Berto Romero, el gran descubrimiento de 'Ocho apellidos catalanes'
He de confesar que Berto Romero nunca fue de mi agrado. Nunca le encontré la gracia, la verdad. Siempre fui más de El Follonero (a.ka. Jordi Évole). De hecho recuerdo que hasta lo incluí en una lista de rostros televisivos que no soportaba. No me pregunten por qué. Era casi más una manía que sensatez. Estupideces de juventud.
Una antipatía que ha llegado a su fin con Ocho apellidos catalanes. Y es que, con permiso de Karra Elejalde, Carmen Machi y Rosa María Sardà, el cómico se ha convertido en el gran descubrimiento de la cinta de Telecinco Cinema. En su papel de hipster catalán está sobresaliente, sublime.
Si no quieres tener ojos encima, no te dediques a esto
"No me lleves al aeropuerto, llévame hasta Barcelona, y no apagues el taxímetro de tu corazón", se ha convertido en la mejor frase del cine español en lo que llevamos de año. Y no hablemos de Intolerancia es el hashtag de mi vida.
Por todo ello, no será difícil verle dentro de los nominados al mejor actor revelación en los próximos Goya. "No pienso en los Goya porque pesan mucho y tengo niños pequeños e imagino no ponerlo en la estantería correcta y que se caigan y les abra la cabeza", confiesa a Bluper.
"Uno se arriesga cuando uno hace una película", continúa al ser preguntado si teme a las críticas. "Si no quieres tener ojos encima, no te dediques a esto. El trabajo ya está hecho. Ya no hay nada que hacer", añade.
"Al fin y al cabo los cómicos estamos dedicados a la interpretación. Y luego que te critiquen o te alaben, hay que escuchar pero con relatividad. Tanto Dani (Rovira) como yo nos tomamos en serio los trabajos que hacemos o por lo menos tratamos con mucho respeto la profesión de actor", confiesa.
He estado todo el rato viviendo un sueño subvencionado.
Para Romero, trabajar en la secuela de la película más vista de la historia del cine español es un sueño. "Pensaba que alguien vendría a cobrarme cuando me levantaba. Y no solo no lo hacían sino que me pagaban a mi. He estado todo el rato viviendo un sueño subvencionado. Para alguien que empieza en el cine, trabajar con gente así es un lujo", se sincera.
Un sueño que de triunfar en taquilla probablemente le lleve a una fama que pueda agobiar. "No voy a juzgar a nadie", contesta cuando se le pregunta por las críticas que recibieron Dani Rovira y Clara Lago tras su visita esta semana a El Hormiguero.
"Mi relación con estas cosas lo llevo de la forma más normalizada posible. Es algo extraño, pero te acostumbras. Es parte de mi trabajo y salvo que no pueda atender a alguien porque me han pedido fotos en funerales, educadamente digo que no es el momento. Cada cual lo lleva como puede. Puedo entender que es algo extraño y que cuesta digerirlo. A mi también me llevó mi tiempo digerirlo".
Gran sentido del humor
Menos tiempo le ha llevado digerir las bromas sobre Cataluña. "No me atrevo a hablar en nombres de Cataluña y los catalanes. Hay gente de todo tipo allí como en cualquier lado. Lo que sí me consta es que los catalanes tenemos un gran sentido del humor. Y simplemente preguntarse si alguien se puede ofender por una broma ya es sintomático que estamos un poco sensible. Es una película de un humor muy blanco, que no pretende juzgar ni ofender, que simplemente utiliza un escenario para una historia de amor".
¿Y cómo vive la situación actual? "La vivo como la vivimos todos. Uno vive lo que percibe en los medios de comunicación. Uno hace su vida normal y voy por la calle y no pasa nada. Lo vivo con una mezcla de interés y preocupación, como todo el mundo. En estas situaciones es lógico que uno espere a que sucede para saber a qué atenerse. Hay un proverbio chino que dice “Dios te guarde de vivir momentos interesantes. Vivimos un momento interesante".