irme, tenía que esperar a que me echaran. Lo que sí creo que está claro es que el jurado tenía dos formas de juzgar, una para Saray y otra para el resto", explicó.
Después de la emisión del programa de su expulsión, los seguidores de las redes sociales de la cordobesa han aumentado, a la vez que ha recibido tanto comentarios ofensivos como de apoyo. "He recibido muchos mensajes tránsfobos de 'travelo, te vamos a cortar el cuello', o '¿qué se puede esperar de ti siendo gitana?'", contó.