El zasca de Cristina Rodríguez contra Pelayo Díaz por comprar un perro

Hace unos días, Pelayo Díaz compartía en redes sociales que su marido y él habían adquirido un perro de raza, un Pomerania al que han puesto el nombre de Vidu. “Andy y yo queríamos ampliar la familia desde hace tiempo y no nos animábamos a dar el paso, pero el mundo conspira para que siempre te llegue lo que de verdad deseas y ésta mañana nos ha llegado este maravilloso regalo por parte de @LuxuryToyPuppies, que nos escucharon decir en nuestro IG LIVE lo mucho que nos gustaría tener un Pomerania” explicaba el que fuese coach de Cámbiame.

Sus palabras fueron muy criticadas en las redes sociales, ya que los usuarios le invitaban a adoptar perros abandonados en lugar de fomentar la compra de animales de raza. Además, le reprochaban que en plena crisis sanitaria le hiciesen llegar un pero de raza por mensajería, en un trasportín, como su fuese una mercancía y no un ser vivo. Hubo voces anónimas que criticaron esta adquisición, pero también algunas conocidas, como Cristina Rodríguez, la que fuese su compañera en Cámbiame.

Natalia Ferviú, también de Cámbiame, compartió en su cuenta de Instagram una foto en la que aparecía con una pose ingenua, y preguntaba a sus followers que en qué estaba pensando. Fue entonces cuando Cristina dijo que lo que estaba pensando es “si adoptas un perro que se haya quedado huérfano por haber perdido a su dueño por el Coronavirus”. Natalia, por su parte, le respondió un corazón.

Recordemos que en el pasado las tensiones entre Cristina y Pelayo eran constantes, y que ninguno de los dos tenía problema en hablar en público de sus desavenencias con el otro.

Pelayo no permaneció callado a los numerosos ataques, y en un directo de Instagram se quejó de que la gente “se fija más en los errores que cometen los demás o en qué cosas no les gustan de los demás que en su propia vida. Si toda esta gente pusiera toda su energía en mejorar su vida, su trabajo, en tratar mejor a sus familiares a los que igual no llama desde hace semanas, en tratar mejor al vecino...”, se lamentaba con contudencia. “Si se ocuparan de eso en lugar de centrarse en lo que hacemos, el mundo sería mucho mejor”.