Saray, nueva expulsada de ‘MasterChef’ tras presentar una perdiz cruda sin desplumar
En la primera prueba recibió el delantal negro de forma directa, y Jordi Cruz la instó a abandonar
5 mayo, 2020 10:14El cuarto programa de MasterChef 8 empezó movidito. En la primera prueba, los aspirantes tenían que crear un postre en 90 minutos que les recordase a su infancia y que tuviese de protagonista alguna fruta. Saray, la concursante que el primer día emocionó con su historia como transexual y gitana, hizo unas galletas morunas y un batido que le llevó menos de la mitad del tiempo del que disponía.
El jurado el dio un toque de atención y le dijo que debía exprimir mejor el tiempo y los recursos. “Es que esta es mi infancia, ¿qué te hago un caballo de chocolate blanco con nata montada...?” respondió insolente la andaluza, que se volvía a enfrentar, una vez más, a los conductores del programa.
Al no querer escuchar la valoración ni los consejos, Jordi Cruz le hizo entrega de un delantal negro, algo que a Saray le pareció “injusto” porque todavía no habían probado su plato. Cruz le retó entonces a abandonar las cocinas para siempre. “Si te parece injusto solo tienes que darte la vuelta y pirarte”, desafiaba el chef. “¿Me estás echando?” preguntaba ella, con mucho brío. “Te invito a hacerlo, porque lo injusto para mí es lo que tú has hecho” respondía Cruz. Ella, sin embargo, seguía en sus trece. “España sabe que mis galletas están buenas”, espetaba, poco antes de llorar.
En una entrevista a cámara mantenía su posición. “Os estáis equivocando conmigo. El aura podrida la tienen todos. Paso de ellos. No puedo ver a ninguno. Ya pueden tener 45 millones de Estrellas Michelines”.
Así ha sido el momento en el que @JordiCruzMas le coloca el delantal negro a Saray https://t.co/5KB3O2GWnE #MasterChef pic.twitter.com/soAeexCiS0
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En la prueba de exteriores Saray pidió perdón por su actitud. Pero no mostró propósito de enmienda. En la prueba de expulsión tuvo que cocinar una perdiz en 20 minutos, y entonces decidió no cocinar, y entregó el ave sin desemplumar, cruda, sobre una bandeja con algunas verduras decorando.
“Lo nunca visto en MasterChef”. “Un pájaro muerto encima de un plato”, comentaban sus compañeros a cámara. “Podía haber ayudado a mucha gente y haber sido un icono, y de repente todo se le ha desmoronado. Lo que siento hacia ella es compasión”, decía otra de las aspirantes.
Los jueces ni se molestaron demasiado en valorarla ni afearle el gesto. Según Jordi Cruz, aquello ya no era solo “una falta de respeto a los compañeros, al programa y a los 28.000 aspirantes que se quedaron fuera” sino también al producto. “Nos hemos equivocado terriblemente contigo, es la vez que más nos hemos equivocado a la hora de dejar entrar a alguien por esa puerta en ocho años”, sentenció.
Saray quiso interrumpir, pero no le dejaron tomar la palabra. Cuando pudo hablar, dijo que se sintió bloqueada desde que recibió el delantal negro, y que los jueces le hicieron sentir mal. A eso se le añade que tenía poco tiempo para cocinar y que le da “repugnancia” el producto que tenía que trabajar. Fue entonces cuando Jordi Cruz paró el discurso, le dijo que se quitase “ese delantal negro que no te mereces y cruces la puerta”.
“Pienso que no le he faltado el respeto a nadie, en absoluto”, decía Saray a su salida, señalando que no ha abandonado el concurso de la forma que imaginaba.
Así ha sido la expulsión de Saray en el cuarto programa de #MasterChef 8 https://t.co/5KB3O2GWnE pic.twitter.com/PYvzC9D0oq
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Hay que recordar que desde el primer día Saray fue de las concursantes más rebeldes. No toleraba las valoraciones del jurado y excusaba su mal trabajo diciendo que ella no tenía “un paladar tan fino” como el de los jueces. Vivió enfrentamientos con José María, al que tildó de “oscuro, mala persona” y al que incluso criticó su aspecto físico.
A esto le sumamos que Saray fue muy criticada por simular que apuñalaba a Jordi Cruz por la espalda durante una prueba de exteriores, y en las redes sociales hay quien incluso pidió su expulsión por este gesto. En otra ocasión, aseguró que “algún mal de ojo le he echado a alguno (de los jueces), que se parta un pie”.