Hace una semana, el presentador James Corden estuvo en el punto de mira de las redes sociales: un usuario compartía unas imágenes en la que aparecía dentro de un coche remolcado junto a Justin Bieber. Sucedió durante la grabación de su sección ‘Carpool Karaoke’, en la que Corden da una vuelta por Los Ángeles con famosos de todo tipo, mientras cantan, bailan o se disfrazan.
Muchos usuarios se sentían estafados: creían que James Corden siempre conducía, pasase lo que pasase. Tanta polémica generó que se desvelase este truco televisivo que hace unos días empezó su programa aclarando la polémica.
“Sé que tiene mala pinta. Pero solo quiero decir que siempre conduzco el coche, a menos que estemos haciendo algo que no sea seguro. Como por ejemplo, un baile, o cuando nos disfrazamos o estoy borracho”, aseguró, añadiendo que conduce “el 95% del tiempo”. De hecho, otros internautas salieron en su defensa colgando otras fotos antiguas en las que sí aparecía al volante durante la grabación del peculiar karaoke.
Las mentiras piadosas de la televisión
Para hacer una buena producción televisivas hay que conocer y exprimir cada uno de los recursos que este medio ofrece, incluida la edición, el uso de dobles, o como en el caso de James Corden, que una grúa remolque tu coche mientras simulas conducir por las calles de Los Ángeles, con tal de dar al espectador un buen show con sensación de verosimilitud.
En nuestra televisión patria, muchos han sido los caso de engaños, de mentiras piadosas que los espectadores nos hemos tragado durante años. Un chascarrillo muy recurrente en las redes sociales es hablar de las manos del presentador Jordi Cruz que, en teoría, cada semana hacía numerosas manualidades en Art Attack (en Disney Channel y en Telecinco).
Hace años, Jordi ya reveló que las manos que veíamos en primer plano no eran las suyas, sino que eran las mismas imágenes las que se emitían en todas las versiones de Art Attack en los mismos países. Él se dedicaba a presentar las manualidades, así como a hacerlas junto a un equipo, fuera de cámara, para poder presentarlas.
Otro recurso habitual en televisión es hacernos creer que un presentador canta y mucho, cuando en realidad hace playback de otro cantante profesional. Lo vimos por ejemplo el pasado diciembre en Got talent con Santi Millán, que se marcó un tema al piano con voz de Carlos Marco, de Auryn.
Habitualmente en casos así se suele tirar de cantantes de estudio. Por ejemplo, Araceli Lavado ha puesto voz a Jacqueline de la Vega, Ana Obregón o Anne Igartiburu en algunos programas. Andrea Bronston ponía acento francés para las canciones que Marlene Morreau interpretaba en El Semáforo, y también cantaba los temas de las azafatas del Un, dos, tres junto a otras profesionales de la canción como Sol Pilas. De ahí, por ejemplo, que en su día viésemos a una joven Paula Vázquez bailar y cantar con un timbre que no es el que le conocemos.
Anne Germain y otras mentiras menos piadosas
Entre 2010 y 2012, Telecinco nos invitó a creer en la vida tras la muerte. En horario de late night, la médium Anne Germain protagonizaba un programa en el que se ponía en contacto con familiares muertos de personas famosas, presentes en plató. Así, en teoría, por el plató de Telecinco pasó el fantasma de Paquirri, de Rocío Jurado, Pedro Carrasco o de Paco Rabal.
Más tarde, un antiguo trabajador del formato, explicó que Anne daba datos sobre esas presencias porque previamente se le pasaba un informe con los datos del personaje que, técnicamente, va a contactar con ella. Que todo era un engaño, una mentira nada piadosa, que además jugaba con la creencia (o la desesperación) de la gente. Recordemos que por aquel plató incluso “pasó” Sandra Palo, joven con discapacidad psíquica leve que fue violada y asesinada por un grupo de menores de edad.
En una televisión malagueña, el escritor Juanma Alonso cómo pudo entrevistar a Anne Germain cuando visitó, en su gira por teatros, la capital de la Costa del Sol. Entonces se hizo pasar por un crédulo más de sus poderes, y le habló de presencias paranormales en su vida, en concreto, del fantasma de su abuelo y de su hermano. Según Alonso, Anne pronto notó ambos fantasmas y los describió; el único problema es que ambos relatos eran mentira y solo quería poner a prueba los poderes extrasensoriales de Germain, que tras el escándalo vio cómo se cancelaba el programa.
¿Era trampa el pinganillo de ‘¿Sabes más que un niño de primaria’?
Con esto de las mentiras, piadosas o no, de la televisión, es interesante recordar la polémica que generó el concurso ¿Sabes más que un niño de primaria? En este formato, presentado por Ramón García, personas adultas ponían sus conocimientos a prueba compitiendo con chavales de unos doce años, con preguntas relacionadas con las materias escolares: capitales de países, partes de la flor, órganos del cuerpo…
La liebre saltó en 2007 cuando un espectador comprobó que uno de los críos llevaba un pinganillo en su oreja, por el que, presuntamente, el programa le soplaría las respuestas, lo que supondría que no era un concurso transparente.
En una entrevista, Ramón García afirmó que el pinganillo es “para que a veces no se alarguen las respuestas o se acorten, para marcarles un poquito el tiempo” y aseguró que “no tendría sentido que les chiven las respuestas”. La credibilidad del programa quedó herida entonces, y un año después se despedía de la televisión para siempre.