¿Quién les pone los pies en la tierra a Úrsula Corberó y Miguel Herrán?
Los dos actores de 'La casa de papel' charlan con BLUPER sobre los pros y los contras del éxito y la fama.
2 septiembre, 2019 15:02Uno de los momentos más especiales que se recuerdan de la televisión reciente es aquel momento en el que la dirección de Gran Hermano le mostraba a los tres finalistas de la primera edición del reality las portadas de las revistas hablando de ellos. De la noche a la mañana, Ismael, Iván o Ania habían pasado a convertirse en estrellas.
Netflix les convirtió en estrellas internacionales casi de manera instantánea
Y lo mismo ocurría sólo unos meses después con los participantes de Operación Triunfo. De ahí que el shock fuera tremendo y no es de extrañar que, años después durante El Reencuentro, la mayoría de ellos confesaran que habían tenido que acudir al psicólogo.
Salvando las distancias, algo parecido ha ocurrido con los actores de La casa de papel. Y es que, después de haber firmado para actuar a priori en una serie española más, su posterior salto a Netflix les convirtió en estrellas internacionales casi de manera instantánea.
Pero, ¿en qué momento se dieron cuenta del fenómeno global en el que se habían convertido La casa de papel? ¿Se paran a pensar cómo les ha cambiado la vida en cuestión de meses? ¿Qué hacen para seguir manteniendo los pies en la tierra?
En BLUPER hemos tenido la oportunidad de charlar de forma distendida con dos de sus grandes protagonistas, Úrsula Corberó y Miguel Herrán, quienes interpretan a Tokio y Río en la ficción. Éstas fueron sus respuestas.
¿En qué momento os disteis cuenta del fenómeno en el que se había convertido La casa de papel?
Úrsula Corberó: Yo estaba en Uruguay, en Punta del Este, en una fiesta en la playa el 1 de enero. Hacía una semana que se había estrenado La casa de papel a nivel internacional y de repente todo el mundo me conocía. Y yo le dije a mi chico que ya era casualidad que las cuatro personas que habían visto La casa de papel estaban allí.
No piensan en ningún momento que lo ha petado. Y a partir de ahí todo fue in crescendo y más loco... ¡Y flipábamos! Teníamos un chat de grupo en el que nos mandamos cosas loquísimas como que un tío se había tatuado mi cara en el muslo. ¡Pobre! Va a tener que estar con mi cara hasta que se muera.
Miguel Herrán: En Roma. Me empecé a dar cuenta en redes porque es un medidor instantáneo, pero cuando llegamos a Roma todo el grupo, me di cuenta que era muy heavy. Había muchas series con mucha gente famosa y sólo les importaba La casa de papel. Hasta los de Por trece razones querían comer con nosotros.
Úrsula: Estaban flipando. Nos decían que nunca les había pasado algo así. Fuimos a cenar con ellos. Gente majísima. Fue muy gracioso. Nosotros nunca nos pusimos a rodar una serie para Netflix.
¿Os paráis en algún momento a pensar cómo ha cambiado vuestra vida desde aquellos adolescentes que empezaron en esto en A cambio de nada y Física o Química?
Miguel: Sí, por supuesto. Cómo cambia la relación de la gente contigo, cómo te trata... Ahora llegas a un restaurante y te tratan de otra forma. La sociedad te empuja a que vivas como en una nube. Y yo siempre, cuando llego a mi cuarto donde tengo un cartel de A cambio de nada, siempre me digo a mí mismo que no se me olvide de donde vengo. Todo esto es efímero. A lo mejor pasado mañana estoy en la puta calle.
Úrsula: Sí, porque además es fácil olvidarse porque el ser humano es ambicioso por naturaleza. Y además hay una cosa que pienso mucho últimamente: tú querías llegar hasta aquí y ahora no piensas que has llegado hasta aquí. Ahora piensas cuál es el próximo paso. Creo que eso es sano, el no conformarse, el seguir evolucionando y seguir consiguiendo metas. Eso hace que no sientas que lo tienes todo.
¡Qué fucking pasada lo que me está pasando! , dice Úrsula
Miguel: También tiene su lado malo. Me pasa tengo el sentimiento de no poder disfrutar del momento. Estoy disfrutando una cosa, pero ya estoy pensando en la siguiente. No la vivo.
Úrsula: Pero yo hablo de focalizar. No de estar preocupado todo el día, sino de tener nuevas ambiciones. Yo me considero una persona bastante disfrutona. El otro día, por ejemplo, estaba con Bulgary, porque soy imagen ahora -¡Todo muy loco!-, y estuvimos en Capri y te prometo que estuve cinco días diciendo: ¡Qué fucking pasada lo que te está pasando!
Pero tampoco puedo estar pensando en ello todos los días. Al final tengo muchas cosas que hacer y pensar. Digamos que por una parte lo naturalizas, pero por otra piensas que no habría que naturalizarlo. Lo que nos ha pasado es muy loco. Pero más loco es que estemos aquí todos vivos en un planeta llamado Tierra.
¿Tenéis a alguien que os baje al suelo? ¿Algún amigo de la infancia?
Miguel: Todo lo contrario. Tengo gente que me dice que me lo tendría que creer más.
Úrsula: A mí sí que a veces... Mi chico es muy terrenal y yo estoy por las nubes, soy muy fantasiosa, muy optimista... Y él es más realista. Y a veces hasta me molesta. Planeta Tierra llamando a Úrsula. Y yo me pregunto: ¿Por qué tengo que vivir en el Planeta Tierra? Si es el mundo que a mí me hace feliz y no hago mal a nadie, ¿por qué no puedo ser fantasiosa e imaginarme el mundo más de color de rosa?
Miguel: Pero, ¿eso no lo pensaría un yonki?
Úrsula: ¡Yo de yonki no tengo nada, eh!
Miguel: Al final es una especie de adicción en vivir en otro mundo, tu mundo.
Úrsula: Bueno, o es una especie de protección.
Si te gusta tu trabajo es lo mejor que te puede pasar...
Úrsula: ¡Sin duda! Es lo mejor que te pueda pasar. Y es difícil disfrutarlo siempre. Por mucho que te dediques a algo que es vocacional y que sabes que a ti te gusta, este trabajo es muy duro.
Miguel: Y muchas veces no te apetece trabajar. Yo mañana no rodaría. Me iría con el coche por ahí.
Úrsula: Y además que estamos sometidos a muchas miradas, mucha presión. A lo mejor es por eso que necesito verlo de otra manera.
Tú entras en un lugar y ya te han juzgado antes: han leído sobre ti, tienen una imagen...
¿Cómo lleváis la fama, estar en el punto de mira?
Miguel: Tú entras en un lugar y ya te han juzgado antes. Ya te han buscado en internet, ya han leído sobre ti, ya tienen una imagen predeterminada de cómo vas a ser. Y luego les puedes romper ese esquema o no. Pero ya te están prejuzgando antes de darte la oportunidad de conocerte. Y a mí eso me mata. Que una chica me diga que era un subnormal o algo así...
Úrsula: Yo lo vivo mucho en las redes sociales. Ahora ya no tanto porque tengo muchos comentarios de idiomas que no conozco. Ahí se camuflan muy bien los haters. Pero es una cosa que me ha llamado la atención. Me pones algo horrible en una foto y no me conoces, en tu perfil pone feminista... El mundo está lleno de contradicciones. El problema no es tuyo, es de ellos. Tienes que aprender a canalizar las cosas. No es fácil. Yo me he visto envuelta en alguna polémica viral.
Miguel: Siempre tienes a Nawja, que contesta sin filtros...
Úrsula: Yo soy muy fan de ella.