Este miércoles precisamente un grupo de periodistas la recordábamos. ¿El motivo? Nos encontrábamos en el patio de butacas del Teatro Muñoz Seca en la rueda de prensa de presentación de El clan de las divorciadas, una comedia de las de ahora pero que, pese a su origen francés, conserva la esencia de aquellos divertidos enredos de Lina Morgan.
La actriz, que nos acaba de dejar, nos miraba a los allí presentes desde las paredes de aquel teatro en un retrato a través de esos ojos chispeantes y llenos de ternura. Con ellos se ganó el cariño del público y con su humor hizo que varias generaciones olvidaran por un rato las penas ya fuera como niña con tiesas coletas, a lo La tonta del bote, faldita corta y poniendo (con voz de niña) de los nervios a su papá teatral (boina en ristre), el gran Juanito Navarro.
Era pequeña, menuda, pero con un salero que se merendaba a las grandes y macizas vedettes del momento
Después, el cine y el teatro, o mejor dicho las variedades. Celeste no es un color, Vaya par de gemelas o El último tranvía la convirtieron en la reina de los llamados géneros chicos. Era pequeña, menuda, pero con un salero que se merendaba a las grandes y macizas vedettes del momento. Ellas tendrían cuerpazos; pero ella tenía una gracia sin igual. No es de extrañar que alguien -como muy buen ojo por cierto- la calificara cariñosamente como la charlot española.
Recuerdo de haber ido con mi abuelo de niña a verla al teatro y me encantó. En una época en que los musicales y las obras serias triunfaban, ella desde su querido teatro de La Latina conseguía lleno todos los días. Esa es la magia de esta gran artista. Hace unos años TVE ofreció algunas de sus obras y fueron todo un éxito de audiencia. Sus personajes eran "feillos", "pobretones", "sin suerte en el amor". Pero todos ellos albergaban como quien los interpretaba un alma tierna y cariñosa.
Hostal Royal Manzanares, su gran éxito en televisión
En los archivos de TVE se guarda su gran aportación al mundo de la televisión. De la mano de Valerio Lazarov -uno de los grandes ojos de águila de este medio- aprovechó la vena cómica y el tirón médiatico de Lina y producido por Prime Time comunications lanzó Hostal Royal Manzanares, una comedia de facturación diferente, pero que “la Morgan” supo mostrar sus armas de actriz rodeada de actores y actrices de todas las generaciones, incluida Ana Obregón.
Lina tuvo frases tan memorables en 'Hostal Royal Manzanares' como "tengo el vestido gris, el gris y el gris"
Conquistando el corazón de todo un bombón como Joaquín Kremel y con aquellos monólogos con su gallina a la hora de irse a la cama se convirtió en icono del humor en televisión, como esa forma de girar y torcer las piernas, sus tangos imposibles o frases tan memorables como "tengo el vestido gris, el gris y el gris".
El Cine de barrio de Lina Morgan
Compuesta y sin novio en Antena 3 junto a José Coronado o Academia de baile Gloria con Jesús Olmedo en La 1 son otros títulos en los que nos mostró su valor como actriz cómica. En Cine de Barrio de TVE y en Nuestro cine de 13tv, los espectadores han tenido y van a seguir teniendo la oportunidad de ver sus grandes títulos como La tonta del bote, Soltera y madre en la vida, La llamaban la Madrina o Señora doctor, por mencionar algunos de su extensa lista.
Si me tengo que quedar con uno, ese sería el de La tonta del bote. Esa chica maltratada por todos (al final conquista el amor de Arturo Fernández) y cuyo mayor anhelo es tener un techo en el que cobijarse y recoger en un bote las colillas de la calle (hacer picadura) para dárselas junto con restos de su comida al señor Sarasate un mendigo ciego y su perro lazarillo.
Una gran actriz y una gran persona
Tuve la enorme suerte de conocerla personalmente en varias entrevistas -gestionadas sabiamente por Moncho Ferrer- y me di cuenta de su calidad no sólo como actriz sino como persona. Recuerdo que una de las que le hice para Blanco y Negro teniendo como punto de encuentro un estudio de la madrileña calle Azcona. Nos dieron, como en la canción de Sabina, las diez, las once, las doce … y la una y en ningún momento mostró señales de cansancio.
Cuando terminanos, el fotógrafo se marcho a revelar las fotos para tenerlas al día siguiente en la mesa de luz. Salimos Lina, Moncho, su chofer y yo. En la puerta – de madrugada- no pasaba ni un taxi, su coche al salir del garaje bajó la ventanilla y me dijo "venga, que te llevo a casa. No está la noche ni para paseos ni esperas” .
Así era y así la recuerdo. Hay quien dice que tenía mal genio, yo reniego de eso. Lo que tenía Lina era coraje y fuerza para afrontar, primero con sus hermanos y después en solitario, lo que la vida le había puesto delante. Así era María de los Ángeles López Segovia, para todos Lina Morgan, y fieles a lo que ella cantaba al final de sus espectáculos teatrales, "agradecida y emocionada. Gracias por habernos hecho reír".