Carlos Cuevas se asomó por la pequeña pantalla con tan solo ocho años y ya descubrió muy rápido cómo era la fama en Cataluña. Unos años más tarde volvió a descubrir las mieles del éxito con Marcos, el novio de Inés en Cuéntame y, sobre todo, con Merlí, primero por TV3, y después por Netflix a nivel internacional.
Ahora vuelve a meterse en la piel de Pol Bruno en el esperado spin off de la aclamada Merlí, que desde hoy puede verse en Movistar. Sobre este esperado regreso y las muy comentadas escenas de sexo de la ficción hemos querido hablar con el joven en BLUPER.
¿Cómo te has sentido volviéndote a poner en la piel de Pol Rubio?
Me ha hecho mucha ilusión porque es un personaje al que quiero mucho. Recuperar a Pol ha sido muy bonito, pero teníamos claro que no podíamos volver a hacer lo mismo, queríamos dar un paso más a la madurez y crear un personaje vulnerable y disponible a las situaciones que le pasaban.
Me gusta más esta serie que Merlí porque los ojos de Pol son los ojos de la audiencia
¿Llegas a entender a Pol?
Lo entiendo y desde fuera pienso: ‘¡Ay! ¡Pobre chaval que se te ve todo!’. Es un personaje que viene de un contexto muy concreto, que ha asumido un rol en el instituto muy marcado y salir de estos márgenes le cuesta adaptarse al entorno y su condición y sus incongruencias. Me gusta este personaje porque la caga constantemente.
¿Qué herencia le ha dejado Merlí a Pol?
Sobre todo el espíritu de reflexionar y conocerse a uno mismo. Unas ganas de ser un buen maestro y que entienda las clases como un debate vivo. Merlí era una oda a la reflexión y a la duda.
Parece que te guste más esta serie que Merlí...
Sí, y no porque el protagonista sea yo, sino porque los ojos de Pol son los ojos de la audiencia, empatizas más con el personaje ya que las tramas te permiten profundizar más. En la de TV3 había demasiados personajes y algunos quizás quedaban desdibujados.
Esta es la primera vez que hay un personaje bisexual como protagonista. ¿Crees que puedes ser un referente para el colectivo?
Me parecería bien. Una de las cosas buenas que tiene esta serie es que traslada este tipo de mensajes a la gente joven y que pueda hacer reflexionar a padres e hijos. El feedback ha sido brutal, hemos recibido muchos mensajes diciendo que han salido del armario gracias a la serie, o padres e hijos que se han acercado. Nosotros solo somos el canal por el que pasa la información y nos sentimos orgullosos de ser este canal.
Esta temporada podemos ver escenas de sexo un poco subidas de tono...
La confianza que tengo en Héctor Lozano y en todo el equipo fue muy importante, sobre todo por ver como se desarrollaban un par de escenas que no puedo explicar. Todas las escenas de sexo están muy justificadas y muy bien trabajadas. Hablé mucho con los creadores para ver como rodábamos estas escenas y no me gusta enseñar mi cuerpo de modo gratuito. Yo soy el instrumento para explicar una historia y si se tiene que explicar mejor una historia lo haré, pero de modo fácil no me veréis nunca.
Hemos recibido muchos mensajes diciendo que han salido del armario gracias a la serie
Próximamente te podremos ver en Alguien tiene que morir, la miniserie de Netflix dirigida por Manolo Caro...
Aún nos queda una semana de rodaje, no puedo contar muchas cosas, lo único que te puedo decir es que está siendo una experiencia muy bonita y será un proyecto muy potente.
En Cataluña te vemos por la pantalla des de pequeño en Ventdelplà. ¿Tienes síndrome de Boyhood?
El Carlitos del Cuéntame catalán (risas). Una de las cosas buenas que tiene esta profesión es el cariño del público y el público me ha visto crecer con distintos personajes y esto es lo que más me gusta. Me conocéis desde pequeño, pero mi deseo es llegar a ser un actor canoso y mayor que sigue trabajando.
¿Es verdad que estudiaste en la misma aula de la serie?
He estudiado en esa aula, he aprobado e incluso he suspendido algún examen (risas). Estoy cursado estudios literarios, me quedan un par de asignaturas y mi intención es poder acabar la carrera.